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Opinión

La Corona, la familia, el dinero y los amigos

Desde hace muchísimo tiempo vengo diciendo que hay cuatro cosas que son incompatibles, no las cuatro, ni tres, sino dos cualesquiera de ellas: el poder o la politica, el dinero, la familia y los amigos.

Si mezclamos el poder y el dinero, ya tenemos un lío, si juntamos la familia y el poder, no digamos. Los amigos no cuadran con ninguno, y la política y los amigos, vemos todos los días su resultado.

Juan Carlos I tuvo un reinado con un comienzo acertado, cuando antepuso La Corona a su Familia, cuando en España no se hablaba de dinero en la política, no se llegaba a la política por dinero y menos aún para hacer amigos. Se nombraban, por ejemplo, Ministros a personas de prestigio, muchos nos dedicamos a la política sin cobrar por ello. Estábamos hablando de la transición en incluso de los años 90.

El Rey era querido, respetado, admirado y todos dormimos más tranquilos el 23 F cuando le escuchamos.

Yo no era monarquico, como prácticamente ningún español de esa epoca, pero veíamos la utilidad de la monarquia, como lo vieron los redactores de la Constitución, como lo vieron los dirigentes de los partidos políticos de los años 70-80, quienes veían que con él se echó por tierra los malos presagios de quienes después de la muerte de Franco decían que esto podía ser un caos. Nos sentimos identificados con el "libertad sin ira" de Jarcha y vivíamos la política sin estridencias ni especiales ambiciones personales. Los años y décadas siguientes fueron buenos para todos, para España y para él.

Conocí personalmente al Rey Juan Carlos cuando nos recibió a la primera Promoción de Inspectores de Finanzas del Estado, fue un encuentro simpático, como lo era él, con la sensación de una cercanía no forzada y por otra parte viendo que era el último eslabón, hasta ese momento, de una tradición, que no nos importaba demasiado. Pero fue una reunión larga y en la que me di cuenta que era ante todo un profesional de generar confianza. No era un líder, pero se le veía como un líder, era una persona que buscaba a los mejores a su alrededor, no tenia que compartir poder, porque no lo transmitía, pero lo potenciaba. No parecía que buscara el dinero pero buscaba el progreso de los españoles.

Pero todo cambió, y me temo que para peor, los líderes sociales han cambiaron y más aún, la mayoría han desaparecido, afloró las ambiciones, los nuevos amigos, el dinero o el poder por encima del proyecto de España y me temo que el Rey emérito no ha escapado de esta situación. En la calle y en los medios ya se esta deliberando su condena, nadie habla de presunción de inocencia, todo el mundo se ha ido formando la imagen de que ha combinado la amistad, el dinero y el poder, y es como antes señalé una mala combinaciòn, y eso no hay quien lo aguante.

Me temo que la decisión de irse es porque no le cabía muchas opciones, para defenderse necesita que el pueblo español vuelva a deliberar, a pensar, a dejar de ver la frustración que muchos sienten al no defender a quien habiendo hecho un increible servicio a España, y que haya podido caer en el veredicto de los WhatsApp alimentados por quienes también tienen muchísimo que ocultar, porque la realidad es así, hizo un gran servicio a España y no ha sabido mantener el liderazgo que ejerció en su momento.

Y que esto ocurra ahora es una desgracia, su hijo el Rey Felipe está manteniendo escrupulosamente esa separación de los cuatro elementos incompatibles, su suerte va a ser la de muchos españoles que como yo, buscamos referencias y queremos tranquilidad y deseamos tener esperanza. No queremos en él un liderazgo, no es función de la monarquia, sí buscamos en él una referencia, que no es otra cosa que el sentido de Estado.

Ahora ha vuelto a hacer un servicio a la Familia y al Poder, al separarlas del dinero y de los amigos. Le deseo suerte, pero sobre todo, aspiro a que haya justicia.

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