Y a tenemos más de 3.000 casos activos en Canarias, de los cuales algo más del 5% están ingresados por un cuadro grave, de los cuales el 20% han tenido que ingresar en la UCI. Además, siguen falleciendo personas por este virus, por lo cual no podemos negar que es un problema, yo diría que el mayor problema que hemos sufrido después de la Guerra Civil Española.

Todos tenemos claro que hay que evitar, en la medida de lo imposible, volver al confinamiento ya que eso no sólo va a llevar unas pérdidas económicas irreparables sino otras repercusiones sociales y sanitarias a largo plazo que tendrán consecuencias aún peores.

Si no hubiera más remedio que tener que aplicar esta medida, deberíamos tener claro que llevaría aparejado no sólo la pérdida de muchísimos puestos de trabajo, sino también de muchos de los derechos que tenemos hasta ahora como es el de disponer de una sanidad pública de calidad. Los primeros que se verán afectados son los programas de prevención de enfermedades tales como el cáncer, la diabetes o la cardiopatía isquémica, con lo cual, paralelamente, se irán incrementando los problemas crónicos de salud provocando una disminución progresiva en la esperanza de vida.

Es por lo que debemos reunir el esfuerzo de todos, grandes y pequeños, jóvenes y mayores, para poner freno a este crecimiento alarmante en el número de contagios. Es verdad que era previsible que ocurriera lo que está pasando en Canarias, porque en la primera ola los afectados fueron pocos en relación con otras zonas y, por ello, la baja tasa de inmunidad y el desconocimiento en las repercusiones (enfermedad, secuelas, muertes) hizo que se relajasen las medidas para prevenir el contagio. También está claro que al no confinarnos la onda epidémica sigue a un ritmo mucho mayor que la primera y su control es más complicado. Pero no es complicado porque no sepamos cómo controlarlo, sino porque no hacemos las cosas bien minimizando los daños que puede provocar.

Además, hay que recalcar que cuando controlemos el ritmo de contagios y empiece a bajar la curva no va a querer decir que ya lo hemos vencido, ni mucho más lejos, habrá que prepararse para el siguiente rebrote que no sabemos cuándo será, si en 3 o en 6 meses, todo dependerá de las medidas de contención que se vayan implantando y la adherencia a las medidas higiénico-sanitarias, hasta que podamos disponer de una solución definitiva contra el Covid, en forma de vacuna o de tratamiento antiviral efectivo.

Por todo ello, debemos ponernos todos a trabajar juntos, desde los políticos hasta los que tenemos que estar en primera línea frente al virus, como a todas y todos nuestros conciudadanos, sí porque necesitamos estar todos a una contra este virus. Tendremos que ir modificando poco a poco nuestra forma de vivir, adaptándonos a este tiempo que nos ha tocado, perdiendo algunas cosas para ganar una mayor, la salud del planeta. La solución es muy fácil, protegernos con mascarilla y distanciamiento físico, evitar aglomeraciones en sitios cerrados y ser solidarios y responsables cuando tengamos algún síntoma sospechoso o nos hayan diagnosticado la enfermedad.

También es hora de que nuestros políticos se pongan las pilas y que utilicen el dinero en lo que es importante y creo que en esta pandemia ha quedado muy claro que la sanidad y la educación son dos cimientos muy importantes para esta sociedad. Por ello pido que se pongan las medidas necesarias para que nuestra sanidad y nuestra educación no se detengan por este ni por ningún otro virus que venga.