Todo ha salido a pedir de boca en la convención sevillana del PP, el Rajoy emocionado de la sesión de clausura es la prueba, había que verle, no es hombre que deje aflorar sus sentimientos Don Mariano. La gratitud por el cierre de filas -¡al fin!- de todo el partido en torno a su liderazgo, el principal, incluido, creo que por primera vez sin reticencias, José María Aznar. Estaba, sí, como dijo, "muy contento". Acertar con los mensajes políticos no es fácil, y en la especie de "fuego de campamento" que al fin y al cabo son las convenciones partidarias, más: casi todo se les va en autobombo, que cortocircuita la conexión con los problemas reales de la gente.

Con el mayor respeto a las lenguas del Estado, todas españolas, ¿está el país -cuatro millones y medio de parados nos contemplan- para "la broma" de los pinganillos del Senado, como dijo Aznar? Yo diría que no, y que recordárselo al Gobierno no es hacer demagogia sino sensibilidad social. Cuatro millones y medio de parados nos contemplan. O la promesa de Rajoy de no dejar en pie nada que suene a "privilegio", empezando por las pensiones, de la casta parlamentaria. Es como lo de las autonomías, pedir que se racionalice lo irracional no cuestiona el modelo de Estado autonómico, lo refuerza; no remediar las disfunciones, las deficiencias y las faltas de cooperación y de coordinación detectadas en estos treinta años es lo que le desprestigia

"La austeridad al poder", exclamó Javier Arenas justo antes del discurso final de Rajoy. Me parece un buen resumen. El despilfarro, gastar por triplicado sin que el beneficio para los ciudadanos se triplique es lo que, en mi opinión, está despertando los demonios del centralismo entre muchos españoles. Rajoy se ha comprometido en Sevilla a afrontar ese reto si gobierna. Si las urnas, como volvió a insistir, "quieren cambio", habrá que verlo. Que están preparados, como también dijo, era evidente, se notaba en el ambiente, esta ha sido, para mí, "la noticia" que diría Rubalcaba: podrá gustar o no pero en Sevilla, Mariano Rajoy ha presentado la alternativa de gobierno que se le viene exigiendo, vuelve a haber hambre de balón en el PP.