Estimado presidente:

Ante las noticias de la llegada de turistas a las islas procedentes de países europeos que están siendo azotados en estos momentos por la pandemia de la COVID19 y la relajación de las normas para conseguir un corredor turístico seguro, no caigo en mi asombro.

Cuando terminó el confinamiento de España a finales de junio de 2020, Canarias era un lugar muy poco azotado por la pandemia, con una prevalencia, según los primeros estudios epidemiológicos, por debajo del 3 %, estando la isla de Gran Canaria por debajo del 1.5 %.

El Gobierno Canario permitió la llegada de turismo peninsular procedente de zonas prevalentes, y las islas, especialmente Gran Canaria y la ciudad de Las Palmas, sufrieron las consecuencias. El Gobierno Canario (y usted como presidente) desoyó las normas y las indicaciones de los expertos y Las Palmas presentó cifras superiores a los 800 casos por 100.000 habitantes desde inicios de septiembre de 2020. Usted y el Gobierno Canario no estaban dispuestos a confinar la ciudad de Las Palmas ni sus barrios, como puede consultarse en las hemerotecas. No existe actualmente otra medida que permita el control de la enfermedad en estos momentos que el confinamiento de las poblaciones, como han hecho recientemente Israel, Nueva Zelanda y un largo etcétera. El mantener la ciudad sin confinar significa que el virus se va a estar transmitiendo no solo entre su población, sino entre el resto de la población de la isla. A principios de septiembre la isla tenía una incidencia de 3862 casos frente a 2414 casos en Tenerife y la cifra de fallecidos era de 48 en Gran Canaria y 117 en Tenerife. Las últimas cifras del día de ayer, en el momento de escribir estas líneas, 24 de octubre de 2020, son de una incidencia de 8514 casos en Gran Canaria y 108 fallecidos y 5823 casos en Tenerife y 142 fallecidos. El número de casos por 100.000 habitantes en Las Palmas ha seguido incrementándose de forma incesante, y las cifras de ayer eran de 1894 casos por 100.000 habitantes, y vamos a completar casi dos meses desde que el Gobierno tomó la decisión de no confinarla.

Con todo lo que está sucediendo en el mundo y en Europa, las previsiones en los próximos cuatro meses van a ser terroríficas. La mayoría de los países europeos están intensificando las medidas que permitan el alejamiento de las personas. Con dicho panorama, el Gobierno Canario decide desoír la opinión de los expertos. Países como Portugal, Polonia, República Checa, etc., están ahora pagando las consecuencias de desconfinar y abrir las fronteras a gente infectada con el virus.

Usted como presidente y el Gobierno Canario ¿están dispuestos a afrontar las consecuencias de las decisiones que están tomando en relación con un incremento en el número de casos y en el número de fallecidos? ¿Han decidido primar la economía sobre la salud de los canarios?

La previsión de todos los expertos es que, si abre las fronteras canarias para que vengan personas infectadas, en las próximas ocho semanas tendremos las consecuencias.