Los esports constituyen un área de actividades deportivas caracterizadas por el desarrollo y mantenimiento de habilidades mentales y físicas que involucran el uso de la tecnología y la comunicación, destacando la importancia de estas destrezas para mantener el ritmo y éxito deportivo. Independientemente de la modalidad, los atletas de deportes electrónicos están sometidos a diversas demandas o presiones, al igual que ocurre en los deportes tradicionales.

Un jugador debe responder de manera rápida y precisa a estímulos visuales complejos mientras mantiene el control de su personaje por el mundo virtual. Lo que requiere procesar la información en tiempo real a la vez que ejecuta diferentes movimientos que involucran habilidades técnicas para manejar el teclado, ratón u otros dispositivos.

Es necesario comprender cómo se producen las estrategias motoras que emplean los gamers utilizando el conocimiento de materias como la anatomía, fisiología o la física, con el fin de examinar las demandas requeridas por los deportes electrónicos. A esta disciplina se le denomina biomecánica, la cual se encarga de estudiar el movimiento humano y las fuerzas que se generan o afectan al mismo en diferentes condiciones. A los profesionales nos permite analizar el funcionamiento del cuerpo y la interacción entre los sistemas o estructuras (articulaciones, músculos, ligamentos, huesos o tendones) que lo componen de forma rigurosa, así como plantear programas de tratamiento y prevención individualizados.

En todos los deportes existe una fase previa a la actividad, denominada “calentamiento”, atendiendo al término “deporte electrónico” y sus exigencias, es recomendable realizar ejercicios de movilidad de las articulaciones y de activación de la musculatura que participan en esta disciplina, tanto en relación con la prevención como para mejorar la actividad deportiva. Se deben trabajar de forma específica aquellas zonas del cuerpo que se encuentran involucradas directamente en el evento (los dedos, las muñecas, los codos o los hombros), sin olvidar otras regiones como la columna, el cuello o las piernas.

Como sabemos, en los esports más relevantes, los jugadores repiten ciertos movimientos con los brazos manteniéndose sentados durante períodos prolongados, esta posición provoca una mayor participación de los músculos anteriores de nuestro cuerpo incrementando la tensión muscular, así como viéndose afectada la musculatura posterior de la espalda. Esto facilita la aparición de diferentes lesiones o dolor que pueden dificultar el rendimiento deportivo, de ahí la importancia de atender a las recomendaciones de los profesionales. Es conveniente saber que no existe la postura correcta, lo ideal es variar y cambiar de posición durante el tiempo de juego permitiendo que el deportista se sienta cómodo, además de establecer períodos de descanso breves que incluyan movimiento.

En materia de prevención, fuera del juego es necesario implementar una combinación de movilización y acondicionamiento de la musculatura necesaria para mantener los períodos de competición o entrenamiento. Además, se deben incluir estrategias para aliviar la tensión de los músculos más demandados, como puede ser mediante estiramientos dinámicos del cuello y los antebrazos. Durante la actividad deportiva, es imprescindible llevar a cabo cambios posturales y descansos de forma activa, al menos cada 2-3 horas para evitar posturas mantenidas. También es importante en la medida de lo posible mantener un equilibrio entre diferentes movimientos durante el juego, al igual que las posiciones de las manos o agarres a la hora de utilizar los dispositivos electrónicos.

Otra de las recomendaciones establecidas para mantener la salud de los deportistas, fundamentalmente durante situaciones de torneo, es la inclusión en el entrenamiento del ejercicio cardiovascular. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los adultos dedicar como mínimo 150 minutos semanales a la práctica física aeróbica, de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad vigorosa cada semana, pudiendo combinar ambas.

Por otra parte, durante la práctica de los deportes electrónicos se produce un aumento de la frecuencia cardiaca, presión arterial y del ritmo respiratorio ante situaciones que pueden generar estrés y ansiedad. La gestión de estos factores es necesaria para evitar problemas de salud mental o física y ayudar a una adecuada precisión y puntería en el juego. Por ello, es recomendable practicar ejercicios de respiración controlada u otras actividades elegidas por el deportista que permitan la relajación y alivio de la tensión producida durante el juego.

Cada jugador es único, por lo que una adecuada valoración fisioterapéutica permitirá establecer un tratamiento individualizado adaptándolo a sus necesidades y demandas. Existen diferentes herramientas terapéuticas desde la educación en el dolor, terapia manual, neurodinámica, imaginería motora, técnicas de energía muscular y ejercicio terapéutico, hasta la importancia de aportar información y estrategias en hábitos de vida saludables. La fisioterapia dentro de su amplio abanico de posibles terapias tiene la capacidad de adaptarse y hacer de cada gamer un caso particular, incrementando su calidad de vida. A pesar de que los jugadores sean jóvenes, no están exentos de padecer lesiones o dolor, por lo que deben preocuparse y ser responsables del cuidado de su salud y el estado de su cuerpo.