La colaboración de la Armada para apoyar al puerto de La Luz ha sido muy destacada a lo largo de los 80 años de su permanencia en la Base Naval con la ocupación del primitivo Muelle Vírgen del Pino. Por ello considero un deber resaltar algunos hechos ya olvidados que han tenido su importancia con el paso del tiempo, y que han demostrado que cuando la Autoridad Portuaria ha acudido en demanda de ayuda por carencia de algunos servicios, la respuesta ha sido inmediata por los responsables del Mando Naval de Canarias.
En este sentido recuerdo como un hecho sobresaliente la falta de remolcadores potentes en el año 1963 para atracar en la punta del muelle de León y Castillo al mayor buque de pasajeros que se había construido en el mundo en aquellos tiempos, como fue el británico Queen Mary de 81.237 toneladas de registro bruto y 310 metros de eslora por 36 de manga de la naviera Cunard Lines.
Este acontecimiento ocurrido el 26 de diciembre del citado año fue posible gracias al concurso de la Marina de Guerra que aportó el remolcador RA-2 de base en el puerto de La Luz, uniéndose a los también remolcadores civiles Fortunate, El Guanche, España-II y Castillejos para hacer posible la citada maniobra de ver por primera vez en Canarias a este coloso, que nos visitó luego en 13 ocasiones más junto a su homónimo el Queen Elizabeth.
Otro hecho notable protagonizado por nuestra Armada en las aguas de nuestra bahía tuvo lugar en la década de los años 90, cuando el puerto de Las Palmas se quedó sin un buque-aljibe para suministrar el agua a los barcos en fondeo. Una vez más la diligencia de los responsables de la Zona Marítima facilitaron durante unos meses al cisterna Marinero Jarano para dar el líquido elemento a las unidades que la solicitaban por medio de su consignatario. Son dos hechos que demuestran como otros muchos más, la generosa ayuda de la Armada con nuestro recinto.