Alo largo de nuestra vida profesional fueron cientos las veces que pisamos a diario las oficinas de esta consignataria inglesa establecida a la entrada del muelle de San Catalina y cuyo edificio sigue en pie como un testimonio de un pasado que dio prestigio al puerto de La Luz con una plantilla que superaba en algunas ocasiones las 300 personas. La misma fue fundada en 1887 con la denominación de Miller y Compañía por los hermanos Tomás y Enrique Miller Vasconcelos herederos del imperio comercial que levantó su padre don Tomás Miller Swanston en la calle Mayor de Triana a partir de 1865.
Miller está ligado desde su nacimiento al puerto de La Luz siendo una consignataria de primera línea. Prueba de ello es que aglutinaba a un total de cinco agencias: Miller y Cia., Cory Hermanos, Agentes Portuarios, Blandy Brothers y Maritima Midway. En algunas ocasiones atendía hasta diez barcos de forma simultánea y la pizarra donde se anotaban las unidades que habían confirmado su llegada se quedaba pequeña cuando los cierres del canal de Suez en junio de 1957 y 1967.
La figura del director-gerente Mr. Park todavía resuena en sus paredes como un gran enamorado del puerto de La Luz al que contribuyó de forma destacada con la potenciación del servicio de remolcadores primero con el Fortunate y luego el Tamarán que vinieron a reemplazar al recordado Gran Canaria. Su actividad fue variada al ser pioneros en los suministros de carbón, combustibles y agua, además de reparación naval, remolques, limpieza submarina, y pintado de grandes buques a flote, etcétera. Igualmente en la exportación de frutos tuvo una decisiva intervención con los transbordos que procedían en lanchones desde diferentes puertos de la isla de Gran Canaria. Pero nuestro Ayuntamiento ha secuestrado el edificio de Miller desde hace años enterrando la gran historia del puerto de La Luz que sigue esperando por un museo marítimo que no llega.
