El lápiz de la luna

Vuelta la burra al trigo

Vox.

Agencia ATLAS

Elizabeth López Caballero

Elizabeth López Caballero

Vox una vez más es noticia, como no puede ser de otra forma. Si no saliesen sus políticos cada dos por tres a la palestra a decir sandeces estarían más que muertos y enterrados. Han vuelto a la carga con las leyes sobre el aborto. Creo que hay en ese partido algún traumita sin resolver, pero claro, también están en contra de la salud mental, así que como suele pasar con cualquier problema no resuelto, las consecuencias las pagan otros. En este caso -y me temo que ya nos tocará a las demás-, les ha tocado a las mujeres de Castilla y León. Como ya habrán visto en las noticias a lo largo de esta semana, los neandertales -con perdón al grupo de homínidos- que dirigen el partido exigen que cuando una castellanoleonesa quiera abortar, primero debe escuchar el latido del corazón de su futuro no hijo, verlo en cuatro dimensiones y pasar por asistencia psicológica para asegurarse de que lo que quiere hacer es lo que quiere hacer, porque recuerden ustedes que cuando una mujer se queda embarazada pierde totalmente el juicio y la capacidad de raciocinio. Venimos así de fábrica (?). Pero no se preocupen, estamos en buenas manos, ya que estas propuestas las ha hecho Juan García-Gallardo, el vicepresidente de la junta de Castilla y León. Sí, sí, ese que no sabe mucho de embarazos y lo reconoce sin pudor, pero sí sabe cómo legislar para que nosotras perdamos derechos y libertades. Hoy no voy a hablar de las mujeres que por un descuido se quedan embarazadas y deciden libremente y con sensatez que, por lo que sea, no quieren ser madres. Hablo de las mujeres violadas por un desconocido o las víctimas de abuso sexual en el seno familiar, ¿en serio van a añadirles más dolor y sufrimiento exponiéndolas a escuchar el corazón o a ver al feto en 4D para evitar que aborten? No nos olvidemos de que estarían abortando al hijo de su violador. O, por ejemplo, una mujer víctima de violencia de género, que decide -a escondidas del maltratador, porque de otra forma no sería posible- no tener a un bebé que crecerá rodeado de violencia. ¿También se la someterá a semejante tortura? ¿Es preferible traer al mundo a un niño que va a ser testigo de una de las peores violencias (que tu padre maltrate o mate a tu madre) que poner término al embarazo cuando solo es un feto? O, sin ir más lejos, una mujer que carece de recursos económicos y redes de apoyo familiar y sabe que una vez que dé a luz, servicios sociales se llevará a su hijo a un hogar institucionalizado. ¿Es mejor tener a un niño dando tumbos en el sistema a no tenerlo? Para pensar un poquito, ¿no? A estos iluminados de Vox deberían darle una clase sobre gestación para que entiendan las etapas del embarazo y el desarrollo embrionario, que parece que piensan que el espermatozoide fecunda el óvulo y ya hay dentro del vientre materno un niño declinando «rosa rosae». Me parece cansino y casposo que sigan poniendo tanta energía en lo que las mujeres debemos o no hacer con nuestra maternidad en lugar de centrar esa atención en temas de verdad importantes. Como erradicar la violencia de género, que en lo que va de año (14 días) ya han fallecido cuatro mujeres a causa de este tipo de terrorismo. O la subida desorbitada de los precios que está generando unos índices preocupantes de pobreza. O la situación de los sanitarios en España. Hay una larga lista de problemas sociales que podría enumerar; sin embargo, no es mi intención indigestarle al lector el desayuno. Así que, por favor, si vamos a tener que aguantarles, como mínimo, hagan cosas que merezcan este esfuerzo que hacemos. ¡De nada!.

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