Cartas a Gregorio

Hay que privatizar las instituciones…

Ramón Tamames en el Congreso

Ramón Tamames en el Congreso / DAVID CASTRO

Manolo Ojeda

Manolo Ojeda

Después de comerme el coco y escudriñarme el cerebro pensando en el último debate de la moción de censura, he llegado a la conclusión de que tenemos que privatizar las instituciones de este país, Gregorio.

De ese modo, el Congreso de Diputados, por poner un ejemplo, pasaría a ser responsabilidad de una empresa privada, y sus señorías serían trabajadores con todas las obligaciones y responsabilidades, ventajas e inconvenientes que como tales les corresponden.

Las adjudicaciones a las empresas elegidas se harían bajo concurso subasta, y tendrían lugar después de cada proceso electoral.

Entre las ventajas que tendrían sus señorías estaría, por ejemplo, el derecho a la huelga y, por parte de la empresa, tendría la obligación de hacer cumplir a sus trabajadores con la asistencia y el horario correspondiente bajo sanción económica por un incumplimiento injustificado.

Como se puede deducir de las consideraciones y las opiniones vertidas en el debate, la gestión privada vendría a mejorar los resultados y abarataría los costes, y solo hay que imaginar lo bien que marcharía el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria si los concejales y los funcionarios cumpliesen puntualmente con su trabajo.

Lo mismo pasaría con el Cabildo, la atención sanitaria, la educación y los servicios públicos que, a día de hoy, son producto de la mayoría de las reclamaciones de la ciudadanía.

Por lo que se refiere al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, responsable de que las calles y aceras de la ciudad estén tan sucias y deterioradas, ha sido el propio alcalde socialista el que ha dicho que había que dejar el servicio de limpieza en manos de una empresa como Fomento de Construcciones y Contratas, FCC, porque sería bastante más económico para la ciudad.

Uno de los argumentos más sorprendentes del excomunista Ramón Tamames en la moción de censura, fue el referido a lo que calificó como «Clara aversión del Ejecutivo español a los grandes empresarios…» como pueden ser Amancio Ortega de Inditex o Juan Roig de Mercadona, «Cuando son ellos, dijo, los que en muchos aspectos más han cambiado los horizontes tecnológicos y comerciales del país».

Pues eso, Gregorio, había que crear la empresa «Cabildo Insular de Gran Canaria, S. A.» dirigida por Amancio Ortega, y el Ayuntamiento lo podría dirigir un gran empresario como Juan Roig.

Se me ocurre también que, siguiendo el hilo argumental de algunos de los participantes en el citado debate, los señores diputados tendrían que presentarse en su puesto de trabajo debidamente uniformados, y su vestuario tendría que estar a cargo de la empresa adjudicataria como parte del contrato.

También Tamames ha propuesto la creación de un fiscal especial independiente dentro del Congreso, así que, de la misma forma, tendríamos que crear la figura de un vigilante en los plenos de las instituciones, que pudiera supervisar el atuendo y buen comportamiento de los asistentes… Todo sea por el bien de nuestros organismos.

Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.

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