Ver, oír y gritar

Fantasmadas de Halloween

Pedro Sánchez y Carles Puigdemont.

Pedro Sánchez y Carles Puigdemont.

Marc Llorente

La armonización fiscal en Europa depende de los Estados miembros a la hora de aceptar el grado de integración que estén dispuestos a asumir. La regla de unanimidad condiciona su propio nacimiento, más que el desarrollo de las políticas tributarias de la Unión Europea. Se choca con los paraísos fiscales al explorar la puesta en marcha de los propios impuestos. No obstante, la UE prevé controles contra la evasión fiscal.

Lo cierto es que España pierde anualmente más de 4.700 millones como consecuencia de los paraísos fiscales europeos. La Comisión Europea, sin embargo, no reconoce ningún paraíso fiscal en esta zona, a pesar de que los Países Bajos, Luxemburgo e Irlanda atraen a numerosas multinacionales con sus rebajas impositivas.

La opulencia española en paraísos bate el récord de 140.000 millones, y el Observatorio Fiscal de la UE propone una tasa a los ultrarricos que recaude 200.000 millones al año. El mundo está en camino de perder 472.000 millones de dólares anuales en impuestos durante la próxima década. Fraude, evasión y elusión, que trata de aquellas acciones hechas aprovechando vacíos legales o resquicios de las leyes en beneficio propio.

En el ámbito de estas cuestiones, la nueva rebaja fiscal de Díaz Ayuso a los ricos impide reforzar la sanidad pública. Este es un ejemplo de a quién sirven algunos. Pero hay más. Moreno Bonilla y todos los presidentes del PP bajan impuestos por valor de unos 2.400 millones al año a las rentas más altas. No tienen ningún reparo en reclamar al Gobierno de la nación que financie las pérdidas. Que sean los ciudadanos quienes paguen la fiesta en la que otros intervienen. Los medios no son utilizados en favor de los que más ayuda necesitan. Eso sí que es romper España socialmente, el estado de bienestar y diezmar los servicios públicos en definitiva.

Así, los multimillonarios no pagan el impuesto de patrimonio. ¿Qué significa deflactar el IRPF? Pues eso. Unos se ahorran un sustancial importe y los que menos ganan tienen bajadas nulas o que no van a ninguna parte. ¿Qué representa eliminar el impuesto de sucesiones y donaciones? Reducir la recaudación sustancialmente, en perjuicio de la mayoría. Proteger a los poderosos es la norma de la casa popular. Impopular más bien. Este es el concepto de justicia social que albergan. Quien más tiene que pague menos.

Pedro Sánchez creó el impuesto de solidaridad a las grandes fortunas y el PP presentó recursos ante el Tribunal Constitucional. Veremos qué ocurre de aquí a final de año. La compañía de Núñez Feijóo, con él disfrazado de Halloween en primer término (o en segundo), aderezada por el mayor tremendismo aún y el hacha de guerra ultraderechista en los labios, está a merced de las clases dominantes y no muestra el menor inconveniente en recortar ayudas, ingresos mínimos o derechos y libertades siempre que puede. Las situaciones de exclusión le traen sin cuidado. La fría meritocracia ordena y manda. Los pobres se lo merecen por dar la espalda a la cultura del esfuerzo. O sea que mejor es la ley del embudo, la del más fuerte, y un sálvese quien pueda.

El conservadurismo puro y duro no cree en las políticas sociales porque esa actitud iría contra sus propios principios y su forma de estar. No sé si recuerdan que el expresidente M. Rajoy tuvo el inmenso honor de liderar la pobreza infantil en Europa junto a Rumania. No hizo nada. Además de acoger las estrictas órdenes de la derecha económica, Feijóo y sus colegas solo saben fantasmear y calentar las calles a través del megáfono de la caverna mediática. Cuando no es con un pretexto es con otro. Y no aceptan la legitimidad ajena, lo cual es una postura antidemocrática muy peligrosa.

Al margen de ciertas consideraciones, nuestro país funciona y puede hacerlo mejor. El Banco de España confirma que nuestra economía lidera el crecimiento en Europa y seguirá liderándolo en 2024. Bruselas y el Fondo Monetario Internacional lo corroboran, pese a que la posible tendencia de baja productividad laboral desde 2017 en las cuatro principales economías de la Unión Europea, Alemania, Francia, Italia y España, provoque el aumento del déficit y una pérdida de la riqueza.

En este sentido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos pide a España no renovar el año que viene el conjunto de medidas instauradas con objeto de paliar los efectos negativos de las últimas crisis. Recortar la deuda pública, mejorar los ingresos, la eficiencia del gasto y controlar la supuesta desaceleración, que llama a la puerta, no deben ser a costa de los perdedores habituales. Todo esto nos habla de la necesidad de un Ejecutivo de progreso que utilice algo más que parches en pro de la justicia fiscal y social. Y la desactivación de los regalos fiscales a las clases altas.

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