Opinión | Retiro lo escrito

No pasarán

El Ayuntamiento tiene como objetivo convertir Santa Cruz en la capital macaronésica del turismo de extrema derecha

Monumento a Franco en la Avenida Anaga de Santa Cruz de Tenerife.

Monumento a Franco en la Avenida Anaga de Santa Cruz de Tenerife. / María Pisaca

Por fin he descubierto las razones por las que el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife mantiene intacto el Monumento a Franco Uno, Grande y Libre y porfía para que se perpetúe, al menos, hasta la próxima guerra civil. Tanto reconcomerse y resultaba tan fácil. El Monumento a Franco se relaciona con el hotel que se levantará en las inmediaciones de la playa de Las Teresitas y con las inversiones de los fondos Next Generation que no ha conseguido Las Palmas de Gran Canaria, chiiincha, raaaabia, Daaarias. Estas tres astucias conectadas han sido diseñadas con un único objetivo estratégico: convertir Santa Cruz en la capital macaronésica del turismo de extrema derecha. Un segmento de clientes actualmente en auge en toda Europa, como sin duda demostrarán las elecciones al Parlamento europeo del próximo mes.

La lucidez visionaria del alcalde Bermúdez ha encontrado al fin el instrumento para convertir en breve tiempo a Santa Cruz de Tenerife en un destino turístico de relevancia nacional y, en un futuro no muy lejano, internacional y cosmopolita. Porque los ultraderechistas de todo tipo (reaccionarios, autoritarios iliberales, neofascistas, nostálgicos del franquismo, rojipardos) apenas tienen oportunidades en Europa de disfrutar de un turismo que no resulte ideológicamente incómodo o degradante. Por decirlo sencillamente: no hay manera de encontrar en el continente restos urbanísticos o rurales de recuerdo o exaltación de cualquier ideología de extrema derecha. Y los que hay, como los campos de concentración nazis, han sido resignificados para convertirlos en símbolos de horror y crueldad inhumanos por el democratismo globalista. En cambio la capital tinerfeña ofrece, bajo un clima siempre primaveral, una experiencia excepcional: el disfrutar de un monumento en perfectas condiciones para honrar a un dictador asesino y miserable fallecido hace casi medio siglo y que ordenó secuestrar, torturar y asesinar a cientos de habitantes de esa misma ciudad. A ver qué tour operador mejora eso.

El Hotel Primer Año Triunfal, que como mínimo tendrá una categoría de cuatro estrellas, dispondrá en la azotea una piscina con fondo de mosaicos rojigualdos y un trampolín negro en forma de aguilucho. Asimismo, el Hotel Primer Año Triunfal – con las suites Crucero Canarias, Rafael Díaz-Llanos y Camarada Santiago Presente – organizará con la colaboración del ayuntamiento chicharrero distintos tours por el municipio para que los ultraturistas puedan visitar durante las mañanas el Monumento a los Caídos de la Plaza de España, la plaza de La Victoria, la fachada del centro educativo Fray Albino, o la lápida guerracivilista del barrio de San Andrés, para luego pasar el día en Las Teresitas. Como aconsejada pero opcional actividad los visitantes podrán acercarse, siempre al amanecer, a la desembocadura del barranco de El Hierro, donde fueron acribillados por los franquistas numerosos republicanos, socialistas, comunistas, anarquistas y otros infelices sin adscripción partidista alguno, porque todo es empezar a la hora de matar. Según afirman fuentes municipales, la mayoría del gobierno local es partidaria de negociar una ecotasa para este establecimiento hotelero, de manera que colabore en su propia sostenibilidad y en el mantenimiento de nuestros ecosistemas y valores paisajísticos.

Por último, los fondos Next Generation se destinarán a mejorar la percepción de los turistas del ultraderechismo europeo, a través del diseño y desarrollo de sofisticados sistemas de reproducción de sonidos y olores en todo el centro de Santa Cruz: desde la reproducción por altavoces de Deutschalandlied y temas de doña Celia Gámez hasta el olor de sangre humana, sudor de obrero isleño y heces de judío, al que se añadirá el sabor local de una divertida selección de las mejores canciones de murgas. Las autoridades locales están convencidas: en una década Santa Cruz será una ciudad turística para los fachas de primer nivel. Los pesimistas, los hipócritas y los pusilánimes no pasarán.

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