Yanira Martín

Tres mujeres muy versátiles y con mucha chispa darán vida a 15 personajes diferentes. Así, las actrices españolas María Casal, Marisol Rolandi y María José del Valle irrumpirán en el escenario del Cicca, de la capital grancanaria, para protagonizar una de las comedias teatrales más disparatadas y divertidas de temporada, que lleva por título, Te he dejado un pollo en el horno, de la mano de Alternativa Producciones. La obra, escrita y dirigida por Casal, ya lleva un año recorriendo la península y llega ahora por primera vez al Archipiélago, con dos funciones, hoy y mañana, en el centro cultural de la Fundación de La Caja de Canarias, para despertar las carcajadas del público. "Lo que queremos es que los asistentes no paren de reírse. Ese es nuestro mayor regalo", indica del Valle.

La representación se compone de 11 sketches individuales, que no guardan relación alguna entre ellos, y entre los que figuran cuatro escenas y siete monólogos. "Lo bueno de que sean sketches, es que si no gusta uno, puede gustar otro. Pero también puede pasar que la gente se quede con ganas de más en algunos de ellos, pero creemos que está distribuida de una forma muy amena", apunta Rolandi. "Las mujeres de nuestra quinta se suelen tronchar de risa, básicamente porque se identifican con las vivencias que representamos, pero también las personas jóvenes pueden entender perfectamente lo que queremos transmitir", añade.

No obstante, en base al criterio de las artistas, la obra está pensada tanto para el público femenino como para el masculino, y cualquier individuo mayor de doce años puede acudir a verla. "No podemos decir que sea una comedia familiar, pero ya a partir de la adolescencia, se entiende perfectamente lo que transmitimos", promete del Valle.

Asimismo, por la experiencia vivida con la representación de esta obra teatral en la península, no es posible afirmar que la mayoría de las personas que vengan a verla sean mujeres. "En realidad, los que más han venido a ver la obra han sido parejas y matrimonios. Lo cierto es que a los hombres también les suele hacer mucha gracia las exageraciones que hacemos de nuestros problemas", asegura Casal, visiblemente muy entusiasmada con el proyecto que van a presentar en la Isla.

Según relatan las actrices, la base de la obra es reírse de ellas mismas, de sus propias neuras y de los pensamientos que pasan, en ocasiones, por las mentes femeninas. "No ponemos a caldo a los hombres, ni mucho menos, más bien hacemos una autocrítica bastante surrealista de las vivencias de las mujeres y de nuestras propias ideas, que en ocasiones, rozan la estupidez", asegura Casal.

A simismo, del Valle agrega que "tenemos historias muy locas y divertidas, que muchas veces son difíciles de imaginar. Entre ellas se incluye la invención de un hombre, porque ha desaparecido y hay que rehacerlo, la vida de una mujer tan lista que no sabe ni lo que dice, o un troll que anda insultando a la gente por el novedoso mundo de Internet".

Como curiosidad, hay que destacar que la idea del troll, personaje que interpreta Casal, surge por un detractor que tenía la actriz en las redes sociales en su vida real. "Se dedicaba a insultar a otras personas y también a mí. No sabía cómo quitármelo de encima y ya me tenía desquiciada. Hasta que me paré a pensar que es lo que puede pasar por la cabeza de una persona así. A partir de ahí nació la idea de crear a una mujer sin edad y sin físico que está muy sola. Un desastre de persona con el que la gente se muere de risa", confiesa.

En cuanto a las dos funciones en el Cicca, Rolandi dice que "cada una daremos vida a cinco personajes, salvo María Casal, que interpretará a seis". Asimismo, la directora de la obra ha querido resaltar la dificultad que supone hacer una comedia entre tres personas. "Normalmente, para hacer este género se necesitan muchos más actores, pero para nosotras es inviable. Por tanto, hay que decir que hacer una trama entera únicamente tres actrices es una tarea muy compleja".

Por lo que respecta a las demás escenas, "hay una muy graciosa que consiste en una reunión de un grupo de ex compañeras de colegio, a los 40 años de haber finalizado esa etapa educativa. Nos contamos todo lo que hemos vivido hasta entonces, los cambios experimentados, y eso sin duda es algo con lo que se pueden identificar multitud de personas", apostilla Rolandi. Sin embargo, quizás la escena que más empatía pueda causar es la de una superheroína. Puede, incluso, que sea la que presenta menos dosis de humor y pretenda ser más emotiva. Se trata de una madre muy comprometida con la vida familiar. "Es una mujer que tiene que ahorrar para poder arreglarle la boca a su hijo, y que hace colas en el supermercado para traer la comida a casa. Y esta es la verdadera figura de una superheroína, la de una auténtica superviviente", cuenta del Valle, que será además quien interpretará al personaje.

La parodia de la vida

Reivindicativas y con ánimos de romper con los estereotipos de la problemática que rodea a muchas mujeres después de pasar de los cuarenta, pretenden hacer una verdadera parodia de los asuntos más amargos de la vida. "No queríamos tratar divorcios o conflictos con los hijos en tono dramático. De hecho, lo que me impulsó a escribir esta obra es la idea de hacer una reivindicación de los estereotipos que impone la sociedad de la imagen de mujer perfecta. En resumen, nos vamos a reír de todos los obstáculos", asegura Casal.

Además, las actrices se han marcado el objetivo de desmontar la idea que plantea que para que una mujer sea graciosa, "no puede ser atractiva, ni llamativa". Ante esto, la autora asegura que "parece ser que en la actualidad, para que una mujer genere carcajadas tiene que ser fea, patizamba, o tener un ojo más pequeño que el otro, y nada más lejos de la realidad", sostiene. Y agrega que "lo que más rabia nos da es que en el caso de los hombres estos estereotipos no están marcados, y sin duda son criterios muy machistas", dice indignada. Además cree que es necesario acabar con el mito pone de manifiesto que "las mujeres rubias son estúpidas".

Por lo que respecta al título de la obra, hay que decir que no es producto del azar ni de la casualidad. Se trata de una metáfora que trae consigo un mensaje. "Hay que decir que todo el mundo entiende una cosa diferente. Pero más o menos es algo así como decir ahí te quedas, pero he tenido el detalle de dejarte comida en el horno", explica Casal.

La obra ha tenido una gran acogida en el territorio peninsular. Sin embargo, en función de la zona geográfica en la que se encuentren, las actrices confiesan que las reacciones del público son muy diferentes, probablemente, "debido a una relación con el carácter de las personas".

Además, las artistas cuentan, que dependiendo del lugar, también hacen más gracia unos sketches que otros."En lugares como Castilla, por ejemplo, la gente es menos expresiva. En cambio, en Andalucía se parten de risa. Esto no significa que en Castilla haga menos gracia, sino que no lo manifiestan igual", explica la directora de la obra. El trío actoral confía en que el estreno en la capital grancanaria logre enganchar al público y que no pare e reír hasta que termine la función, con una duración aproximada de 80 minutos.

No obstante, Rolandi asegura que lo que más le preocupa mientas está en el escenario es comprobar que los espectadores no se inmutan, y que arrancar una carcajada es un problema. Para la actriz, lo principal es que el público disfrute, por lo que si no percibe esta sensación, no se siente satisfecha. "Cuando acabamos una escena y no escucho carcajadas me pongo muy nerviosa, porque pienso que no hemos cumplido con nuestro objetivo. Pero cuando ya empiezo a oír que la gente se ríe, siento un gran alivio", expresa muy segura de sus palabras.

Por último, las artistas se declaran encantadas y entusiasmadas de estar de visita en la Isla y por presentar la comedia en la capital grancanaria. Y ayer aprovecharon para invitar al público a que se acerque por el Cicca en las funciones de viernes y sábado.

"Tienen que venir a vernos, prometemos que les haremos pasar un buen rato, y seguro que no se van a arrepentir de ver como tres locas se cambian de peluca y de vestuario para caracterizar a cada personaje", concluye Casal.