La leyenda de Drácula ha cruzado océanos de tiempo para inmortalizar la imaginería vampírica de los Montes Cárpatos de Transilvania en versiones incontables de obras de teatro, películas, novelas, relatos, óperas, cómics y videojuegos. En esta estela, la compañía teatral Abubukaka cimienta su propia versión de Drácula en clave humorística y social, con una doble vocación de "arrancar al Conde de sus tinieblas a base de risa" y, a un tiempo, cuestionar los arquetipos femeninos y de representación del amor romántico que, a su juicio, vehicula el clásico decimonónico de Bram Stoker.

"Donde sí que desea hincar el diente Abubukaka es en la arteria principal de la moralidad", sostienen sus integrantes, Amanhuy Calayanes, Víctor Hubara, Carlos Pedrós y Diego Lupiáñez, "pero no se asusten: todo será entre risas y bromas, porque tenemos preparados un banco de chistes para entretener la cabezada". En esta línea, Calayanes revela que "hace tiempo que queríamos reflexionar acerca de cuestiones sobre violencia de género y decidimos hacerlo a través de Drácula porque, a fin de cuentas, siempre ha representado un estereotipo machista histórico y, por otra parte, es una obra que trata sobre el amor romántico, que también tiene mucho de esos estereotipos".

La recreación de Drácula bajo el tamiz satírico de Abubukaka "compensa crítica con humor", apunta Calayanes, toda vez que reproduce la atmósfera espectral de la orgía sanguinolenta de Bram Stoker en su diseño escenográfico, con un órgano de iglesia presidiendo el escenario, "porque la idea es que todo sucede bajo la mirada de dios".

"Y no es por hacer una crítica a la Iglesia, que tantas polémicas ha suscitado en el pasado para Abubukaka, sino para mostrar que, evidentemente, la religión católica y la fe cristiana tiene que ver mucho con Drácula y con toda la civilización occidental, pero también con los roles desiguales de género e incluso con la forma en que nos planteamos el amor", manifiesta Calayanes, quien coincide en que " Drácula de Abubukaka es radicalmente una excusa para retratar tantas conductas instaladas en la sociedad y pretender con ello que, al menos, reflexionemos".

Para encarnar el universo de Vlad Draculea, Abubukaka reduce su representación coral al mínimo esencial, sin séquito de vampiresas o parientes mortales, por evidencias numéricas: Víctor Hubara representa el peso de la humanidad en los hombros de Drácula; Carlos Pedros desciende el abismo de amor en la piel de Mina; Diego Lupiáñez hace doblete en nombre del atormentado Jonathan Harker y la inocente Lucy; y Amanhuy Calayanes sigue los pasos de todos bajo la inquieta mirada del doctor Van Helsing. "Nosotros somos cuatro, así que sintetizamos la obra en esos cinco personajes y, a través de ellos, cada uno representa un posicionamiento social hacia distintas cuestiones sobre igualdad de género", indica este último.

Y last but no least, junto a los retos de su ambientación lóbrega y su equilibrio cómico-dramático, la relectura de Abubukaka se dibuja en verso. "El montaje entero es en verso, lo cual representa otro tipo de dificultades para nosotros frente a lo que estamos acostumbrados en Abubukaka, pero creíamos que el verso enaltecía, por así decirlo, el mensaje que debía transmitir la obra", explica el actor.

En este sentido, la compañía, que acumula varias representaciones de Drácula en Tenerife, confirma que el éxito de esta hibridación ha tumbado los temores iniciales. "Aunque nuestra intención primigenia es que la gente pase un buen rato, nuestra intención también era sorprender con la propuesta, pese a todos los miedos que conllevaba", sostiene Calayanes, "pero, al final, la acogida ha sido muy buena en todas las funciones que hemos dado y el miedo se nos ha quedado atrás".

Aunque el revestimiento lírico de Drácula corrió a cargo de Lupiáñez, -"un manitas en esto del verso", afirma Calayanes-, la compañía distribuye sus competencias en equipo. "Abubukaka se basa absolutamente en un concepto de equipo", afirma el actor al poner en balance la trayectoria de la formación, que dio sus primeros pasos en 2006.

Una docena de peldaños

"Ya llevamos 12 años juntos y nos conocemos bien, aunque, en realidad, son incluso más años, porque íbamos a la misma clase en la Escuela de Actores", recuerda Calayanes. "La clave está en que nos conocemos tanto que cada uno sabe bien los vicios y virtudes de cada uno, así que entre todos compensamos y nos soportamos (Risas). Y lo fundamental es que, por ahora, seguimos con la misma energía con la que empezamos, que nos llevamos bien y que, hasta la fecha, no nos hemos tirado nada a la cabeza", añade.

Su aventura draculiana recala en la capital grancanaria este fin de semana, después de su participación en la nueva temporada del programa radiofónico Cadáver Exquisito, anoche, en la sala Chistera, liderado por Víctor Lemes, Paco Sánchez y Dani Rodríguez. A esta parada en Las Palmas de Gran Canaria le seguirá un periplo interinsular por el Archipiélago durante los próximos meses, dedicados al cultivo de porqués en torno a la leyenda de Drácula.

Y tal como han declarado los propios integrantes de Abubukaka: "¡Dios nos libre de que nuestra adaptación de Drácula sea un muerto! En todo caso, será un no muerto".