Grasse, la ciudad de los perfumes, en la Provenza (Francia), ha sido declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. El organismo perteneciente a las Naciones Unidas ha inmortalizado el arte de hacer perfumes en la localidad francesa, al tratarse de una tradición que se ha ido transmitiendo de una generación a otro durante quinientos años. La Unesco das ha valorado la manera en la que se cultivan las plantas y la forma en que las procesan, para extraer los perfumes que después venden las principales marcas de lujo. La tradición perfumista empezó en el siglo XVI y tiene uno de sus símbolos en los campos extensos de Lavanda. En 1989 se inauguró el Museo Internacional de la Perfumería, único en su clase, dedicado a promover la herencia histórica de las esencias, aromas y perfumes.