La lucha contra el tabaquismo

Estrategias de reducción del daño en fumadores

El doctor Ignacio González Suárez, licenciado en Bioquímica y doctor en Biología Molecular, explica el papel de los dispositivos de tabaco calentado en la reducción del riesgo en los fumadores incapaces de abandonar el hábito

Una científica de Philip Morris Internacional trabaja en los laboratorios de la compañía en Neuchatel, en Suiza.

Una científica de Philip Morris Internacional trabaja en los laboratorios de la compañía en Neuchatel, en Suiza. / LA PROVINCIA El Día

Los dispositivos de tabaco calentado son ya en algunos países, como Japón, una herramienta clave en la reducción del número de fumadores. Esta es una de las conclusiones alcanzadas en el foro online realizado por el periódico EL DÍA La Opinión de Tenerife. El doctor Ignacio González Suárez, director científico de Philip Morris Internacional, mantuvo una charla sobre los últimos hallazgos en el campo de la lucha contra el tabaquismo.

Durante la entrevista, que se realizó a través de videoconferencia desde la sede de la entidad en Suiza, se abordaron cuestiones como las estrategias de reducción de riesgos en la lucha contra el tabaquismo y la limitación de sus efectos perjudiciales en la salud. «La divulgación, el tener acceso a una información que sea clara, objetiva y que no dé lugar a error, es fundamental en cualquier campo porque es lo que nos permite tomar decisiones informadas. En el caso del hábito de fumar, también», arrancó el experto.

Tener acceso a información objetiva permite tomar decisiones informadas

En el caso de la lucha contra el tabaquismo, las estrategias de prevención y cesación son fundamentales. Sin embargo, no son suficientes. La mayoría de los fumadores continúa fumando pese a ser consciente de los peligros que este hábito implica para su salud. La OMS estima que, actualmente y en todo el mundo, una de cada cinco personas fuma y esta cifra global de fumadores se sitúa en más de mil millones. Las expectativas son que ese número, lamentablemente, no va a disminuir considerablemente durante los próximos años. Por ese motivo, es necesario tener en cuenta estrategias adicionales y complementarias a las de la prevención y el fomento del abandono del cigarrillo. «Se trata de proporcionar a aquellos fumadores adultos que van a continuar haciéndolo alternativas libres de humo , alternativas que la ciencia confirme que son una mejor opción a la de continuar consumiendo cigarrillos. De esta manera se puede reducir el número de fumadores al tiempo que se limitan los daños asociados al cigarrillo», indicó. El objetivo principal de estas estrategias de reducción del riesgo es, por lo tanto, doble: reducir el número de fumadores al tiempo que se reduce también el daño asociado al cigarrillo. Pese a que hay muchas personas que aún consideran que el componente más peligroso del cigarrillo es la nicotina –y evidentemente no es una sustancia inocua y provoca adicción– tanto los expertos como los organismos de salud pública coinciden en que los principales culpables de las enfermedades asociadas al cigarrillo están en el humo. «La causa principal son todos los compuestos tóxicos presentes en el humo del cigarrillo», enfatizó el doctor.

Cuando el tabaco se quema, se produce humo. Ese humo es una mezcla compleja con un elevado número de partículas sólidas de muy pequeño tamaño. Tienen base de carbón y pueden penetrar en lo profundo del pulmón y se asocian, directamente, a un incremento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y respiratorias. «Además, hay ahí miles de compuestos químicos. De ellos, alrededor de unos cien están clasificados como tóxicos e identificados como causa principal de enfermedad». Las alternativas a los cigarrillos, dispositivos como los que calientan el tabaco, se basan precisamente en eliminar la combustión y, con ello, se reducen significativamente los niveles de sustancias químicas dañinas en comparación con los cigarrillos.

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  • Es la cantidad de fumadores que hay en todo el planeta. La mayoría de ellos no tiene intención de dejar de consumir cigarrillos.
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  • Al encender un cigarrillo, el tabaco se quema y se produce humo. Se han identificado más de 8.000 sustancias químicas en el humo.
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  • Entre esas 8.000 sustancias químicas, se han clasificado más de 100 de ellas como causas o posibles causas de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco.
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  • Los estudios científicos realizados por Philip Morris Internacional sobre los dispositivos de tabaco calentado que comercializa, demuestran que eliminar la combustión reduce, de media, entre el 90% y 95% los niveles de sustancias químicas dañinas
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  • Desde que se introdujeron los dispositivos de tabaco calentado en el mercado nipón, la tasa de abandono del tabaco ha aumentado en un 13 por ciento.

El director científico de Philip Morris aludió durante su intervención a los estudios que avalan esta afirmación sobre los dispositivos de tabaco calentado. «Para hacernos una idea, en un cigarrillo hay alrededor de medio billón de estas partículas y lo que vemos en los estudios que hemos hecho se observa que los dispositivos de calentamiento de tabaco emiten un aerosol –que es distinto que el humo– y que estas partículas no están presentes en él. Eso demuestra, por un lado, que no hay combustión del tabaco y que, por otro lado, se genera algo muy diferente». Por lo tanto, esas sustancias químicas dañinas que son tan elevadas en el humo de un cigarrillo reducen su presencia de manera muy significativa en el caso de los dispositivos de tabaco calentado «En el caso de las alternativas de tabaco calentado, no se eliminan completamente y por eso siempre decimos que no tienen un riesgo cero y que lo mejor es siempre dejar de fumar. Pero se ve una diferencia muy clara comparado con el humo del cigarrillo», matizó González Suárez.

También son interesantes los estudios clínicos realizados en personas que han abandonado el cigarrillo y se han cambiado a este tipo de alternativas. De hecho, y comparados con las personas que aún continúan fumando, la reducción de la exposición a estas sustancias químicas dañinas es determinante.

Estrategias de reducción del daño en fumadores

P. M.

En los últimos años, Japón ha pasado de tener una tasa alta de tabaquismo a experimentar una reducción drástica de la misma. Ese logro está apoyado, justamente, en el empleo de dispositivos que no queman el tabaco, sino que lo calientan. De hecho, el Ministerio de Sanidad nipón realiza encuestas en este sentido todos los años con resultados muy esclarecedores. «Entre 2011 y 2014, antes de que los dispositivos de tabaco calentado estuvieran disponibles en el mercado nipón, el porcentaje de personas que fumaba se mantenía más o menos constante entre un 19 y un 20 por ciento. Una vez las alternativas de tabaco calentado se introdujeron en el mercado, y si uno se fija en los últimos datos, que son de 2019, se ve que el porcentaje de fumadores se ha disminuido alrededor de un 13 por ciento», abundó el científico. De hecho, Japón ha alcanzado una de las tasas de fumadores más bajas del primer mundo. «Se ha probado que hay un incremento en el número de fumadores adultos que han empezado a utilizar los sistemas que calientan tabaco. Lo que los resultados sugieren es que estos están contribuyendo a reducir el número de fumadores, uno de los objetivos principales de las estrategias de reducción del daño». En Japón también se ha logrado un descenso importante en la venta de cigarrillos, lo que es un claro síntoma de que se está produciendo un «reemplazo» sin que haya un aumento del consumo general del tabaco. «De hecho, hay dos estudios diferentes e independientes que han analizado este descenso en las ventas de cigarrillos y que han llegado a la conclusión de que la causa más probable de este efecto son las alternativas de tabaco calentado».

Es necesario que haya toda una gama de productos respaldados por la ciencia

Experiencias similares, positivas y esperanzadoras, se están registrando en otros países del entorno español. Uno de ellos es Reino Unido, donde la Administración apoya el empleo de los cigarrillos electrónicos en personas que no logran abandonar el cigarrillo. En Suecia, el uso tradicional de Snus –pequeños sobres de tabaco que se introducen entre la mejilla y la encía– convierten a este país en el de menor tasa de fumadores masculinos de la Unión Europea. No es casualidad que sea este, precisamente, el segmento de población que con mayor frecuencia emplea este producto. Las enfermedades asociadas al cigarrillo, como el cáncer de pulmón, también son sensiblemente más bajas entre la población masculina sueca en comparación con la del resto de Europa. «Es muy importante entender que no va a haber un único producto o una única categoría que va a permitir que todos esos fumadores adultos, que de otro modo continuarían fumando, se cambien. Es necesario que haya toda una gama de productos, con una ciencia importante detrás, y dar información y acceso para que se puedan cambiar».

Igualmente, importante es entender que estas alternativas al cigarrillo son dispositivos destinados, única y exclusivamente, a aquellos fumadores adultos que de otro modo van a continuar fumando. «Hemos hecho una serie de encuestas en países donde el dispositivo de tabaco calentado está comercializado –como es el caso de Japón, Italia o Alemania– y lo que vemos es que la gran mayoría de sus usuarios, y estamos hablando de más de un 97 por ciento, son fumadores adultos que usaban cigarrillos en el momento de cambiarse a este dispositivo».

El doctor Ignacio González Suárez, director científico de Philip Morris Internacional.

El doctor Ignacio González Suárez, director científico de Philip Morris Internacional. / LA PROVINCIA El Día

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El doctor Ignacio González Suárez es director científico de Philip Morris Internacional con base en el centro de Investigación y Desarrollo (I+D) en Neuchatel, Suiza. Es licenciado en Bioquímica por la Universidad de Oviedo y doctor en Biología Molecular por la misma universidad, donde se graduó Cum Laude en 2006. Sus estudios incluyen el uso de modelos de cultivo in vitro y ex vivo en la investigación de los mecanismos moleculares de toxicidad alumínica en la enfermedad renal crónica. En 2007 se incorporó al departamento de Oncología Radiológica de la Escuela de Medicina en Washington University en San Luis, en el Estado norteamericano de Misuri. Primero lo hizo como investigador posdoctoral y después como Asociado de Investigación Posdoctoral de la Sociedad Americana del Corazón. Sus estudios incluyen la aplicación de modelos animales y de cultivo celular al estudio de los mecanismos moleculares responsables por la inestabilidad genómica en síndromes de envejecimiento prematuro y en desarrollo y progresión tumoral. En el año 2012 se incorporó al equipo de científicos de Philip Morris Internacional. Asimismo, el doctor González tiene más de 15 años de experiencia en modelos preclínicos de enfermedad, técnicas avanzadas de microscopia y la aplicación de la biología de sistemas a los estudios toxicológicos. Cuenta con más de 40 publicaciones científicas, incluyendo Applied In Vitro Toxicology, International Journal of Chronic Obstructive Pulmonary Disease y BBA-Molecular Cell Research.