La protección de los sebadales constituye una de las piezas clave en la conservación de los sistemas de dunas, actualmente en grave peligro de desaparición tras eliminar el Gobierno de Canarias su protección en el nuevo Catálogo de Especies. Así lo expuso la catedrática de Geografía Física de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Emma Pérez-Chacón, durante la conferencia que impartió ayer, de forma magistral, en el acto de apertura del curso 2010-2011 de la ULPGC.

La lección inaugural titulada La geografía de los sistemas de dunas de Canarias, supuso una radiografía detallada de la mala salud que padecen las dunas, propiciada fundamentalmente por la actividad humana y por una mala gestión del problema, destinándose recursos a proteger el lugar de las dunas en lugar del circuito completo del sistema.

"La edificación realizada en los entornos de los principales sistemas de dunas de Canarias no ha sido fruto del azar, sino de planes territoriales legalmente aprobados. Se ha cometido el error de proteger exclusivamente las zonas donde se localizan las playas y las dunas, sin tener en cuenta que también es necesario garantizar la entrada de sedimentos al sistema, su circulación, su salida, así como las áreas sumergidas, como los sebadales, en las que se producen parte de los sedimentos", afirmó.

RECURSO ESCASO. La catedrática informó que en la actualidad los sistemas de dunas sólo ocupan en Canarias el 3,1% de la superficie del archipiélago. "En consecuencia, se trata de un recurso natural muy escaso, que ha tenido a lo largo de la historia sus luces y sombras, y que en breve va a necesitar cuidados intensivos", y apuntó los modelos que existen actualmente de sistemas dunares, el de las islas orientales, especialmente Fuerteventura y Lanzarote que ocupa cerca del 50% de su territorio; o el de territorios como El Hierro o La Gomera, donde su presencia es "una anécdota".

Mediante una serie de ejemplos, la experta mostró cómo la actividad humana ha ido alterando los sistemas de dunas en sus diferentes sectores. Así, explicó cómo los vertidos costeros, o la construcción de puertos y diques en el área de producción de sedimentos han reducido significativamente los sebadales y, con ello, la formación de arena organógena y la protección de la costa ante la erosión.

En la recuperación de estos sistemas, Pérez-Chacón destacó la necesidad de aunar esfuerzos y adoptar estrategias conjuntas en las que converjan poderes públicos, expertos y sociedad.

En este sentido apeló, en primer lugar, a la responsabilidad de los mandatarios para la adopción de medidas que garanticen la supervivencia integral de estos ecosistemas y, al mismo tiempo velen por el cumplimiento de la legislación vigente que les afecta. Asimismo destacó la necesidad de que la sociedad asuma, de forma colectiva, que los sistemas de dunas forman parte de nuestro patrimonio natural. "Debemos convertirnos en una sociedad culta y ser capaces de protegerlo".

Por último, destacó el papel de las dos universidades canarias ante el reto de trabajar juntas en la conservación y protección de estos ecosistemas. "En la actualidad, los sistemas de dunas litorales de Canarias necesitan cuidados intensivos, pero éstos no pueden realizarse sin conocer bien como funcionan unos ecosistemas que son complejos y muy dinámicos. Sólo desde el conocimiento científico se podrá establecer medidas de gestión adecuadas, que no respondan a la improvisación generada".