Potaje de moda

La verdad sea dicha: tener un ratito de desconecte con las amig@s en general es algo necesario. Hablamos de nuestras cosillas, de la actualidad en general y procuramos que el sitio elegido para ello sea el idóneo, dependiendo de la meteorología, la gastronomía y de la novelería que el espacio en sí ofrezca. La última vez que lo hicimos, ya con un poco de fresquito, nos subimos al bodegón Vandama, en Bandama. Todo como se esperaba: rica comida, enriquecedora charla y caras conocidas.

Nos reunimos, sólo mujeres amigas, cosa de la que no tengo nada que objetar porque me lo paso estupendamente con las mías, que son seres de lo más interesantes cada una de ellas. Ahora bien, hablando del tema y sin saber cómo, esto de salir en grupo se ha convertido en una de las formas convencionales de verse. Hasta aquí todo bien, pero me doy cuenta de que no es tan espontáneo como parece; quiero decir, que depende. Parece ser que si tienes pareja sales con ella y con tus amig@s que las tengan, exclusivamente. En caso contrario, que seas un single o que vivas sola, pasas a engrosar la lista de reuniones con personas solas, en las que por supuesto van las emparejadas pero también solas. Por otro lado, están ellos, con aquello de que la reunión es de hombres, temas de negocios o celebraciones, ya saben. Un potaje de moda para seres extraños y complicados al que yo como ser sociable e independiente me niego a pertenecer. Lo normal es reunirte con personas con las que compartir diálogo, aficiones y silencios, estén en el estado civil que sea y valorar y respetar las decisiones que cada uno de ellos tomaron para definir sus vidas. Así de sencillo.

Hablando del bodegón Vandama, contarles lo divertido que están los viernes noche con el grupo de música que suena en la sobremesa y que pone a todo el mundo en pie de guerra. Dicen los hermanos Cambreleng que además para el sábado día 19 tienen programada una cena con actuación ni más ni menos que del grupo Caps. Noche en la que desde luego nos veremos.

Yo no sé ustedes, pero a mí lo que me apetece con esto de lo cortos que son los días, si tengo un ratito libre, es tirar para el campito. Y así fue que parando en sitios por descubrir llegamos a Ingenio y entramos en un restaurante llamado La Pasadilla. Era bastante tarde, pero el personal amable nos abrió las puertas y nos dieron de cenar. Su vinito, su cerdo bien frito y como especialidad de la casa tienen carnes a la brasa y cordero al horno de leña. Un espacio sin pretensiones, amplio, limpio y recomendable. Me supo.

Bueno, y a los que les supo a gloria bendita el almuerzo organizado el vienes en el restaurante La Terraza del hotel Santa Catalina fue a los Cofrades de San Martín, o lo que es lo mismo, a un grupo de sibaritas e intelectuales que se reúnen cada viernes para degustar lo mejor de la restauración de nuestra Isla y debatir todos a una los temas de más actualidad del panorama.

Este viernes, además, coincidiendo con esto del 11/11/2011, decidieron elegir por unani- midad a José Rojano como chef número uno. Este acto dicen que quieren repetirlo e insti- tucionalizarlo, con el propósito de premiar la labor de nuestros restauradores.

Bonito día de sábado el de ayer con el Womad en el parque de Santa Catalina. Enhorabuena. Te veré...