"Hay quien piensa que quien ha visto un eclipse los ha visto todos, pero no es así, cada eclipse es diferente y la combinación con el entorno hace que cada uno sea singular y especial". Así lo aseguró ayer Frank A. Rodríguez, responsable de la Asociación Saros Expediciones Científicas, con sede en San Mateo, durante la conferencia Cazadores de eclipses: tras la sombra de la luna, que impartió ayer en el Centro Cultural de La Caja de Canarias (Cicca).

El colectivo que preside Santana, y que lleva el nombre de Saro, el ciclo por el cual los eclipses se repiten cada 18 años, es uno de los grupos pioneros a nivel nacional especializado en expediciones a eclipses totales de Sol por todo el planeta, registrando y divulgando este tipo de fenómenos astronómicos.

Desde 1999 se han establecido como "cazadores de eclipses" y han recorrido medio planeta en busca de ellos, iniciando el viaje dicho año en Alemania, pasando por Zambia (2001), Sudáfrica (2002), Egipto (2006), China (2008), Mongolia (2009), Polinesia (2010) y el último en Australia el pasado 2012.

"Un eclipse total de sol es el mayor espectáculo que ofrece la naturaleza: a plena luz del día se hace de noche, aparecen las estrellas y los planetas más brillantes en el cielo; aparece la corona solar, una especie de plumas que salen detrás del Sol y que solo se pueden ver de forma natural detrás de un eclipse, la temperatura baja mucho y la humedad... Son muchas las cosas que hace que los eclipses sean especiales, y no es lo mismo verlo desde la Polinesia Francesa, que desde China o en medio de Sudáfrica".

La próxima cita será el 3 de noviembre en el lago Turkana, en la frontera entre Kenia y Etiopía. "Iremos hasta allí para ver solo 12 segundos de eclipse y ya casi en la puesta de sol, rozando el horizonte, nos la vamos a jugar". Y ya están preparando el de 2015 en Noruega.