Hoy ya es verano y es el mejor día para disfrutar del sol. No es que Meteorología anuncie cielos despejados, perfectos para una jornada en la playa, sino que se trata del día del año en el que durante más tiempo el astro rey se decide a regalar sus rayos al planeta. Justo a las 05.04 de la madrugada, la rotación de La Tierra dio paso a una nueva estación, la más esperada de la población del Hemisferio Norte.

En general se trata de la época del año en que habrá más horas de sol, que además aumentan en función de lo lejos que se esté del trópico. Así, según explica el astrofísico de la Universidad de La Laguna (ULL), Antonio Aparicio, "en Canarias, al estar más al sur, los días son más cortos que por ejemplo en los países del norte de Europa". Eso sí, la bienvenida al periodo estival la da todo el planeta al unísono. "El solsticio se produce el momento exacto en que el sol se coloca justo en el eje perpendicular de la inclinación de La Tierra", señala Aparicio, quien añade que "este hecho implica que el sol se levantará sobre el horizonte a mediodía".

No tiene nada que ver con los husos horarios, de hecho, según los cálculos de los expertos, la hora del reloj tiene un adelanto de unos 150 minutos respecto a la que marcaría el sol. Aunque regulados por la astronomía, ni el horario ni el calendario son exactos. Por eso el solsticio de verano no se da todos los años el mismo día ni a la misma hora. Por ejemplo, el año pasado se produjo exactamente a las 00.09 horas.

Vuelta alrededor del sol

Esto se explica porque "una vuelta alrededor de Sol dura 365 días y un cuarto. Esa fracción es la responsable de la creación de los años bisiestos", señaló Antonio Aparicio. "Se ha dispuesto ese sistema para volver a situarnos en la misma posición que la órbita", explicó, antes de aclarar que "los años bisiestos lo corrigen añadiendo un día más y por eso hay diferencias".

El de hoy no es el único solsticio. En diciembre se produce un fenómeno similar, solo que al contrario y que se conoce como solsticio de invierno. Los otros dos cambios de estaciones se marcan también con un acontecimiento estelar: los equinoccios.

Sin embargo, los más populares son los del verano e invierno porque van asociados a festejos. Según explicó el astrofísico, "las culturas tradicionalmente han ido detrás del sol" y recordó que desde las civilizaciones más primitivas ya estudiaban el firmamento para organizar cuestiones tales como la ganadería o la agricultura, que en gran medida dependen tanto del clima que acompaña a cada estación como de las horas de sol.

En ese sentido, se empezaron a realizar actos de celebración alrededor de lo que hoy conocemos como solsticios porque se entendían como fechas fundamentales para la economía. En la actualidad se mantiene, en el caso de verano, la festividad de San Juan, marcada por el calendario juliano en la víspera de la festividad durante la noche del 23 de junio. Curiosamente, se asocia esa fecha a la noche más corta del año "cuando en realidad la más corta es la del día 20", puntualizó Aparicio.

Resulta curioso otro paralelismo: este desfase de tres días de la celebración popular respecto al solsticio y que viene marcado por la adaptación de los calendarios se repite en invierno. "En medio mundo hay una festividad muy importante tres días después del solsticio de diciembre, justo el día 25 y que coincide con la navidad", añadió el astrofísico quien insistió en que "son fenómenos astrofísicos, aunque las culturas les sigan los pasos".

Los solsticios no han dejado de tener una significación muy especial para las diferentes culturas, son fechas señaladas a las que se les ha otorgado un lugar preponderante en los diferentes calendarios.