Siguiendo la tradición de que los compositores e intérpretes de la asociación Promuscan se reúnan con los creadores que pasan por Gran Canaria, lo hizo el viernes el polaco Krzystoff Penderecki. Con anterioridad lo habìan hecho Henze, Boulez, Guinjoan, Berio, Marco, Catán? Este tipo de contactos representa un incentivo para nuestros jóvenes creadores, pues en ellos pueden formular directamente a los mayores maestros dudas y preguntas, así como debatir sobre temas de gran interés musical.

Penderecki, máximo exponente de la prestigiosa élite de compositores polacos de la segunda mitad del siglo XX, vino ahora por segunda vez, ya octogenario, al Festival de Música de Canarias, donde dirigió el jueves 22 de enero dos obras suyas para flauta y orquesta, enmarcadas entre sendas obras de Mendelssohn. Al final del concierto, que constituyó un gran éxito, pudieron acercarse tres de los jóvenes compositores de Promuscán a su camerino, con la ayuda de la directora del festival Candelaria Rodríguez, e invitaron al maestro a un coloquio informal con los miembros de la asociación a celebrar al día siguiente, viernes, en El Museo Canario. Penderecki estuvo en principio ligeramente reticente debido al cansancio del trabajo que acababa de realizar, pero con la complicidad que su inteligente esposa mostró con los comitentes se avino a recibir en el día propuesto a los miembros de la asociación en el Hotel Santa Catalina a las 17.30 horas. Estaba presente en el camerino el compositor griego Alexandros Hahalis, probable invitado a estrenar obra en el festival del año próximo, quien fue también convocado a la reunión.

Varios compositores y algunos intérpretes de Promuscán, así como algunos profesores y alumnos de composición del Conservatorio Superior de Música de Las Palmas (unos veinte interesados en total), se reunieron a la hora prevista en el bar del Hotel Santa Catalina, formando con las sillas un gran círculo en torno a don Cristóbal, con la presencia de Alexandros y de la gentil e inteligente esposa del maestro polaco, quienes también intervinieron activamente en el coloquio, desarrollado enteramente en inglés. Fue abierto por la soprano Estefanía Perdomo y participaron Víctor Landeira, Ernesto Mateo, Ylenia Álvarez, Eliseo Alemán y otros, incluyendo a los más jóvenes alumnos de composición.

Estuvieron asimismo presentes tres de los Socios de Honor de Promuscán: Juan José Falcón, Guillermo García-Alcalde y Lothar Siemens, que hizo de anfitrión al haber excusado su asistencia el presidente Daniel Roca, y durante casi dos horas disfrutaron todos del humor y la sabiduría de una personalidad que ya es histórica, pero muy cercana y llena de afabilidad.

Respondiendo a numerosas cuestiones, Penderecki habló de sus comienzos como músico, la importancia que tuvo para él el estudio del contrapunto y el conocimiento de la polifonía religiosa, la música coral, los ámbitos arquitectónicos en que ha de producirse la música, la planificación de una obra musical en base a diseñar una estructura de volúmenes y tensiones que luego se rellena de notas, de la idea original y distinta que genera cada obra, del uso de procedimientos técnicos diversos (habló del empleo en sus tiempos más rompedores de clusters en base a 12 semitonos o a 24 cuartos de tono). También se refirió a su devenir estético: su confrontación con las históricas vanguardias radicales, su posterior deriva hacia una música que no excluye la consonancia, como la que escuchamos el día anterior, la controversia que tal libertad personal como creador, que el defiende por encima de todo, generó entre varios colegas anclados en estéticas más rupturistas, etc.

Repartió consejos a quien se los pidió, y cuando una intérprete de órgano le dijo "Maestro, tengo un problema: no me gusta la música contemporánea, ¿qué puede decirme usted", él farfulló irónicamente: "Que a mí a veces tampoco". Fue un encuentro muy distendido y enriquecedor. Los miembros de Promuscán agradecieron al maestro la deferencia de haberles atendido durante casi dos horas, y le ofrecieron algunos regalos de grabaciones y partituras musicales de la más reciente generación de compositores de Gran Canaria, lo que Penderecki agradeció. Iguales presentes recibió el simpático compositor griego Alexandros Hahalis, que intervino frecuentemente en el debate con sabiduría y desenfado.