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Entrevista. Físico

Manuel Toharia: "El mundo actual rico es inconsciente y está agotando los recursos"

"Habría que regalar tecnología a los países pobres, pero el capitalismo no regala cosas, las vende", apunta el divulgador científico

Manuel Toharia. LUISMA MURIAS

Hace unas semanas el filósofo Emilio Lledó recibía el Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades por hacerse preguntas similares a las que se hace un científico. ¿Filosofía y ciencia siguen liderando el arte de pensar?

Al final, las grandes preguntas son las que nos llevan a la ciencia, porque de dónde venimos o a dónde vamos es algo que podemos contestar o bien mediante teorías más o menos inventadas o bien descubriendo, hasta donde somos capaces, qué hubo y que, eventualmente, puede haber. En ese sentido, conviene no olvidar que la filosofía era la ciencia, de hecho no hay gran diferencia entre el Kant filósofo y el Kant científico, no hay ninguna entre el Descartes matemático y el Descartes filosófico. Ahora parece que nos hemos olvidado de que la filosofía es el arte de pensar y la ciencia también, solo que la ciencia utiliza un aparato matemático, una abstracción del desarrollo cognitivo, y la filosofía un lenguaje simplemente literario. Pero tampoco hay que olvidar que la matemática es el instrumento de la lógica, que es una rama de la filosofía.

Sin embargo, parece que la ciencia se ha despojado del humanismo.

No estoy de acuerdo. Quizá se haya desligado la tecnología, que es una ciencia aplicada generalmente con fines de mercado. Todos usamos la tecnología y, en cierto modo, cambia las costumbres sociales y parece que deshumaniza, pero no debemos olvidar que quien hace esa tecnología es tan humano como el que escribía con una pluma de ganso El Quijote. Los tiempos cambian.

La realidad es que la filosofía tiene un protagonismo casi simbólico en la enseñanza no universitaria.

Los científicos que yo conozco que dan clases, profesores tanto de universidad como sobre todo de institutos, se quejan de que las ciencias cada vez son menos importantes en el Bachillerato. Curiosamente, los de Letras, se lamentan de que ya no se estudia Latín ni eso que antiguamente llamábamos Humanidades, pero la ciencia también es humanidad, no la hacen marcianos. Tengo 70 años y cuando miro hacia atrás, veo a un niño que iba al colegio mañana y tarde, cuatro horas por la mañana y tres por la tarde todos los días, sábados incluidos. Hoy eso se consideraría inhumano. Se ha reducido mucho el tiempo de la docencia, pero los programas siguen siendo extremadamente largos y extensos.

¿Cuál es la solución?

No soy experto en pedagogía, pero creo que hay un desfase. Si pretendes dar muchas cosas a los críos en distintos niveles de edad y tienes poco tiempo para ello, algo falla. O muchos deberes en casa o no terminas el programa. No creo que la disminución de Historia, Filosofía, lenguas antiguas o lo clásico, con respecto a la Física, Química o Biología sea mayor, estas tres últimas son las que más han sufrido en recortes de horas de clase y no cabe duda de que el mundo de hoy es tecnificado y que las salidas, suponiendo que la formación sea para tener salidas profesionales, que también lo es para tener una cultura básica, en el mundo de la tecnología y de la ciencia son enormes, mucho más evidentes que las del experto en Latín o en lenguas europeas. En este sentido, si la formación que se da en el Bachillerato y después en los estudios universitarios busca crear profesionales con empleo interesante, se entiende mal que haya poca enseñanza básica de las ciencias.

¿Qué hay que hacer para combatir el cambio climático?

El problema del cambio climático es que entendemos mal lo que significa, primero porque se confunde el tiempo con el clima, un año seco, un invierno muy lluvioso, eso no es clima, es tiempo. Esa primera matización parece un poco exquisita pero es fundamental porque del clima no tenemos conciencia o sí, si miras al paisaje. El cambio de clima a largo plazo siempre ha existido, es un dato muy comprobado, y ahora se teme que haya un cambio añadido por culpa de la mano del hombre y su industria, a través de un efecto que se conoce mal pero que se conoce, que es el famoso efecto invernadero, y la variación de los gases de ese efecto, el CO2 y, sobre todo, el vapor de agua, que es el más importante con mucho, porque el efecto de agua son dos tercios del de invernadero y el CO2 apenas supone un 20% o menos.

¿Estamos agotando los recursos?

Mi último libro, La sociedad del desperdicio, va por ahí, habla de cómo el mundo actual rico es inconsciente. Desperdiciamos energía, agua, calzado, medicamentos, vestidos, apenas aprovechamos un tercio o la mitad de lo que usamos y el resto nos parece un desecho y esos desechos en forma de gases, de líquidos, de sólidos, de basuras industriales, basuras urbanas, de alguna manera tienen un impacto brutal. Esos desechos los produce nuestra forma de vivir, nuestra industria y la forma de obtener energía, de la que sale todo, porque la energía es la capacidad de producir trabajo, por tanto de hacer cosas. La basura tóxica, el humo, están llenos de miles de compuestos químicos terribles para la vida. Y estamos agotando esos recursos en muy poco tiempo. Recursos que han tardado miles de años en formarse y que vamos a gastarlos en siglo y medio o dos siglos. Esto es inasumible e insostenible. Curiosamente, las recetas que preconizan los más alarmistas respecto al cambio climático coinciden con las que hay que tomar urgentemente por culpa de esta insostenibilidad de nuestra forma de desarrollarnos y de crecer que nos quieren comprar los países pobres, por ejemplo China, que esta dejando de ser pobre a costa de hacer lo mismo e igual de mal que lo que hicimos nosotros. No tenemos ningún derecho a decirles que no hagan lo que nosotros hicimos mal. Ahí esta el gran debate político mundial. Si me pregunta, ¿el cambio climático le preocupa? Probablemente le respondería que no. Y si me dice ¿entonces no hacemos nada? Le diría, sí, actuemos como si fuera un cambio climático catastrófico pasado mañana.

O sea que debemos tomar medidas como si hubiera un cambio climático, aunque no lo haya.

Una cosa es el debate científico y ese dejémoslo a los científicos, y empieza a haber una buena pelea, muy racional, y otra es lo que digo en mi libro. Aunque no hubiera cambio climático, habría que hacer lo mismo que si lo hay o más.

Dígame algo que haya que hacer ya.

Regalar tecnología a los países pobres, eso no lo hace el mundo rico porque es capitalista y el capitalismo no regala cosas, las vende, da créditos. El Banco Mundial da créditos a los países pobres, no les da dinero o tecnología. Todo esto es una barbaridad que tendríamos que intentar cambiar.

¿Y seremos capaces de hacerlo?

No. Creo que la Humanidad es muy insolidaria, la prueba es que toda la vida desde hace milenios ha habido guerras, pero por cosas idiotas.

¿Cuánto más llegaremos a conocer del Universo?

Muy poco más. Hay un límite, aparte de la imaginación humana, que es muy corta, la velocidad de la luz. Cuando ves salir el sol, ya ha salido hace ocho minutos, lo vemos ocho minutos después, y eso que está ahí al lado, en términos cósmicos. Cuando ves una estrella que esta a 25 años luz, en realidad una vecina nuestra, lo que ves es cómo era hace veinticinco años y cuando ves una galaxia que está a mil millones de años luz, lo que ves es cómo era la galaxia hace mil millones de años, cuando no había ni humanos en la Tierra, ni siquiera dinosaurios.

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