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Entrevista a María Elvira Roca Barea

"Se ha solidificado una visión de la historia de Europa absolutamente hispanófoba"

"Si le preguntas a cualquiera si España es un país más intolerante que el resto de los europeos te diría que sí, cuando los hechos, bien estudiados, demuestran que es justamente al revés", señala la autora de 'Imperiofobia y Leyenda Negra'

La escritora María Elvira Roca Barea, con un ejemplar de su ensayo 'Imperiofobia y leyenda negra'. LA PROVINCIA / DLP

Su ensayo parte de las nociones de "imperio" y "leyenda negra", que define como pareja inseparable, para acuñar el concepto de "imperiofobia". ¿Cómo se ajusta este fenómeno a la trayectoria de España, desde el siglo XVIII hasta hoy?

El concepto de imperiofobia es resultado de un proceso de decantación, que no aparece ni en un año ni en dos, y que está vinculado a los tópicos de la leyenda negra, que en el caso de España es el resultado de una reacción a la hegemonía del Imperio español, que duró mucho tiempo y ante la que trataron de defenderse determinados poderes locales en el contexto europeo. Y como no pudieron atacar ni en lo económico, ni lo militar, ni en lo cultural, la forma más efectiva -quizás la única que quedaba- fue la lucha propagandística contra el Imperio, destrozando su reputación o la imagen positiva que de él se pudiera tener. Y cuando ese imperio acaba, lo que queda en pie es esa imagen negativa que ya está construida y que hoy forma parte indisoluble de la historia de Francia, de Inglaterra, de Alemania y de tantos países europeos.

Su investigación coteja el caso español con los de Roma, Rusia y Estados Unidos, ¿en qué medida siguen sometidos al sesgo histórico de la imperiofobia?

Me pareció que para poder medir históricamente lo que la leyenda negra había significado y significa en España era necesario colocarla junto a otros fenómenos históricos de naturaleza semejante. Yo había empezado por darme cuenta de que en la historia de Roma se dieron movimientos propagandísticos en los que los romanos habían sufrido también un proceso de acoso y de intento de destrucción de su reputación, que se parecía mucho a lo que había ocurrido con el Imperio español. Luego, me marché a Estados Unidos y vi, en vivo y en directo, cómo había afectado y estaba afectando el americanismo globalmente a los estadounidenses. Entonces, pensé que era una situación inmejorable para intentar comprender cómo funcionaba ese mecanismo en vivo y en directo y así, a partir del estudio del pasado de Roma y del presente de los norteamericanos, intenté aplicar eso a lo que ha sucedido en la historia de España.

En el prólogo, Arcadi Espada sostiene que: "Sólo hay una leyenda negra y es la española".

Bueno, no ha habido un caso semejante en la historia de Europa que se le pueda comparar, porque se ha solidificado una visión de la historia de Europa que es absolutamente hispanófoba y que hemos heredado. Y así fue como nació el concepto de imperiofobia, en el que la leyenda negra no sería más que un caso particular de esa imperiofobia que ha afectado a otros imperios a lo largo del tiempo.

Usted sostiene que "la historia del Imperio español es una cosa y, otra, la historia propagandística que de él se ha hecho, ¿hasta qué punto ha calado la hispanofobia, en sustitución de la realidad histórica, en el discurso de los propios españoles?

Nosotros mismos, en realidad, estudiamos una versión de la historia de Europa que es la que se escribe en el siglo XIX y que lleva aparejada una dosis importante de hispanofobia, pero que nunca se presenta como tal. Un ejemplo es la idea de que España es un país especialmente intolerante desde el punto de vista religioso. Si asumimos esa verdad como tal, así la hemos asumido, porque así la tiene asumida el europeo medio, pero el español también. Si le preguntas a cualquiera si España es un país más intolerante que el resto de los europeos te diría que sí, cuando los hechos, bien estudiados, demuestran que es justamente al revés.

¿Algún episodio histórico ha sigo tergiversado en los libros de historia en virtud de ese relato?

Pues existe un ejemplo muy concreto: hemos estado repitiendo casi durante siglos las cifras de muertos supuestamente producidas por la Inquisición en las operaciones de limpieza religiosa, sin que a nadie se le ocurriese ponerla jamás en duda, hasta que, en 1976, a Jaime Contreras y Gustav Henningsen se les ocurrió investigar en los archivos de la Suprema y rompieron el mito. Esos archivos siempre estuvieron ahí y se pudieron haber investigado muchísimo tiempo antes, ya que la Inquisición era una institución extraordinariamente burocratizada y organizada, con lo cual todos y cada uno de los procesos ha dejado su correspondiente legajo informativo. Pero a nadie se le ocurrió ahondar en este fenómeno simplemente para confirmar si lo que se decía era verdad. La cosa era: "este el relato asumido en Europa; luego, es verdad". Entonces, hasta ese punto hemos sido ingenuamente crédulos.

¿Su ensayo es una llamada a tomar conciencia de la asunción de la leyenda negra en nuevas generaciones? ¿En qué se manifiestan hoy esos prejuicios?

Sin duda, hemos sido muy poco conscientes y muy poco críticos con la versión de la historia de Europa que se asumió en el siglo XIX. Y no tomar conciencia puede ser muy suicida, como lo ha sido a lo largo del tiempo. Ahora mismo estamos viendo un espectáculo lamentable en Bélgica y estamos viendo cómo la prensa extranjera está dispuesta a creer cualquier cosa que sea mala contra España, sin tomarse siquiera la molestia de informarse en condiciones. Y nosotros tenemos que tomar conciencia de que esos prejuicios con respecto a España existen y tenemos que actuar en consecuencia. Lo cobarde o lo suicida en este caso es negar que esa realidad está ahí y tiene vida propia, con independencia de nuestros deseos. La hispanofobia es algo que no nos gusta que exista y que no existe porque nosotros queramos, ni porque la hayamos creado nosotros, sino porque la han creado otros y está ahí, y tenemos que contar con ella porque no podemos fingir que no existe sin que eso suponga un grave daño para nosotros, que lo es.

Con todo, ¿esperaba que Imperiofobia y leyenda negra se convirtiera se convirtiera en un fenómeno editorial en España?

Ni lo esperaba yo, ni lo esperaba la editorial, ni se lo podía imaginar absolutamente nadie, ¡jamás podría decir lo contrario! Me encanta, pero no dejo de intentar tomar distancia para verlo desde fuera e identificar a qué se debe, ya que, ¿qué posibilidades hay de que un ensayo histórico de casi 500 páginas, lleno de notas al pie, se transforme en un libro que lean miles de personas, con 15 ediciones en menos de un año? La única explicación que encuentro, aparte de que el libro sea estupendo (risas), tiene que ver mucho con la situación por la que el país está pasando. Entonces, de alguna manera, el libro puede contribuir a explicar algunas cosas muy dolorosas que están ocurriendo ahora y, quizás, la gente que lee el libro lo recomienda porque nos ayuda a entender un poco mejor esta situación.

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