¿Cuántos córneres habrá durante la primera parte del partido de esta noche? Hay unas grandes posibilidades de que la respuesta, hablando claro, le importe un bledo. Pero en España hay miles de personas que estarán contando cada uno de los saques de esquina de un partido en el que, seguramente, no van con ninguno de los dos equipos. Sufriendo con cada balón que salga por la línea de fondo y llevando las cuentas a rajatabla. Ésa es una de las apuestas estrella que permiten las nuevas páginas de juego online y que, desde hace unos años, permiten apostar por asuntos de lo más variopinto sin moverse del sofá. Euro a euro, cada trimestre, los españoles vienen apostando 889 millones de euros en algún evento deportivo, generalmente fútbol, al mismo tiempo que el partido se está disputando.

Muchos de estos jugadores (los que están en su casa, no sobre el campo) no solo estarán pendientes de los saques de esquina, también se puede apostar al número de tarjetas, al de faltas o al minuto en el que se van a producir los cambios. Incluso, también se puede apostar a cuánto suman los números de las camisetas de los goleadores.

Solo en España había registrados 676.322 jugadores online, durante el último trimestre del año pasado. Son un 11,87% más de los que había en el mismo período del año anterior. El número no ha parado de crecer desde que allá por 2013 se legalizaran los casinos en línea. De forma constante e imparable. Pero no solo de fútbol vive el jugador por internet. La oferta es amplísima.

Hay casinos virtuales, apuestas hípicas, timbas de póquer o bingos. Todo sin necesidad de salir de casa. Aunque, para los que son más activos, los antiguos recreativos se han remozado en lugares donde ya no hay tragaperras ni billares, ahora hay ordenadores y grandes pantallas en las que se retransmiten en directo eventos deportivos para que los clientes puedan elegir entre vastísimas opciones de apuestas. El juego se ha amplificado, con él también han crecido las posibilidades de que se acabe convirtiéndose en una adicción. Es decir, en algo patológico.

Solo durante los últimos tres meses del año los españoles apostaron online 3.555 millones. La cifra marea un poco. Más cuando se comprueba que es un 18% más que durante el último trimestre de 2016. La línea que separa al jugador enganchado del que tiene un problema con el juego es finísima, y muchos la cruzan sin darse cuenta.

El jugador, según una de las primeras definiciones que aporta el mundo psicológico, atraviesa por tres fases. La primera es la de las ganancias, en la que aún juega poco, y es habitual que consiga algún que otro premio. Luego, llega la de las pérdidas, en el que la cantidad que se invierte en el juego va subiendo, el jugador se endeuda, y suele acabar distanciándose de sus amigos y familiares. La última es la de la desesperación, cuando el jugador ya acaba desbordado, según la distinción realizada hace ya unos años por el psicólogo Robert L. Custer.