Cientos de personas participaron ayer en la Bajada de la Rama del municipio de Santa María de Guía, la más antigua de Gran Canaria, para rememorar el episodio histórico en el que los campesinos de la comarca Norte de Gran Canaria espantaron la plaga de langostas rojas que en 1811 arrasaba los cultivos de esta zona. Misión para la que recurrieron a la intercesión de la virgen María, a quien, en agradecimiento por su ayuda, prometieron una celebración anual en su honor y de cuyo cumplimiento y perpetuidad se han encargado de velar Los Mayordomos, como organizadores de estos festejos. Una promesa que recibió el nombre de Voto de Vergara, en referencia a la montaña donde sellaron aquel compromiso de devoción. Este año, los guienses celebraron la 207 edición de la Bajada de la Rama, como siempre, portando ramos decorados con frutos, hortalizas o flores y haciendo sonar con estruendo los bucios, tambores y cajas de guerra, elementos estos últimos que tienen su origen en el antiguo regimiento militar de Santa María de Guía.