La evolución utiliza un tipo de fórmula universal para convertir especies polígamas en monógamas: aumentar la actividad de algunos genes y apagar otros en el cerebro. Así concluye un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Texas en Austin tras analizar diez especies de vertebrados.

"Nuestro estudio abarca 450 millones de años de evolución, que es el tiempo que todas estas especies compartieron un ancestro común", explica la primera autora del estudio, Rebecca Young, del Departamento de Biología Integrativa de UT Austin. El trabajo se publica en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los autores definen la monogamia en animales como la formación de un vínculo de pareja con un compañero durante al menos una temporada de apareamiento, compartiendo al menos parte del trabajo de criar a los cachorros y defender a los jóvenes de los depredadores y otros peligros. Los investigadores aún consideran a los animales monógamos si ocasionalmente se aparean con otros.

Los investigadores estudiaron cinco pares de especies estrechamente relacionadas, cuatro mamíferos, dos aves, dos ranas y dos peces, cada uno con un miembro monógamo y uno no monógamo. Estos cinco pares representan cinco veces en la evolución de los vertebrados que la monogamia surgió de manera independiente, como cuando los ratones de campo no monógamos y sus parientes cercanos se dividieron en dos especies separadas.

Los científicos compararon la expresión génica en cerebros masculinos de las diez especies para determinar qué cambios se produjeron en cada una de las transiciones evolutivas relacionadas con los animales estrechamente vinculados. A pesar de la complejidad de la monogamia como comportamiento, encontraron que siempre ocurrían los mismos cambios en la expresión génica.

El hallazgo sugiere un nivel de orden en la forma en que se producen los comportamientos sociales complejos a través de la forma en que se expresan los genes en el cerebro.