Un método para trabajar la educación emocional, estimular la atención plena, potenciar el autocontrol, y gestionar el estrés. Así se presenta Mindfulness, una estrategia de meditación que el Colegio Nuestra Señora del Carmen de la capital grancanaria ha decidido incorporar a sus aulas durante el presente curso académico en todos sus niveles educativos, que abarcan desde Infantil hasta sexto curso de Educación Primaria. La iniciativa ha requerido instruir previamente al equipo docente, con el propósito de ver cumplidos los objetivos para los que está indicada. "Hemos formado a los profesores durante tres años porque Mindfulness no se puede transmitir solo a nivel conceptual, pues en realidad es una actividad experiencial", explica Javier Álvarez, director y fundador de Mindfulness Canarias Compassion.
A juicio de Álvarez, este ejercicio representa "todo un reto" teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad "en la que nuestros ritmos de vida son muy acelerados y el estrés forma parte del día a día". Sin embargo, es consciente de que la incorporación del método provoca "resistencias" al cambio. "Pero a medida que de forma gradual se va implementando llega un momento en el que no hace falta pensar en la técnica para llevarla a la práctica, sino que los niños ya conocen las herramientas necesarias para ejecutar el método cuando están alterados.", dice el director. Una tarea que ya han comenzado a aplicar, incluso, muchos alumnos del centro con tan solo tres años.
Teniendo en cuenta esto, se muestra contundente al asegurar que para lograr la calidad de la enseñanza hacia los valores y la conexión con uno mismo es necesario que exista un compromiso, y no solo basta con una actuación puntual. "Si lo que buscamos es que forme parte de la vida del colegio, es preciso integrarlo primero a las costumbres de los docentes para poder llegar al alumnado", afirma, para poner en valor la responsabilidad que ha asumido el profesorado de Nuestra Señora del Carmen.
Actividades
Por lo que respecta a las distintas actividades que pone en práctica el conjunto estudiantil cuando realiza este ejercicio de meditación, Javier Álvarez detalla que atienden a unos protocolos que se rigen en conformidad a unos códigos estándar de formación y buenas prácticas. "Para que los niños puedan lograr la atención plena, en primer lugar tienen que tomar conciencia de su propio cuerpo y utilizar la respiración como recurso. Esto es lo que les permite regresar gradualmente al momento presente, y que además puedan ser conscientes de sus estados mentales y pensamientos", detalla el experto.
Por esta razón, indica que lo ideal es que la estrategia se aprenda desde edades tempranas. Un hecho que, según Álvarez, produce grandes beneficios y que ya ha sido evaluado en países como Estados Unidos. "Se ha observado que a medio-largo plazo, con estudios y controles sobre los niños, el método provoca una mejora en el rendimiento académico y se logra el éxito tanto a nivel profesional como personal".
Pero los beneficios que aporta el método se extrapolan también a otros niveles, al permitir mejorar las relaciones humanas, estrechar lazos con buenas amistades, "y disminuir la tendencia a construir hábitos autodestructivos".
Lo cierto es que el centro educativo grancanario recurrió a Mindfulness tras observar un gran nivel de nerviosismo en los niños y una baja atención durante las impartición de las diferentes clases. Una realidad que se opone a los valores propios de la escuela, y por ende, a las cualidades que quiere inculcar a los estudiantes.
"Los alumnos se peleaban por cualquier cosa y había mucha reactividad. Por eso, buscamos fórmulas que nos ayudasen a poner remedio a la situación y nos llamó mucho la atención esta estrategia", confiesa Juana del Rosario, directora del colegio. Para después agregar que, "queremos que nuestro centro sea tranquilo, que haya una convivencia positiva, y que primen valores como la compasión, el respeto, y la empatía".
Con el propósito de averiguar si la actividad se está desarrollando de forma adecuada, cada tutor del centro tiene como cometido realizar una evaluación marcada por una serie de indicadores. Este ejercicio será lo que permitirá poner en valor su eficacia. "Javier Álvarez nos ayuda con este proceso de evaluación. Es cierto que al principio es complicado, pero confiamos que con el paso del tiempo sea más exitoso y la actividad pueda tener continuidad en nuestro centro".
Para hacer realidad este propósito, las sesiones formales de Mindfulness tienen un tiempo de duración definido, y que varía en función del nivel académico. De esta forma, Educación Primaria dedica media hora a la semana, mientras que Infantil contempla solo diez minutos de actividad. "En función de la franja de edad la duración es diferente. No le podemos exigir lo mismo a un niño de tres años que a uno de nueve, por ejemplo", apostilla del Rosario.
Si bien es cierto, que si la atención decae en alguna de las clases los docentes ponen en práctica Mindfulness durante unos pocos minutos en el momento que se oportuno. "Esto puede acontecer al inicio de la clase, o bien, durante su impartición. Somos los profesores los que decidiremos el momento más adecuado", destaca la directora del colegio capitalino.
