Los desiertos oceánico, término con el que se conocen las zonas marinas más pobres en vida -conforman el 70% del océano-, se están expandiendo desde las aguas subtropicales hacia el norte al ritmo de un 6 o un 7% anual. Esta es una de las principales preocupaciones que se abordan en la reunión de los grupos de expertos en Ecología del Zooplancton y en Ecología del Fitoplancton y Plancton Microbiano del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES), que se celebra en la capital grancanaria bajo la organización de la Unidad Asociada al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (Iocag) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

La cita, que acoge a más de 40 investigadores de 15 países de Europa, Estados Unidos y Canadá, tiene por objeto coordinar todas las actividades de investigación marina en el Atlántico Norte, relacionadas con el plancton y la oceanografía, a fin de determinar los efectos del cambio climático en las distintas especies marinas, y especialmente en los organismos del plancton, "que al ser unos organismos uniformemente distribuidos, son una herramienta muy interesante para estudiar ese cambio".

Así lo indicó Santiago Hernández, catedrático de Zoología de la ULPGC y coordinador del encuentro del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) que se celebra hasta hoy en Las Palmas de Gran Canaria. "En efecto, estamos viendo como se están desplazando las especies hacia el norte, las de aguas templadas se mueven hacia donde estaban antes las especies de aguas frías, y las de agua cálida están entrando en la zona templada del Atlántico Norte. El sáhara marino, esos desiertos oceánicos, se están expandiendo hacia el Norte que es donde se encuentran las pesquerías más importantes del mundo, como puede ser las del bacalao en la zona de Estados Unidos y Canadá; o en Noruega, y el Norte de Reino Unido en Europa", avanzó el investigador del Iocag.

Temperatura

A través de los diferentes grupos científicos que conforman el ICES, se está monitorizando y tomando la temperatura al planeta, para detectar como afecta el cambio global a las comunidades marinas. "A través de estas reuniones anuales obtenemos información de primera mano antes de que se publique, y esa información la podemos utilizar para nuestros estudios, para ir cambiando metodologías, criterios... y sobre todo para identificar los problemas", apuntó el profesor Hernández, al tiempo que destacó la importancia de acoger un evento internacional de estas características para los alumnos de doctorado y máster de la ULPGC, de cara a conocer a muchos investigadores de otros laboratorios europeos y americanos, y generar contactos para posibles estancias en el futuro, becas....

En el encuentro que se ha llevado a cabo esta semana en la capital grancanaria, han participado tres grupos de estudio del Consejo Internacional para la Exploración del Mar, uno dedicado a los microbios y plancton vegetal; otro al plancton animal, zooplancton y pequeños peces que habitan a 500 metros de profundidad; y el grupo de genética.

La labor de estos científicos es la de monitorizar las actividades de muestreo de zooplancton, fitoplancton y bacterias en el Atlántico Norte y revisar nuevas tecnologías de análisis y seguimiento para el estudio de estos organismos, para conocer los cambios que está experimentando el planeta en el contexto del cambio global. Los grupos llevan en activo más de 25 años, y sus principales logros han sido recopilados recientemente en la revista científica Progress in Oceanography.

La Universidad de Las Palmas ha estado en el germen de este grupo desde su inicio en 1992. De hecho, esta es la segunda reunión del ICES que se celebra en Las Palmas de Gran Canaria, la primera tuvo lugar en 1993. "Es un orgullo repetir la experiencia 26 años después. De allí nacieron muchas campañas oceanográficas, experimentos de intercalibración de métodos en toda la zona del Atlántico Norte", apuntó Hernández, que forma parte de un grupo consolidado de investigadores de la ULPGC, referente a nivel mundial en estudios oceanográficos y sobre el cambio climático que se llevan a cabo en el Instituto Universitario de Oceanografía y Cambio Global, con el apoyo del Cabildo de Gran Canaria.

"En Canarias tenemos muy estudiado los efectos de esa desertización, vimos como los años cálidos y los fríos son muy distintos a la hora del enriquecimiento que se produce en invierno en plancton que luego da lugar a que las larvas de peces crezcan, y tengamos una buena pesquería".

Décadas

De esta forma, Santiago Hernández recordó que los 80 en las Islas estuvieron marcados por inviernos fríos, hasta 1995, que se entró en inviernos mucho más cálidos debido a un cambio en la circulación atmosférica. "Este año, por ejemplo, está siendo un invierno muy cálido con mucho viento del Sáhara. Esto hace que no se enfríe el océano y sea más pobre, más desierto. Si seguimos calentando nuestras aguas a este ritmo, vamos a tener problemas" apuntó.

Problemas como los que ya se identificaron en 2010, uno de los años más cálidos hasta la fecha, donde la pesquería de sardinas, boquerones, caballa... fue muy pobre. "Eso hizo que los pescadores, además de no poder pescar estas especies, tampoco tenían carnada para el atún, que pasaba por delante y no lo podían capturar. Durante esos años se elevó la demanda de subvenciones en el sector. Es curioso todas las implicaciones sociales que tiene este cambio que estamos sufriendo. También las especies se van reemplazando unas a otras. En los 90 ya veíamos como amenaza la llegada de trompetero, un pescado pequeño, que no tiene valor comercial, y desde el año pasado abunda en nuestras aguas".