El mercado negro que se está creando alrededor de las benzodiazepinas en Canarias es una de las causas fundamentales de que estas sustancias psicotrópicas se hayan convertido en las terceras más elegidas por los adolescentes. Los datos del Informe 2018 del Proyecto Hombre en Canarias así lo constatan: después de la marihuana y el alcohol, estos fármacos son de los que más abusan los jóvenes.

"El 98% de los consumidores adolescentes lo usa para colocarse", afirma el médico y especialista en drogodependencias y conductas adictivas Guillermo Guigou, que insiste en que a muy pocos se les receta este tipo de fármacos. "Son productos que se están filtrando al mercado negro", confirma el experto. Uno de los productos más vendidos en este mercado ilegal -no se considera tal porque son medicamentos regulados- es el Trankimazin. Una sustancia que usualmente está recetada para combatir la ansiedad o la agorafobia, pero que puede causar dependencia cuando se abusa de ella o cuando se consume regularmente durante mucho tiempo.

En España, según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2017, se comercializan cada año unos 52,6 millones de envases de medicamentos derivados de la benzodiazepina, entre los que se encuentran algunos tan conocidos como el Tranquimazin, el Lorazepam o Diazepam.

Existen unas 35 presentaciones de medicamentos diferentes que contienen esta sustancia con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes y constituyen el tercer grupo de fármacos más consumidos de España, detrás de los utilizados para tratar enfermedades cardiovasculares y los antiácidos.

Su gran poder para generar dependencia fue la razón que hizo saltar las alarmas de los especialistas en primer lugar, cuando se dieron cuenta de que los derivados de la benzodiazepina estaban provocando los mismos efectos adversos que una droga en sus pacientes. "La prescripción médica continuada produce farmacodependencia en estos pacientes", insiste el médico, que incide en que el consumo abusivo de estos depresores del sistema nervioso central pueden generar convulsiones, sudoración, pulso débil y rápido, coma y hasta muerte cuando se superan las dosis adecuadas. También generan síndrome de abstinencia, así como sintomatología relacionada con el síndrome de dependencia (5 o 6 días después de haberlo consumido). Pero su efecto no solo es orgánico, porque la sustancia puede provocar distintos efectos en la psique como hostilidad, irritabilidad y hasta pesadillas.

De la última encuesta sobre alcohol y drogas en España (Edades) 2017, del Ministerio de Sanidad, se extrae que ha aumentado el consumo total de hipnosedantes -entre los que los más prescritos y consumidos son las benzodiazepinas- en los adolescentes y los adultos jóvenes (15-35 años). La prevalencia de consumo alguna vez en la vida es la mitad que en los adultos (12,4%), pero crece de nuevo tras haber experimentado un parón en 2015 (10,8%).

No obstante, donde reside el mayor problema, y del que se hace eco este informe, es en la adquisición de hipnosedantes sin receta. El 0,8% de la población entre 15 y 24 años ha consumido esta sustancia en el último año sin receta médica, a pesar de que es un requisito indispensable para poder adquirirlo en farmacias. Esto provoca que "su producción y distribución no se pueda controlar", como señala Guillermo Guigou.

Es frecuente que la adquisición de hipnosedantes vaya acompañado del consumo de otras sustancias psicoactivas. Una circunstancia que, según el Ministerio de Sanidad, "parece poder ser más probable si se adquieren sin receta médica".

Concretamente, un 92,3% de los que admiten haber consumido hipnosedantes sin receta en el último año lo han hecho junto a otras sustancias psicoactivas durante ese mismo periodo (principalmente alcohol). Una cifra que se aleja mucho de la proporción de policonsumidores entre aquellos que los han adquirido con receta, que no supera el 40%. No en vano, los casos de abuso se relacionan frecuentemente con adolescentes que toman el medicamento por vía oral o lo pulverizan para esnifarlo posteriormente.

"Forman un cóctel de sustancias con un único objetivo: colocarse y sentir su efecto agudo en el cerebro", alega Guigou. Un aspecto que ratifica la encuesta Edades es que identificó que un 11% de los hombres consumidores de entre 15 y 34 años reconocen haber utilizado estas sustancias para "colocarse" o para "incrementar o disminuir los efectos de otras drogas que habían tomado". En el caso de las mujeres, este porcentaje desciende hasta el 3,3%, a pesar de que son las que más consumen estos fármacos. Además, un 25% de los consumidores lo han mezclado con bebida energética y alcohol. En todo caso, mayoritariamente se hace uso de estos fármacos para "sobrellevar las situaciones habituales del día a día" o para "afrontar algunos problemas vitales", como pueden ser un divorcio, un despido o la muerte de un familiar.

Las vías de adquisición sin receta también son variadas. Lo más usual -que prevalece en un 54,7% de los casos- es que los jóvenes consigan hipnosedantes "a través de un amigo o familiar"; sin embargo, un 6,5% de los hombres lo hacen a través de "un traficante o persona desconocida". Además, Edades revela que un 49% de los consumidores jóvenes de hipnosedantes estarían dispuestos a adquirir esta sustancia de manera ilegal en caso de no poder hacerse con ellos con una receta médica. Este porcentaje casi roza el 60% cuando se trata de hombres jóvenes, y es el más alto registrado en todos los grupos tanto por edad como por sexo.

La cocaína, la más consumida por los adultos

La cocaína es la sustancia más consumida entre los adultos en Canarias. Concretamente, el 46% de las personas adultas que acuden a Proyecto Hombre en las Islas son consumidores de este tipo de sustancia psicotrópica. Si se desgrana por sexos, son ellos los que hacen uso de esta droga en mayor porcentaje (47,6%) con respecto a las mujeres (24%).

Se trata de algunos de los datos que Proyecto Hombre ha adelantado sobre sus resultados del año 2018. La ONG atendió durante el año pasado mayoritariamente a hombres (84,7%), aunque el número de casos de mujeres que llegaron a la entidad tampoco es nada desdeñable (13,5%). Una cifra que además aumenta considerablemente frente al año anterior, logrando una diferencia del 35,5%. En este sentido, el informe revela que el 72,5% de las mujeres estaba en situación de desempleo y que el 49% de ellas había sido víctima de violencia de género.

El 18,5 % de las personas atendidas se encontraban en situación de exclusión social o en riesgo de estarlo, manteniéndose igual con respecto a periodos anteriores. En el caso de las mujeres sí aumentó hasta alcanzar el 25,5%, mientras que en los hombres se quedó en el 14,7%.

En este sentido, el informe remarca que el 11,3% de la población atendida en entrevistas de información tenía reconocida alguna discapacidad; en el caso de las mujeres, el 19,6% de ellas tenía alguna discapacidad, y en el de los hombres un 10%.

Los servicios de asesoramiento e información de Proyecto Hombre atendieron 387 casos en toda Canarias: 202 en Las Palmas de Gran Canaria y 185 en Santa Cruz de Tenerife. Por otro lado, fueron 464 personas las que se trataron en los centros de día con los que cuenta la ONG, y 175 los que se beneficiaron de los centros residenciales. En cuanto al programa de seguimiento familiar, la entidad atendió a 558 familiares de drogodependientes.