ULPGC, el milagro social que se gestó al grito de ¡Universidad o vergüenza!

José Carlos Mauricio, María Eugenia Márquez, Ángel Tristán, Francisco Rubio Royo, ‘LA PROVINCIA’ y ‘Canarias 7’ reciben la Medalla de honor por su papel en la creación de la entidad universitaria

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

El 26 de abril de 1989 el Gobierno de Canarias aprobaba la Ley de Reorganización Universitaria de Canarias que hacía efectiva una «gesta histórica» de la sociedad grancanaria: la creación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, un «milagro social» que se gestó en el Ayuntamiento capitalino al grito de «¡Universidad o vergüenza!». Así lo remomoró ayer uno de los protagonistas de dicha «gesta histórica», José Carlos Mauricio, quien junto a la ex presidenta del Cabildo de Gran Canaria María Eugenia Márquez, el periodista y ex presidente del Consejo Social Ángel Tristán, y el primer rector de la ULPGC Francisco Rubio Royo, el director de LA PROVINCIA Antonio Cacereño y el presidente de Canarias 7 Juan Francisco García, recibieron de manos del rector Lluis Serra Majem, la Medalla de honor de la ULPGC, durante la celebración del 35 aniversario del nacimiento de la institución universitaria.

El acto central de esta celebración tuvo lugar ayer en el Campus de Tafira, con la presencia de las principales autoridades de la isla, entre las que figuran el presidente del Cabildo de Gran Canaria Antonio Morales, la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria Carolina Darias, el consejero de Educación, Formación Profesional y Actividad Física y Deporte, Poli Suárez, además de los principales representantes de la comunidad universitaria, entre los que destaca el vicepresidente del Consejo Social de la ULPGC, Jesús León.

Mauricio, que intervino en nombre de los homenajeados tras la entrega de las Medallas, fue determinante junto a María Eugenia Márquez, para prender la llama del sueño que culminó en la ULPGC. Ambos, por entonces concejales del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, presentaron con todos los vientos en contra, una moción pro Universidad en el consistorio que estuvo a punto de ser rechazada por todos los partidos canarios que consideraban que no era el momento propicio porque sus partidos se oponían en Tenerife. «Mientras defendía la moción comprendí que iba a perder y entonces María Eugenia, del grupo de gobierno, se levantó contra el pesimismo y la resignación. Hizo un emocionado discurso y les gritó: ¡Universidad o vergüenza! Y ganamos, fue el inicio del milagro social».

Comisión promotora

A partir de ahí, se sumaron a la lucha personalidades como Carlos Bosch, Juan Díaz, Antonio Marrero, Paco Quintana, Sunny Beerli, Beatriz López-Valcárcel..., que constituyeron una Comisión Promotora, que recogiera firmas para presentar una Ley de Iniciativa Popular. Dicha Comisión conectó con todos los centros universitarios y culturales de la Isla y fue entonces cuando se incorporó Francisco Rubio Royo que elaboró las razones, fundamentos y necesidad de una Universidad para Gran Canaria. A las pocas semanas, ya se contaba por un millar las personas implicadas en la lucha por la ULPGC.

Dos medallas para Herminia

El siguiente paso fue contactar con la Coordinadora de la Vivienda, que dos años antes había presentado con éxito la primera Ley de Iniciativa Popular para las Viviendas Sociales. Es aquí donde José Carlos Mauricio destaca el papel de Herminia, la líder de Ciudad Alta, que en aquel momento reunió a centenares de líderes vecinales de todos los barrios de la ciudad. Durante muchas semanas, «subiendo escaleras, tocando puertas, explicando, movilizando», recogieron 30.000 firmas que, sumadas a la de las organizaciones culturales se convirtieron en 50.000.

«Años después, antes de morir, le pregunté a Herminia si no se sentía frustrada, y con ella todo el movimiento vecinal, por no haber sido reconocida con una medalla por la Universidad. Me miró risueña y dijo: Yo no quiero más medallas, Carlitos. Tengo de sobra con las dos que conseguí: mi hija y mi hijo han estudiado y obtenido un título universitario. Luego, lograron dos buenos trabajos que nos sacaron de la pobreza».

LA PROVINCIA

Con un saldo de 50.000 firmas aún insuficiente, el milagro social comenzó a tomar forma con la implicación de los periódicos LA PROVINCIA y Canarias 7, que dieron alas a la reivindicación y pusieron en marcha dos grandes altavoces. Ángel Tristán Pimienta fue una de las figuras determinantes como periodista en esta etapa, donde las redacciones «mantuvieron la llama sagrada encendida durante días, semanas, meses para que penetrara en todos los rincones, en todos los hogares, en todos los pueblos de Gran Canaria. Gracias a ellos, al final ya éramos 300.000, la mitad de la población de la isla. Una marea humana que entró como un tsunami en el Parlamento y les obligó a aprobar la Ley y al Gobierno de Lorenzo Olarte, entre fuertes divisiones internas, a aprobar el decreto de constitución».

Enterró el pleito insular

En este capítulo final, José Carlos Mauricio recordó que en aquel momento sólo se opuso AIC, sin embargo, años después «Manuel Hermoso, en un gesto que le honra, pidió perdón y dijo que se había equivocado. Ese día enterró el maldito pleito insular para siempre».

Mauricio finalizó su intervención con la pregunta ¿cómo fue posible aquel milagro?, y su repuesta evidencia el protagonismo de la población grancanaria que reivindicó en masa en las calles su Universidad. «El secreto de ese milagro es que no hubo líder, ni capitán. Fue de todos y de ninguno. Fue del pueblo grancanario: Una Fuenteovejuna. De todos a una».

Apostar por el talento

El ex diputado hizo, no obstante una reflexión final, si bien esa batalla fue decisiva para que la sociedad avanzara y cosechara años de «crecimiento espectacular» y creación de empleo, «llevamos 15 años retrocediendo, hace falta otra batalla y la sociedad canaria tiene que reaccionar». En este sentido, instó a la población a mirar hacia el pasado para impulsar un futuro en el que las dos Universidades públicas canarias se pongan a la cabeza de la transformación económica de las Islas y apostar por el talento. «El sueño lo tiene que encabezar las dos Universidades, unidas y multiplicadas».

Una reivindicación a la que se sumó el rector de la ULPGC, LLuis Serra, que durante su intervención reclamó el papel de la Universidad «nido de la excelencia y el talento» para guiar la transformación social de generación en generación produciendo riqueza y multiplicando lo que se invierte en la misma. «Somos una inversión y nunca debemos ser percibidos como un gasto. Somos la inversión en talento».

Digitalización

Serra habló del pasado y presente, pero también de los planes de futuro de la institución que giran en torno a las tres principales transiciones a las que se enfrenta la sociedad global: digital, ecológica y social. «Vivimos un mundo que se mueve a un ritmo sin precedentes, definido por la hiper velocidad producida por los avances científicos y tecnológicos rápidos y constantes, la urgencia en la mitigación del cambio climático y los problemas sociales estructurales subyacentes a modelos productivos alejados de los intereses de la población, lo que lleva al mundo a un estado de flujo que permea todos los aspectos de la vida. Y es evidente que la solución no radica en seguir pisando el acelerador sino más bien en levantar un poco el pie del mismo. La sociedad lo reclama y la universidad pública, una vez más, la escucha y participa en las respuestas que entre todos debemos construir, de forma sosegada y con el rigor científico y tecnológico que en esta casa defendemos. Con independencia y responsabilidad. Con prisas, pero con pausas. El futuro de Canarias será con universidad o no será».

Autonomía universitaria

Para abordar el liderazgo de la transformación, Serra señaló la necesidad de dotar a la Universidad de mayor autonomía universitaria, mayor proyección internacional, una universidad en red con otros centros europeos e internacionales, mayor agilidad y flexibilidad en la gestión, con estudiantes mejor orientados y tutelados, que sea más inclusiva y adaptada, brindando una igualdad de oportunidades real, una comunidad universitaria más feliz y comprometida con la institución y la sociedad, trabajando por el desarrollo sostenible de Canarias, aún más transparente, con mayor imbricación con el tejido empresarial y el modelo productivo, dando continuidad a la formación profesional, priorizando los títulos duales, con mayor implicación con el desarrollo profesional de los egresados.... En definitiva, «una universidad para toda la vida, con mayor peso de nuestra cultura canaria y, para hacer posible todo lo anterior, con un buen contrato programa que potencie nuestras capacidades y nuestro impacto social». Apuntó el rector que dichos deseos responden a la única intención de seguir sirviendo a la sociedad que luchó por su nacimiento, haciendo referencia a «la gente maravillosa de esta sociedad que con orgullo te recuerda en el mercado o en la playa: rector yo estaba en la manifestación o rector mi padre, que en paz descanse, estaba en aquella manifestación. Y uno no puede dejar de emocionarse por un lado y sentir el peso de la responsabilidad por el otro».

Finalizó su intervención felicitando y agradeciendo a todas las personas, instituciones y empresas que han hecho posible estos primeros 35 años de la ULPGC, y en especial, a los homenajeados con las Medallas de honor de la ULPGC, que en esta ocasión impresa un grabado del artista Félix Juan Bordes.

También se realizó un reconocimiento especial a la Comisión Gestora, la Comisión Promotora de la Ley de Iniciativa Popular y Reorganización Universitaria de Canarias, ya distinguidos con la Medalla de la ULPGC en la apertura del curso 2004-2005, entre ellos muchos profesores universitarios, que impulsaron esta iniciativa que movilizó a toda la isla, entre los que figuran Antonio Marrero, Francisco Quintana, Teodoro Luján, Beatriz González, Suny Beerli, Juan Manuel García, Anibal Santana, Antonio Miguel Castellano, Carlos Guitián, Juan Díaz, Carlos Bosch, Antonio González y Manuel García.

Fundación Universitaria

Tampoco se olvidó el rector de las instituciones que supusieron el germen de la ULPGC, anunciando que se propondrá a la Fundación Universitaria de Las Palmas, junto a otras, para el máximo reconocimiento de la Universidad antes de finalizar este año de celebraciones por el 35 aniversario.

«Me siento orgulloso de ser el rector de la ULPGC. Hoy sentimos el orgullo ULPGC, el orgullo y la responsabilidad que nos han sabido transmitir ustedes. El orgullo que se respira en este palmeral. Entre ustedes, la gente. Nuestra gente. Feliz 35 Aniversario a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Feliz Aniversario a toda la comunidad ULPGC, que somos todos. Por ti, contigo, muchísimas felicidades».