El servicio de urología de Hospitales Universitarios San Roque ha incorporado a su carta de tratamientos de la vejiga hiperactiva y la incontinencia urinaria la prescripción de la toxina botulínica (bótox), una opción que está dando "muy buenos resultados", explica el doctor Diego Laverde.

"Existen diversas modalidades terapéuticas para tratar la vejiga hiperactiva y la incontinencia urinaria, entre ellas el uso de anticolinérgicos o los B3 adrenérgicos, y con el mismo objetivo se utiliza desde hace poco la toxina botulínica (bótox)", señala el doctor José Laverde.

A su juicio, "esta toxina se administra en dosis pequeñas directamente en los tejidos de la vejiga produciendo parálisis flácida de los músculos de la vejiga con el objetivo es conseguir que aumente de capacidad y que no se produzcan contracciones involuntarias del músculo con la finalidad de reducir la frecuencia de micciones y episodios de incontinencia urinaria precedidos de urgencia".

La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina, lo cual "condiciona un problema tanto higiénico como social que puede demostrarse objetivamente. La vejiga hiperactiva ocasiona una necesidad urgente y repentina de orinar que puede ser difícil de controlar y puede llevar a la pérdida involuntaria de orina (incontinencia)", añade el especialista.

"En resumen, si tenemos vejiga hiperactiva es posible que sintamos una necesidad imperiosa de orinar que es muy difícil de controlar; pérdida involuntaria de orina precedida de deseo urgente de orinar, que orinemos con frecuencia, entre ocho y diez veces en un período de 24 horas o que nos despertemos durante la noche al menos dos o tres veces para ir al baño", explica el urólogo.

La presencia de estos síntomas "provocan angustia, incluso aislamiento y pueden llegar a afectar a la calidad de vida social y laboral del paciente", advierte el doctor Laverde.

Limitar el consumo de tabaco y de alcohol, realizar ejercicio de forma regular y llevar una dieta saludable que evite el estreñimiento son algunos de los consejos para prevenir y tratar la vejiga hiperactiva, al tiempo que fortalecer los músculos del suelo pélvico mediante ejercicios específicos.

Sin embargo, en muchas ocasiones hay que recurrir al tratamiento farmacológico y, en este caso, el uso de la toxina botulínica es una de las estrategias que están dado "muy buenos resultados", valora el doctor Laverde

Además, "se trata de un procedimiento de duración muy corta, aproximadamente cinco minutos, totalmente indoloro para el paciente pues se realiza bajo sedación profunda y de recuperación temprana pues en unas tres horas se recibe el alta hospitalaria", explica el especialista de Hospitales Universitarios San Roque en Las Palmas.