Pedro Álvarez, director del Gran Telescopio Canarias (Grantecan) desde que arrancó el proyecto en 1998 hasta su jubilación, reconoció que al principio las rodillas "flaqueaban" ante un reto que se ha convertido en un éxito.

Con motivo de los diez años que lleva en funcionamiento el Grantecan, Pedro Álvarez señaló a Efe que al principio se trataba de una "aventura en la que, si bien sabíamos lo que había que hacer, te echabas las manos a la cabeza y decías ¡dios mío, dónde nos hemos metido!" El Grantecan comenzó a funcionar el 1 de marzo de 2009 y el 24 de julio de ese año fue inaugurado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma) por los entonces reyes de España, Juan Carlos I y Sofía, en un acto en el que participaron más de 500 astrónomos de todo el mundo.

Pedro Álvarez explicó que en esa aventura él fue el ejecutor de las ideas del fundador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Francisco Sánchez, que fue quien "luchó contra quienes dudaban, ponían todo tipo de dificultades o no creían en el proyecto". Francisco Sánchez, en palabras del primer director del Grantecan, era un "visionario" que actuaba de "paraguas" y que consiguió los fondos en una experiencia en la que hubo todo tipo de dificultades.

Entre dudas "siempre"

Pedro Álvarez dijo que "siempre" hubo dudas externas acerca de la capacidad de España para construir casi sin experiencia el mayor telescopio óptico-infrarrojo del mundo, con un diámetro de 10,4 metros.

La incredulidad internacional no preocupaba en exceso y la nacional era "más dura", dijo Pedro Álvarez, quien destacó que en la actualidad no hay voces en contra y la comunidad científica disfruta del telescopio. Pedro Álvarez subrayó que tenía con él un equipo "magnífico" e hizo hincapié en que no se trata solo del telescopio más grande construido por España sino que también fue la primera vez que Europa construyó un telescopio de diez metros de diámetro con espejos segmentados.

El proyecto arrancó en 1998 y desde el principio se impuso a sus promotores conseguir socios internacionales, como son México y la Universidad de Florida, que se unieron al proyecto en 2000, en el primer caso con el 5% del presupuesto y en el segundo con el 2,5%. El resto del dinero, en torno a 130 millones de euros, lo aportaron los gobiernos español y canario, si bien gran parte eran fondos europeos de desarrollo regional (Feder).

Según Pedro Álvarez, el primero político convencido fue el entonces presidente del Gobierno canario, Manuel Hermoso, y luego Adán Martín, que "empujaron" para que el Ejecutivo central también "tirará del carro". También intervino mucho el que era ministro de Educación y Ciencia, Jerónimo Saavedra, y los fondos con los que se comenzó la construcción llegaron con el Gobierno de José María Aznar, comentó.

En cuanto a los motivos de querer construir un gran telescopio en los observatorios del IAC, Pedro Álvarez explicó que hasta los años 80 del siglo pasado estaban en la "primera línea", ya que en La Palma estaba el tercero más grande del mundo, el William Herchel. Pero las potencias que construían telescopios estaban en los de 8 y 10 metros y ninguno estaba previsto que se instalara en Canarias, de ahí el proyecto.