La construcción del Telescopio de Treinta Metros (TMT, por sus siglas en inglés) en La Palma supondría una inversión de 3.150 millones de euros en los próximos 70 años -la vida útil del aparato- para "La Palma, Canarias y España". Así lo afirmó el presidente autonómico, Ángel Víctor Torres, tras una reunión entre varias instituciones del Archipiélago para determinar las próximas acciones a realizar para allanar el camino al consorcio internacional del TMT. Concretamente, el aterrizaje del telescopio en la Isla Bonita aportaría 1.400 millones de euros durante su construcción y 25 millones de euros cada año -durante 70-, como parte de la concesión. Es decir, 3.150 millones de euros en total.

Las acciones consisten en conseguir todos los permisos (concesión demanial y las licencias municipales, principalmente) en un plazo de dos meses. Y es que el 30 de octubre habrá una "reunión importante" en la que se espera que los miembros del consorcio tomen una decisión final sobre el lugar que priorizarán para la construcción de esta instalación científica de gran envergadura.

Al encuentro entre las instituciones canarias, celebrado en el Observatorio del Roque de los Muchachos, también asistieron el director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Rafael Rebolo; la consejera de Economía, Empleo y Conocimiento, Carolina Darias; el consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial, José Antonio Valbuena; el presidente del Cabildo de La Palma, Mariano Hernández Zapata; así como el vicepresidente de la corporación insular, Anselmo Pestana. También acudieron la directora insular de la Administración General del Estado en La Palma, Ana María de León Expósito; y los alcaldes de Garafía y Punta Gorda, Yeray Rodríguez y Vicente Rodríguez, respectivamente. Allí, se mostró que las instituciones canarias involucradas en la construcción de este aparato tienen una "posición común", como lo destacó Torres.

Aunque el plazo de dos meses pudiera parecer "optimista" teniendo en cuenta la demora con la que a veces trabajan las administraciones públicas, Torres concluyó que al señalar ese límite solo está siendo "realista". "Vamos a tener todos los permisos en las próximas semanas", afirmó el presidente, que informó de que, "probablemente a mitad de octubre, ya podamos entregar todas las licencias al consorcio". Una vez se traslade todo el papeleo a los impulsores del proyecto, serán ellos los que tendrán la palabra final "para decidir si La Palma es el sitio preferido para llevarlo a cabo", afirmó Rafael Rebolo.

La celeridad de estos trámites tienen su origen en la solicitud de licencia de construcción del consejo del TMT en Punta Gorda. Un trámite que data del pasado 25 julio. "Hemos trabajado durante muchos años en preparar los documentos", afirmó el director del IAC para evidenciar que, desde en 2016 La Palma consiguiera configurarse como el lugar alternativo para la construcción del TMT, no se han quedado de brazos cruzados. Un aspecto que también destacó el presidente del Gobierno de Canarias al recordar que, en estos años, "ha habido una concesión concedida, una demanda y una declaración de impacto ambiental que se ha tenido que corregir".

Para continuar con dichas labores, ayer las distintas instituciones canarias aprobaron la creación de una comisión de trabajo y un consejo asesor. "Vamos a intentar que el TMT se quede en nuestra tierra", insistió Torres al tiempo que recordó que, de conseguir su objetivo, se convertirá en "la principal infraestructura científica de España y se encontrará entre las 10 más importantes de Europa".

El presidente autonómico hizo hincapié en la "magnífica noticia" que significaría que el TMT finalmente se instalara en Puntagorda. "No solo por la inversión económica ni el valor social", alegó el presidente que, seguidamente, enumeró todas las bondades que abarcará la construcción del gran telescopio. Desde conformarse como un centro de formación para jóvenes -en Hawái el consorcio lleva años invirtiendo en la formación de los jóvenes a través del fondo The Hawaii Island New Knowledge (THINK)- hasta incentivar la elaboración de una cartera de ingenieros "punteros", pasando por convertirse en reclamo turístico.

No obstante, el consorcio ya ha afirmado en diversas ocasiones que el emplazamiento "prioritario" continúa siendo la montaña sagrada de Hawái, Mauna Kea. La última vez, unos días después de que los nativos de la isla del pacífico se organizaran para obstaculizar el comienzo de la construcción el pasado julio. Pero las instituciones canarias no se han amendrentado y han continuado intentando que el telescopio llegue a Canarias, a pesar del claro posicionamiento del consorcio internacional. "Ahora somos el sitio alternativo y esperamos ser el preferente", aseveró a este respecto el director del IAC.

La decisión que no llega

No es la primera vez que el Consorcio afirma que tomará una decisión sobre la situación final en la que deberá ubicarse el TMT. Y quizás la de finales de octubre de este año tampoco sea la última reunión que se realiza en este sentido. Desde que el 31 de octubre de 2016, los directores del TMT International Observatory (TIO, por sus siglas en inglés) seleccionaran los cielos de La Palma como los mejores para la observación astronómica que requiere el TMT, -batiendo a otros emplazamientos con larga tradición científica como Chile, México o India- se ha estado afirmando que la decisión se tomaría en "un par de meses". Un argumentario que siempre ha estado acompañado de la celeridad con la que se tenían que comenzar los trabajos. No obstante, siempre ocurre algo que lo retrasa.

Las fechas límite para la construcción han sido varias. Cuando comenzó la carrera por la construcción del que sería el telescopio más grande del mundo, los miembros del consorcio internacional -formado por instituciones de Estados Unidos, Canadá, China, India y Japón- tenían la previsión de empezar a construir el gran aparato en 7 de octubre de 2014. De este modo, el telescopio estaría listo para mirar el cielo más allá del Big Bang en 2018. Ese mismo día, la movilización de los nativos hawaianos logró parar los trabajos.

Esa estampa se repitió hasta en dos ocasiones más antes de que en diciembre de 2015, la Corte Suprema de Hawái invalidara los permisos de construcción del telescopio. En su fallo, el tribunal alegaba que el debido proceso legal no fue seguido al haber aprobado la Junta de Tierras y Recursos Naturales el permiso antes de que la audiencia se manifestara de alguna u otra manera respecto al caso que había sido impugnado.

Como, a pesar de los continuos bloqueos, el interés seguía siendo construir en Hawái -ya teniendo la alternativa de La Palma-, los miembros del consorcio se pusieron como fecha límite abril de 2018. De hecho, en 2017, afirmaron en declaraciones recogidas por El País que el telescopio tenía que comenzar a construirse en abril de 2018, "pasara lo que pasase".

Llegó el momento y el TIO volvió a demorar la toma de una decisión para esperar a que el proceso legal por el que estaba pasando el TMT en Hawái culminara. Esa espera se demoró hasta octubre de 2018 cuando finalmente la Corte Suprema de Hawái autorizó la construcción del aparato en la montaña sagrada. Tras lograr este pasado junio también el aval de construcción del Departamento de Tierras y Recursos Naturales de Hawái, el consorcio decidió establecer la fecha de comienzo de las operaciones el 15 julio de 2019. De nuevo, la operación de vio truncada por las protestas de los nativos.

La Palma, que a esas alturas ya veía lejos la posibilidad de que la titánica construcción llegara a sus montañas, volvió a posicionarse como una verdadera alternativa. Una situación que se acrecentó con la campaña en redes sociales de algunas celebridades mundialmente conocidas, como el actor, Jason Momoa, o el cantante, Bruno Mars, en contra de la construcción del TMT en Hawái. Si finalmente el consorcio internacional cede a las presiones de los nativos, La Palma se convertirá el emplazamiento de esta instalación científica.