¿La orografía de Gran Canaria ha dificultado las maniobras de los aviones anfibios, o han tenido espacio suficiente para operar?
Para cargar, coordinándolo en el Puerto de Las Palmas, sí que tenemos espacio suficiente y nos permite actuar de forma bastante segura y efectiva. Luego es verdad que en el incendio, a la hora de descargar, ha habido zonas en las que era muy complicado porque en los barrancos y valles el viento es muy cambiante y eso nos dificulta la operación. Por eso siempre hemos estado operando donde hemos visto que podíamos ser más eficientes y, bueno, creo que se ha notado nuestra acción y que hemos ayudado bastante a extinguir el fuego.
¿Cuáles han sido las partes más complicadas?
Sin ir más lejos esta mañana [por ayer], en el barranco de Agaete, que es de donde acabamos de aterrizar, tuvieron que volver a base nuestros aviones porque no podíamos actuar por el viento. Directamente nos era imposible acercarnos a la zona del fuego. Y luego también cuando estaba más en la zona de Tejeda, cuando el fuego estaba muy metido en el valle, tampoco pudimos porque no podíamos asegurar que fuéramos a salir con seguridad después de descargar el agua.
¿Por qué solo amerizan en el Puerto?
Es porque está resguardado del oleaje porque el oleaje le afecta muchísimo a nuestros aviones y en mar abierto, como es el mar de Canarias, es prácticamente imposible tomar. En otras zonas de la Península sí que tomamos en bahías, pero es que el mar de Canarias es demasiado duro para tomar fuera del puerto.
¿Ha estado en algún otro incendio similar al de la Isla?
Para mí este es el de mayor envergadura al que me he enfrentado. Yo solo llevo un año en el grupo y sí es verdad que el primer incendio al que fui hace medio año, el de Rianxo, en la zona de Santiago, era de tamaño similar, pero al ser la orografía diferente lo pudimos controlar mucho antes. Entonces este sí que ha sido más grande y el que más dificultad hemos tenido para poder operar.
¿Por qué pasan siempre en formación?
El vuelo en formación es prácticamente exclusivo de la aviación militar y su razón de ser, en este caso, es porque es mucho más efectivo hacer tres descargas prácticamente seguidas sobre el fuego ya que al echar los 18.000 litros de golpe se tiene mucha más fuerza.
¿Qué tipo de tecnología tienen estos aviones que les permite estar durante horas volando y amerizando?
Los aviones son muy resistentes, están hechos para ello. También flaquean en otros puntos como pueden ser las navegaciones, que son bastante lentos y tienen una instrumentación más antigua, pero para lo que es su operación principal, que son las cargas de agua, son fantásticos. Tienen limitaciones en el sentido que hay que hacer unas tareas de mantenimiento, revisiones y demás cada equis horas de vuelo y para eso tenemos aquí al personal de tierra que está trabajando constantemente para que los aviones estén listos. Y luego la principal limitación que tenemos es que no podemos volar fuera del horario de luz porque no tenemos esa percepción de profundidad en el ojo humano y tomar agua es muy complicado y lo mismo a la hora de descargar. Esa es nuestra principal limitación, así como las horas que volamos los pilotos que, por normativa, no podemos volar más de nueve horas para extinción de incendios en un mismo día porque se considera que a partir de ese tiempo ya estaríamos muy cansados y se incrementaría muchísimo el riesgo. Pero en este caso, como la situación es tan crítica, lo que hemos hecho para poder volar más horas es dividir turnos de manera que dos tripulaciones vuelan seis horas y así el avión vuela doce horas al día.
¿Qué ha sentido con las muestras de gratitud que han recibido de los grancanarios?
Están por todas partes los carteles con la palabra gracias, hoy [por ayer] lo hemos visto en un estadio de fútbol al norte de la Isla; con piedras escrito en las playas, y la verdad es que estamos sobrepasados con el cariño de los canarios. Yo soy canario, pero mis compañeros que no lo son te diría que se sienten canarios porque están sobrepasados con el cariño. No paran de llegarnos mensajes de agradecimiento también por redes. Nosotros, al fin y al cabo, estamos haciendo nuestro trabajo y lo hacemos lo mejor posible y solo con el hecho de poder ayudar estamos felices, pero encima recibir esas muestras de gratitud nos llena aún más y nos motiva a seguir trabajando.
Ahora los niños de la Isla quieren ser pilotos de hidroavión.
[Se ríe] Me alegra que fomentemos la profesión entre las juventudes.
¿Algo que quiera destacar?
Dar las gracias a la gente por todo el apoyo. Y decir que es verdad que nosotros somos la cara visible, digamos, porque estamos con los aviones sobrevolando todo el rato a la población, pero que sin los bomberos de tierra sería imposible apagar el fuego. Nosotros les ayudamos a ellos. Al final, es un trabajo de muchísima más gente y es verdad que a lo mejor se queda un poco eclipsado porque a ellos no se les ve tanto, pero quiero reconocerles el mérito y que decirles que tienen toda nuestra admiración.
