Yara Bernaldo de Quirós, Marina Arregui, Raquel Puig y Nakita Câmara forman parte de una generación muy preparada que, de forma silenciosa, van logrando grandes avances para la ciencia. Y lo han hecho en un contexto hostil, debido a la falta de inversión en I+D+i en España, y la inestabilidad laboral de los jóvenes investigadores. "La situación de la investigación no está muy bien en este país, no me importa irme fuera, pero a largo plazo me gustaría vivir aquí. Es complicado, tanto, que a veces te hace plantear si vale la pena seguir. Yo he experimentado momentos de frustración, a pesar de que este es un camino muy bonito", indicó Arregui. Crecen encadenando becas y contratos por proyectos, pero siempre bajo la amenaza del paro. Ser brillantes no es suficiente para consolidar una carrera en este ámbito, y a medida que "vas subiendo escalones" la situación se complica, "cada vez hay menos financiación, más competencia, mucha gente preparada y pocos puestos", señalan. Todos sueñan con un país que reconozca la importancia de la ciencia para avanzar y blinde a su talento.