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Canarios en Madrid e Italia

Lejos de la capital, cerca de casa

El cierre de las universidades madrileñas provoca la diáspora de los estudiantes canarios

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Maletas que se llenan con lo necesario para volver a casa, prisas por comprar billetes de avión rumbo a Canarias y despedidas aceleradas de los compañeros de clase, de piso o de colegio mayor. Tras el anuncio del cierre de todos los centros educativos de la Comunidad de Madrid para evitar la propagación del coronavirus, numerosos estudiantes universitarios canarios han decidio alejarse de la capital y volver a casa. Si bien, otros se han decantado por quedarse en Madrid y aprovechar la "cuarentena de estudios" para adelantar trabajos o prepararse las diferentes materias de cara a los próximos exámenes.

En general, durante la jornada de ayer las aulas de las universidades madrileñas no tenían un aspecto tan concurrido como suele ser habitual. Raúl Hernández, un grancanario de 22 años estudiante de Periodismo, fue uno de los pocos que acudió a la facultad en el último día antes del cierre. "La sensación es como si fuera a comenzar el verano, pero con la incertidumbre de no saber qué va a pasar y cómo se van gestionar las asignaturas y los exámenes", apunta Hernández, quien reconoce que en las últimas semanas ha hecho "vida normal", pero que cuando sale a la calle no se habla de otra cosa y "la gente es monotemática".

La preocupación de las familias que tienen a sus hijos estudiando en Madrid, uno de los principales focos del Covid-19 en España, quedó patente en el momento en el se generó una avalancha de compra de billetes de avión. Cuando se confirmó la noticia de que a partir de hoy las universidades cerrarían sus puertas durante quince días, los precios de las plazas de avión se dispararon. Fabia Elejabeitia, grancanaria de 18 años y estudiante de primero de Periodismo, explica que ella consiguió un billete para hoy por 49 euros, pero que minutos después de adquirirlo una compañera buscó el mismo vuelo y ya costaba más de 100 euros. "Al confirmase el cierre, todo el mundo empezó a hacer las maletas, era como evacuar el colegio mayor", relata Elejabeitia.

Formación telemática

En las universidades no se han tomado medidas preventivas previas al cierre de los centros, más allá de colgar carteles informativos sobre los protocolos a seguir y las medidas de higiene que debían seguir los alumnos. Sin embargo, en algunas residencias de estudiantes han sido más precavidos y han impuesto medidas de seguridad. Elena Bulchand, estudiante de primero de Medicina, reside en un colegio mayor en el que han organizado turnos para las comidas. "Entramos en grupos y en las mesas de ocho personas nos sentamos cuatro para evitar estar cerca de los demás", detalla Bulchand. En este mismo centro permiten a los estudiantes permanecer en él durante las próximas dos semanas, pero las zonas comunes, como el gimnasio o la biblioteca, permanecerán cerradas. Si bien, todos los estudiantes de este colegio mayor han decidido regresar a sus comunidades de origen.

Por su parte, Alberto Reguero, quien cursa tercero de Medicina y prefiere quedarse en la capital, considera que "es una cuestión de responsabilidad no salir de Madrid, porque si tienes el virus, aunque no tengas síntomas, puedes estar incubándolo y lo exportas a tu ciudad de origen". En el caso de las facultades de Medicina, no solo se han cancelado las clases teóricas, sino que también se han anulado las prácticas en los hospitales desde la semana pasada.

Los dos estudiantes de Periodismo, Elejabeitia y Hernández, coinciden en destacar que en su facultad hay un gran número de estudiantes de origen asiático que, en los últimos días no han asistido al campus y que, desde que empezó la crisis del coronavirus, en un alarde de responsabilidad que pretende ahuyentar estigmas, llevaban mascarilla sin excepción.

Estos cuatro estudiantes canrios coinciden en desconocer cómo se va a gestionar el plan educativo de sus universidades y si este parón afectará a las materias o a las fechas de los exámenes. Los centros educativos se están esforzando por implantar medidas que faciliten la teleformación y los profesores de toda la comunidad deberán seguir asistiendo a los centros. Desde plataformas en las que los docentes pueden colgar material, a correos electrónicos habilitados para resolver dudas, pasando por la posibilidad de impartir clases vía streaming. El abanico de opciones es muy amplio, pero nada está estipulado porque no existe un protocolo que dé respuesta a situaciones exepcionales de este tipo y todo queda en manos de los docentes, quienes pueden decidir qué hacer con la asignatura que imparten. Esto genera una incertidumbre en los estudiantes, quienes temen sufrir las consecuencias del cese educativo en sus resultados académicos y consideran un perjuicio la suspensión de prácticas.

En general, todos se muestran tranquilos ante el aumento de personas contagiadas en la capital y aseguran no haber modificado sus rutinas. "Estoy tranquilo, a pesar de que la situación en Madrid es alarmante, porque los casos han aumentado mucho, pero en algún momento este crecimiento exponencial se frenará y todo volverá a la normalidad", sostiene Reguero. Si bien, también reconocen haber recibido más de una llamada de sus familiares para que siguieran normas de higiene estrictas y evitaran las grandes aglomeraciones de personas en su tiempo de ocio.

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