Un grupo de treinta grancanarios lo están "pasando estupendamente" en el que es uno de los últimos viajes que está realizando el Imserso por España, tras la prohibición, ayer miércoles, de continuar con el programa cultural, pero no así con las giras ya iniciadas.

Se trata de un periplo de seis días por tierras riojanas, con mayores de Telde, dos matrimonios de Santa Brígida, de Gáldar, pero en el que son mayoría, concretamente con 17 viajeros, los naturales de Santa María de Guía, como Rosa María Torrens, que ayer al mediodía, tomándose un buchito de café, relataba que de las pocas cosas que se palpaba en el ambiente coronavirus que sufre el país era la presencia de una gran cantidad de pequeños acompañados por sus abuelos en el parque a unas horas más propias de escuela y pizarra.

Y es que en La Rioja, según el recuento que ofrecía ayer por la tarde su consejera de Salud, Sara Alba, existen 179 personas con coronavirus, 24 más que en la jornada anterior, y es la primera comunidad autónoma en decretar un centenar de resoluciones para tratar de contener la enfermedad. Esto, tras la asistencia de un vecino conocido como el Camarón de la localidad riojana de Haro, a un velatorio en Vitoria, a medio centenar de kilómetros, convirtiendo a su localidad de residencia en uno de los principales focos de la enfermedad junto con Vitoria y Madrid.

De hecho, relata Torrens, "nuestro destino era precisamente Haro, y en el aeropuerto de Gran Canaria varias personas se pusieron nerviosas porque sabíamos lo que ocurrió con el funeral de Vitoria e incluso lo de un alumno del instituto que también había quedado contagiado, y que no viajaban, hasta que la chica de Mundosenior llamó y no dijo que nos podían trasladar a La Guardia, pero estuvimos a un tris de no hacerlo. Ah, la cosa estaba fuerte"

Tan fuerte que finalmente hacía recular a una veintena de isleños que iban a acompañar a los 30 que hoy pasean por las tierras riojanas.

Por pueblos y ciudades, según sigue explicando Rosa María Torrens, se palpa una normalidad total, "sin nadie por las calles con mascarillas", cuenta desde Nájera, donde apenas 24 horas antes, su alcalde, Jonás Olarte, lanzaba un bando que obligaba al cierre durante quince días de la escuela infantil, la biblioteca de la localidad, el centro cultural, así como de los núcleos deportivos, la estación de autobuses y el parque arqueológico, y de remate, el mercadillo de los jueves.

Como así lo confirma Torrens, "pero los bares no", ni el fabuloso monasterio de Santa María la Real, donde pudo conocer el porqué de su edificación, cuando a principios del XI don García Sánchez III, rey de Nájera, "salió un día a cazar hasta que en busca de su halcón se adentró en el bosque donde encontró un altar en una cueva con la Virgen y el Niño". Aquella cueva es hoy monasterio, y también es un misterio que aún abra sus puertas, porque poco más en Nájera.

Por la tarde este grupo de irredentos, "quizá seamos los últimos del Imserso", declara Rosa María con desparpajo, visitaría Briones, pueblo medieval alongado en una pared casi vertical sobre el río Ebro y cuya villa es Conjunto Histórico Artístico.

Además comparte 'parentesco' con Tejeda, ambos en la lista Pueblos más bonitos de España.

Hoy toca el turno de pasar, "con una guagua que tenemos para nosotros solos", por Cenicero, lugar recio que debe el nombre a los montones de cenizas que dejaban por la zona los primeros pastores del lugar a las orillas del Ebro, ocupada por los árabes hasta el año 740, y villa "con derecho a horca y picota" en 1636. Cenicero presume de acoger vinos como Berberana y Marqués de Cáceres, o Bodegas Riojanas, y de su mercadillo de los miércoles. Pero también suspendido ayer.

Mañana viernes la excursión de los grancanarios por tierras riojanas terminará, para pasar a Navarra, desde cuya capital, Pamplona, volverán a Gran Canaria para alivio de una de las cuñadas de María Rosa, "que todos los días me llama para preguntarme que cuándo vamos a volver, y yo le digo, que de lejos siempre se ven las cosas peores".

Para concluir que "valientes no sé si somos, pero la verdad es que lo estamos disfrutando, y eso que cuando llegamos aquí me pongo a buscar en Google, y veo que todo lo que teníamos programando iba cerrando poco a poco me llegué a decir ¡madre mía!"

Por último hay que recordar, que el Imserso cerró su programa de viajes después de que una vecina de Castellserà (Lleida) que viajó con el Instituto del Mayor a a Benidorm permanece ingresada con coronavirus en el Hospital Universitario Arnau de Vilanova, y aún se investiga si otra viajera de 83 años, que murió el domingo pasado, falleció también con el virus.