"Es legítima la preocupación por las consecuencias que el deterioro de la situación económica y social en África tendría sobre la presión migratoria sobre Europa en general, y sobre Canarias en particular". Así reconoció ayer en el Congreso el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, y Vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, que el actual crecimiento de la llegada de embarcaciones desde las costas africanas a Canarias pudiera seguir incrementándose sustancialmente durante los próximos meses por efecto de la devastación sanitaria, económica y social que la Covid-19 está provocando en el continente vecino.

"Esta es una crisis global que transmite y se propaga como el virus, y los efectos de una crisis en África hacia Europa son incontestables y eso es algo sobre lo que tenemos que estar atentos", aseguró ayer el dirigente comunitario durante su comparecencia en la Comisión de Reconstrucción Económica y Social del Congreso.

Borrell aseguró en este sentido que la UE tiene distintos proyectos en marcha para tratar de dar respuesta a esta situación, que pasa por programas de cooperación con los países de origen de los migrantes irregulares hacia las costas españolas y europeas, o el incremento de la dotación de Frontex, la agencia europea de control de fronteras marítimas en el sur del continente, hasta alcanzar una dotación de 10.000 efectivos que se moverían por los distintos puntos de "presión migratoria" según las necesidades de cada momento.

Ana Oramas

A preguntas de la diputada de CC, Ana Oramas, en el marco de los debates en el Congreso sobre cómo hacer frente a los problemas surgidos por la emergencia sanitaria por el coronavirus y sus efectos económicos y sociales, Borrell destacó el nuevo Pacto para la Inmigración y el Asilo como uno de los puntales de la política migratoria de la UE, y que responde además a uno de los principales compromisos de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leye, en su discurso ante el Parlamento Europeo. Con todo, Borrell aseguró que "esto es difícil de conseguir porque se trata de alterar los equilibrios existentes en tono a los protocolos de Dublín (el actual convenio comunitario sobre la materia), y sobre dónde y cómo se piden asilos, y de qué manera podemos controlar los flujos migratorios para hacer de la migración un proceso ordenado y regular".

Insistió en este sentido que "una de las forma de hacerlo y en lo que estamos trabajando es reforzar Frontex", con "el objetivo de conseguir un número de efectivos de en torno a 10.000 personas, que puedan ser movilizados para ayudar a los países y zonas que sufran una tensión migratoria particular". Puso el ejemplo de Grecia durante la crisis de los refugiados sirios durante varios años desde el 2011, y señaló que "pueda llegar a ser quizá el caso Canarias u otros puntos del sur de la UE en el futuro". "La idea de disponer de una fuerza con capacidad comunitaria y europea para reforzar las capacidades nacionales es bueno, porque permite sacar economías de escala, porque no se trata de tener 10.000 personas en todas partes, sino 10.000 efectivos móviles para poder desplazarlos allí donde haga falta, haciendo grupos de actuación y comunitarizar capacidades", explicó el Vicepresidente de la Comisión Europea.

En su intervención previa, la diputada de CC, Ana Oramas, afirmó que "cuando los migrantes salen huyendo del hambre, de la guerra y de la enfermedad no van a Lesbos, a Lampedusa o a Canarias; sino que vienen a Europa".

Por otra parte, Borrell, a preguntas del diputado socialista canario Héctor Gómez, aseguró que "una parte de los fondos europeos tiene que ir a las regiones ultraperiféricas (RUP) "porque es evidente que son las que más se han visto afectadas por problemas que tienen que ver con el transporte y el turismo" como consecuencia de la pandemia. "Cuanto más lejos estas y más dependes del turismo, es evidente que hay una mayor necesidad especialmente relevante que atender", subrayó el dirigente comunitario.