La compañera que mejor le sienta a un tigre es por regla general una tigresa, pero lo que nadie sabía hasta el martes pasado es que Wendi Deng, esposa y asesora de Rupert Murdoch, iba a llegar a ser también su "ángel de Charlie". Durante una sesión de interrogatorio en el parlamento británico, Deng se abalanzó sobre el cómico que intentaba rociar a su marido con espuma de afeitar y le propinó un gancho de derecha tan increíble como contundente. La imagen dio la vuelta al mundo y, a partir de ese instante, no se ha hablado de otra cosa que de lo unidos que discurren en algunos casos la familia y los negocios. Las agencias chinas y, sobremanera, las redes sociales del país más poblado del planeta, donde la institución familiar adquiere un significado especial, han puesto muy por delante del escándalo de las escuchas ilegales que envuelve al imperio Murdoch el celo protector de la mujer que, un día, pasó de ejecutiva de una cadena de televisión en Hong Kong a convertirse en la madre de los dos hijos pequeños del magnate australiano y en su mano derecha. Esto último, dicho sea de paso, aplicado con todos los merecimientos la semana pasada en los Comunes.

Quienes la conocen saben que los rápidos reflejos de Wendy Deng, el nuevo ángel oriental de Charlie, se deben tanto a su instinto de protección del marido como a su capacidad atlética. El salto que dio por encima de los propios agentes de seguridad para golpear al "payaso de la tarta" con la palma extendida de la mano proviene seguramente de los años en que fue campeona de voleibol en la escuela de Guangzhou, la ciudad de la China meridional donde se crio. La fuerza -como consecuencia del golpe la espuma dirigida a la cara de su marido salió disparada hacia un oficial de Policía-, probablemente de su determinación de acero. La esposa china del magnate de las comunicaciones siempre ha sobresalido en el deporte; por culpa de ello, el octogenario Murdoch acostumbra a levantar pesas a las 6 de la madrugada y bebe una mezcla de frutas y proteína de soja. El propio presidente de News Corporation, que según dicen disfruta con ello, lo reveló en una entrevista concedida a Vanity Fair, aunque en ella se olvidase de referirse a las reprimendas que supuestamente recibe de su preocupada esposa cada vez que descuida la salud.

En medio de la tormenta que sacude al imperio del magnate australiano, el incidente del parlamento sirvió para arrancarle una sonrisa al Tigre, cuando la Tigresa, después de haber frenado al agresor, se dirigió hacia su marido para atenderle, todavía limpiándose la cara salpicada de espuma, y le dijo: "Lo tengo". Murdoch, entonces, se echó a reír, según contaron los presentes. Probablemente se dio cuenta de que Deng había mejorado la imagen de News Corporation mucho más que las empresas de relaciones públicas contratadas para ello, incluida la prestigiosa firma Edelman.

A estas alturas, ya sabrán unas cuantas cosas sobre la mujer a la que sus compatriotas declararon modelo nacional por su forma de dirigir empresas y proteger a empresarios, pero ahí van algunas más: Wendi Deng, presidenta de la asociación de atletismo de su escuela, deportista destacada en voleibol, baloncesto y bádminton, irrumpió en la escena social estadounidense tras reunirse con Murdoch en una recepción en Hong Kong. Se casaron en 1999, diecisiete días después de que el magnate de la prensa se divorciase de su segunda esposa, Anna, madre de Elisabeth, Lachlan y James. Tenía 30 años y había sido recién nombrada vicepresidenta de Star TV, una de las cadenas de Hong Kong. Él, con 68, la doblaba ampliamente en edad.

Hija de un director de fábrica se fue de China cuando era una adolescente, con la ayuda de una pareja californiana, Jake y Joyce Cherry. Ambos estaban en el país del Dragón ayudando a los chinos a construir una fábrica de congeladores. Deng se había matriculado en la Facultad de Medicina de Guangzhou, con 16 años. Un perfil publicado en 2000 por el Wall Street Journal, precisamente uno de los periódicos que acabaría adquiriendo su futuro marido, desveló que el intérprete de Joyce les había presentado a la pareja a Deng, que estaba ansiosa por aprender inglés. Joyce le ofreció matricularse y cuando regresó a Los Ángeles en 1987, su marido se quedó en China para terminar el proyecto de la fábrica. Llamó a Deng por si quería ir a Estados Unidos para aprender el idioma y la pareja le ayudó a obtener una visa de estudiante. Poco tiempo después, Joyce ya sospechaba que su marido estaba teniendo una aventura con la asiática. Deng, que antes de ir a la escuela de negocios de Yale se había matriculado en la Universidad Estatal de California en Northridge, en el Valle de San Fernando, se mudó de casa. Jake, de 53 años y que también doblaba en edad, lo hizo acto seguido a un apartamento cercano. Se casaron en febrero de 1990, pero se separaron cuatro meses más tarde debido a la relación de la china con un ejecutivo, David Wolf, que trabajaba para una empresa de importación y exportación. Jake Cherry confesaría más tarde: "Me dijo que yo era para ella como un padre y que nunca sería más que eso".

En consonancia con su interés por la buena forma física, Deng, ciudadana ya de Estados Unidos gracias al matrimonio con Cherry, trabajó con Wolf en una academia de gimnasia de Los Ángeles, donde desempeñaba el cargo de relaciones públicas entre el personal de entrenamiento de nacionalidad china y los padres de los niños que asistían a los cursos. Apareció por primera vez al lado de Murdoch en 1998. Para entonces ya era empleada de Star Televisión, en la planificación y distribución de los canales de música de la cadena. Actuó como intérprete de Murdoch en una visita a Shanghai y Pekín y, a partir de ahí, los rumores sobre un posible romance con el magnate se dispararon después de que los vieran de la mano tras una cena de negocios en Hong Kong. Ese mismo año, Murdoch se separaba de su esposa. Desde entonces, Deng ha permanecido a su lado.

"Wendi aporta a News Corporation un rostro chino en China", dijo Joseph Ravitch, de Goldman Sachs, el hombre que asesora a los medios de comunicación sobre su estrategia en Asia. "Ella representa no sólo al grupo empresarial, sino también al dueño, y eso es decisivo en un país donde la familia es tan importante". A raíz del incidente de los Comunes, Deng, que desde su matrimonio con Murdoch mantenía dividida a la opinión pública de su país por considerarla muchos de sus compatriotas una trepadora sin mayores escrúpulos, ha pasado ser una auténtica celebridad. Además de su belleza y la capacidad para desenvolverse en el mundo de los negocios, nadie le discute ahora el papel de esposa enamorada y protectora. "La imagen de la mujer china ha subido en un ascensor", destacaba uno de los cientos de miles de mensajes esparcidos por los blogs y las redes sociales. Así es la vida, un pastel de espuma interceptado por el gancho más famoso desde los tiempos de Oscar de la Hoya vino a aliviar la pesada carga que ha soportado y soporta el Ciudadano Kane de nuestros días.