"Siempre tenía una sonrisa en la cara, una broma, un gesto para romper la tensión de tantos momentos tan duros. Iván era amabilidad, humanidad, compromiso, un tipo bonachón que siempre estaba y estaba para todo. Un gran 'cruzrojero", contó Miguel García amigo del voluntario de Cruz Roja que falleció por Covid-19.

Fue la primera cara, la primera palabra de aliento o el primer abrazo con una manta para combatir el frío que han visto cientos, miles de inmigrantes, rescatados por Cruz Roja en las dos últimas décadas, según contó García en La Ventana de la Cadena SER.

Iván había fallecido a sus 48 años después de una intensa lucha de 55 días contra la COVID-19. Murió en el Hospital Puerta del Mar, en Cádiz, a donde lo trasladaron tras ingresar antes en el Punta de Europa, de Algeciras. Estaba casado y tenía dos niños de 8 y 14 años.

"Iván era de los veteranos, siempre al pie del cañón. Empezó de jovencito como voluntario y luego fue de los que ya se quedó, primero como conductor de ambulancia, después como técnico de los equipos de respuesta y atención a inmigrantes", cuentan sus compañeros.

A su mujer le unía el amor por el voluntariado, ya que ambos colaboraban con Cruz Roja. "En 2014, tuvimos unos días muy complicados, con muchas llegadas concentradas, y entre esos casos, había una bebé, a la que bautizamos como Princesa, que apareció sola, sin sus padres ni ningún familiar. Iván y su mujer cuidaron de ella las primeras 24 horas. Estoy seguro de que es uno de los recuerdos más intensos y hermosos que le quedaron para siempre", desveló Miguel Miguel en el citado programa conducido por Carles Francino.

En Cruz Roja están abrumados por la cantidad de mensajes de pésame y cariño que llevan recibiendo desde que se conoció el fallecimiento de Iván, "un referente de la atención a la inmigración no sólo en Cádiz, sino en Andalucía y en toda España".