Eric Philip Gordon es solo una de las millones de víctimas que la pandemia de la Covid-19 provocada por el coronavirus se ha llevado por delante. La pérdida de familiares y amigos, los múltiples despidos, empresas quebradas y personas en bancarrota han sido los protagonistas de un 2020 que parece no tener final.

"Solíamos ver personas sin hogar y casi se convirtió en un cliché", explica el hombre, que cuenta que "pasé de una casa y un trabajo a 220 dólares. Ahora vivo en mi auto debajo de un puente". "Estoy muy triste. Estoy aislado. Estoy solo", confiesa el afectado, que duerme en su furgoneta, una SUV Ford Expedition, aparcada debajo de un puente en Houston (Texas), tras perder su empleo y su casa el pasado mes de marzo, según recoge The Sun.

Vive en una aldea improvisada en la que muchas personas se encuentran en refugios temporales y tiendas de campaña. Allí acuden otros ciudadanos para ayudar a aquellos que no tienen hogar: "Mucha gente no comprende que las personas menos afortunadas no son tan bendecidas como nosotros para conducir y comer bien todos los días. Solo es una pequeña muestra de agradecimiento por cómo vivo", afirma.

Para Philip Gordon el gesto de estos extraños es tan importante que no puede contener las lágrimas: "Estoy hinchado porque he estado llorando durante las últimas tres horas por la amabilidad y la maravilla de la gente de Houston. Cuando no tienes nada, es difícil estar agradecido por algo", señala.

Según las estimaciones del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CD) el daño económico que ha provocado la Covid-19 podría llegar hasta los 16 billones de dólares en otoño de 2021. A este dato se le suma un total de 11,1 millones de personas desempleadas en Estados Unidos, más del doble que el pasado febrero.