El plan de vacunación prevé la creación de un registro en el que quedará constancia de quienes rechacen la vacuna. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, explicó ayer que se trata de un documento a nivel europeo que no se hará público. Ese archivo, detalló, servirá para hacer estudios de farmacovigilancia. El jefe de Sección de Epidemiología y Prevención del Gobierno de Canarias, Amós García Rojas, apunta que el objetivo es tener una base de datos en la que se certifique que se ha ofrecido a cada ciudadano la posibilidad de vacunarse. “Quien no la quiera aceptar, no puede responsabilizar en el futuro al sistema sanitario de que no se le ha dado acceso al fármaco”, detalla.

Con el entusiasmo por la llegada de la vacuna contra la Covid-19 todavía latente, la aspiración de todas las administraciones es alcanzar la inmunidad de rebaño lo antes posible. En Canarias, según estiman los expertos, el objetivo de vacunar al 70% de la población se logrará al final del próximo verano. García Rojas, cree que es probable que “a lo largo del verano haya un porcentaje amplísimo de la ciudadanía vacunada y que después del verano se alcance la inmunidad colectiva”. En esta misma línea, Illa se atrevió ayer a afirmar que con el final del verano concluirá la pandemia. Gracias a la aprobación de la vacuna de Moderna –previsiblemente a lo largo del mes de enero– se incrementará el flujo de dosis y se podrá aumentar el ritmo de vacunación.

Sanidad diseña un registro de las personas que rechacen vacunarse | | EUROPA PRESS

Cuando el nivel de inmunidad de la población llegue al porcentaje deseado –que en el Archipiélago supone algo más de 1,5 millones de personas vacunadas–, la mascarilla empezará a dejar de ser una herramienta de protección fundamental. “Será un proceso lento que irá avanzando en función del porcentaje de cobertura que vayamos consiguiendo y el impacto que ocasionemos en el avance de la pandemia”, detalla con prudencia García Rojas. Quien reconoce que “algunos elementos que han caracterizado nuestra vida en esta crisis sanitaria deberían conservarse en el futuro”. Entre esas costumbres, el presidente de la Sociedad Española de Vacunología señala el lavado de manos o el uso de la mascarilla cuando una persona esté resfriada o con la gripe para evitar contagiar a las personas con las que tenga contacto.

Sin embargo, para guardar las mascarillas en cajón no solo habrá que tener en cuenta el nivel de vacunación que logre alcanzar España. “Hay que conseguir el mismo perfil de cobertura en el resto de países, especialmente en aquellos con los que tenemos una relación más estrecha y directa”, advierte García Rojas.

Los laboratorios de las Islas ya trabajan en la búsqueda de casos relacionados con la nueva cepa

Por ahora, los expertos no pueden garantizar que la vacuna contra la Covid-19 evite la infección por SARS-CoV2. “Eso se sabrá según vayamos vacunando”, explica el epidemiólogo y detalla que si una persona inmunizada está en contacto con el virus no enfermará ya que la vacuna evita la enfermedad grave, pero “no se sabe si se podrá infectar y transmitir el problema a otro”.

Aunque sobre la mesa todavía hay dudas sobre las barreras de protección que puede generar la vacuna, el domingo se inmortalizó una jornada histórica y cargada de emoción. García Rojas reconoce que se sintió “tremendamente feliz por haber vivido un acontecimiento que seguramente marcará el ritmo de la historia de la sanidad de nuestra tierra y de la sanidad global”. Además, el epidemiólogo revela que le costó mucho “mantener el tipo” al ver cómo se ponían las primeras vacunas frente a la Covid-19. “Son muchos meses de dolor y de sufrimiento, de ver como hay gente que pierde su trabajo. Eso ocasiona un tremendo desgaste al trabajar en primera línea de intervención”, señala el jefe de Epidemiología. Quien afirma que el domignose empezó a ver la luz al final del túnel, aunque advierte de que “es un túnel con muchos kilómetros que todavía faltan por recorrer”.

Cuando se acabe con la inmunización de los usuarios de las residencias de mayores, de sus cuidadores y del personal sanitario se seguirá con el resto de grupos establecidos en el plan canario de vacunación. “Después vendrán las personas mayores que no están institucionalizadas y la captación probablemente será activa”, relata García Rojas, quien especifica que es posible que se les vaya llamando para que acudan al punto de vacunación que se vayan estableciendo en el Archipiélago.

La captación de los mayores no institucionalizados para su vacunación “será activa”

España ha confirmado hasta ahora nueve casos de la cepa británica del coronavirus, cuatro en Madrid y cinco en Andalucía, aunque hay más casos que se están investigando, según Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. En el archipiélago vecino de Madeira se han registrado ya hasta 18 positivos con la nueva mutación del virus. Sin embargo, en Canarias todavía no se ha detectado ningún caso relacionado con esa cepa, “lo que no quiere decir que no pueda estar circulando”, recalca García Rojas. “Estamos en un mundo globalizado y con un movimiento continuo de ciudadanos, por lo que es muy posible que llegue a Canarias”, apunta el especialista. Quien indica que la cepa “no está asociada a una mayor virulencia, sino a una mayor capacidad de transmisión, algo que se puede evitar con mascarilla, distancia y lavado de manos”.

Agustina González, la cuarta vacunada en Gran Canaria, fue escogida para protagonizar la portada de la revista del Centro Sociosanitario El Pino. Posa con el histórico gesto de la fortaleza feminista en representación de todas las abuelas, porque aunque se las vea mayores, ellas “son las heroínas” que cambiaron el futuro de las mujeres. |