El Servicio Gallego de Salud ofrece 11.000 euros a una mujer tras "olvidarse" una toalla en su barriga. Ocurrió el pasado 8 de julio de 2020, cuando Beatriz entró en el Hospital Provincial de Pontevedra para ser operada de un tumor pélvico, que consistió en la extirpación del útero y de las trompas de falopio. Finalmente ocurrió una negligencia que casí acabó con la vida de la paciente: "Me dejaron un paño dentro de la barriga en la operación".

Según cuenta Nius Diario, la víctima tiene 45 años y es enfermera de profesión. Y los 11.503 euros le parecen insuficientes. “No es una cuestión de dinero, es una cuestión de que casi me matan y deben pagar hasta el último euro por la negligencia”, sentencia la mujer.

La paciente estuvo 24 horas con un trapo de quirófano de color verde dentro de su cuerpo. Asegura que era un paño relativamente grande, “de los que utilizan para envolver a los recién nacidos”, aseguró.

“Me dolía muchísimo el abdomen, tenía náuseas y vomitaba algo parecido a granos de café de color negro”, relata. Estaba sola en la habitación. Con la pandemia, ningún familiar podía acompañarla. “Estuve durante un día entero diciéndole a los médicos que algo no iba bien. Pero no me hacían caso. No me hicieron ni placa, ni resonancia, ni ecografía, ni nada”, recuerda.

Ante este dolor, una ginecóloga, a la que ella llama su ‘ángel de la guarda’, decidió hacerle unas pruebas. “Al volver a la habitación me dijeron que tenían que intervenirme de urgencia por una posible perforación de intestino”. 

“Me dijeron que me fuese mentalizando porque igual no salía de quirófano y, en el mejor de los casos, sería una persona ostomizada el resto de mi vida”, afirma Beatriz que llegó a despedirse de su familia y pensó que nunca más volvería a ver a su hija de 14 años.

 “Cuando pedí los informes me enteré de que la enfermera que me atendió en la primera operación se ausentó del quirófano para atender una consulta privada. Se marchó olvidándose el trapo que había utilizado durante la operación para separar el intestino dentro. Los que se quedaron, cerraron sin darse cuenta de que quedaba allí”, recuerda. 

Esto le causó una grave peritonitis que, según asegura, casi le provoca la muerte y le dejó una aparatosa cicatriz en el abdomen. Estuvo meses de baja para recuperarse. “A mí esto me arruinó la vida”, recalca. Además de como enfermera, Beatriz trabaja en el mundo de la moda y la publicidad. “Es muy duro mirarte cada día al espejo y ver cómo me han dejado por una negligencia”, añade.