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Manuel Vilas Escritor / autor de ‘Los besos’

«Nos van a tener que dar muchas explicaciones del Covid»

Manuel Vilas (Barbastro, 1962). | |

Le gusta indagar en lo no dicho, en los silencios que se abren cuando no sabemos o no queremos dar explicaciones. Manuel Vilas (Barbastro, 1962) vuelve con ‘Los besos’, novela escrita en el confinamiento. «Me han indignado los desacuerdos, dudas y tejemanejes de las instituciones durante esta crisis».

¿Qué cuenta en Los besos?

Un amor en la madurez, un deseo por reivindicar que el enamoramiento y las pasiones eróticas se pueden dar a cualquier edad: él tiene 58 años y ella 47... Al inicio de la novela nos encontramos con una cita de Franco Battiato que apunta que «la estación de los amores viene y va, y los deseos no envejecen a pesar de la edad».

Una historia de amor en pleno confinamiento, ¿no?

Sí, en medio de la pandemia. El mensaje que transmite Los besos es que en plena catástrofe, en este caso desatada por un virus, la única salida que le queda al ser humano es enamorarse.

Usted es un autor que ha conseguido interpretar muy bien la soledad, los silencios del ser humano, su interior... ¿Se ha sentido cómodo escribiendo desde el epicentro de una cuarentena?

Imaginar una situación tan caótica como la que seguimos viviendo no estaba en la imaginación de la gran mayoría de los escritores... A lo mejor los de ciencia ficción pudieron intuir algo que ahora queremos olvidar rápidamente, pero haremos mal las cosas si pasamos página sin analizar lo sucedido.

¿Salimos muy tocados de esta crisis sanitaria?

Hemos vivido una experiencia planetaria y universal en la que ha muerto mucha gente. Mi afán por ubicar en este contexto una historia de amor es proporcional con la angustia que hemos sufrido todos. El amor es la única solución posible a los males que nos afectan como sociedad e individuos... Los territorios personales son nuestro mejor patrimonio y el covid sigue empeñado en querer arrasarlos.

¿No parece que haya «sufrido» demasiado para construir un potente mensaje en torno a esta novela?

¿Sufrir? (silencio)... A los lectores les digo que deben intentar construir una vida sentimental mucho más ilusionante porque la vida colectiva te puede decepcionar.

¿Los silencios hablan?

Más de lo que muchas personas creen...

...y usted tiene la virtud, si me acepta el cumplido, de hacerlos sonar.

Soy un escritor que indaga mucho en lo no dicho (ríe)... Me gusta transitar por lo no verbalizado y los pequeños detalles. Esta novela está inundada de silencios, de esas cosas que no sabemos decir o procesar... La literatura suele fijarse en cuestiones laterales, la mayoría de las veces poco importantes, pero desde ese punto se puede llegar a unas conclusiones inesperadas.

Manuel Vilas no es un escritor de los que se «muerde la lengua», vamos que no nos equivocamos demasiado si esperamos un discurso ácido.

En el caso de Los besos ese papel se lo entrego al protagonista principal. Él es el que hace crítica a la sociedad y a los políticos... Hemos vivido cosas muy extrañas, muchas de ellas bastante cercanas a la ciencia ficción que nos tendrán que explicar dentro de unos años. Probablemente, algunas de esas respuestas van a ser sorprendentes. Encerrarnos en casa cinceló en nuestro interior el miedo que sufrieron las personas silenciadas por el totalitarismo hitleriano o el estalinismo.

El amor es uno de los asuntos de gran magnitud que nos ayuda a sobrellevar tantos disgustos»

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Hablando de ese «factor sorpresa», ¿no le resulta curioso que esta crisis sanitaria se haya tratado con un amplio margen de improvisación?

Más que sorprender, me ha indignado. Los desacuerdos, dudas y tejemanejes que han mostrado las instituciones han sido tremendamente desilucionantes. Esa decepción de lo público es lo que me motivó a buscar a través de las páginas de esta novela un mundo personal e, incluso, individual.

Un universo personal que está conectado con El Quijote.

Sí, con la creación de una utopía. La manera más plena de sobrevivir es creando una utopía... En este caso, idealizando un amor a través de un ser que se siente decepcionado por cómo ha quedado su vida tras ser atropellado por una pandemia.

¿Sus besos son los mismos besos y abrazos que no llegaron en los peores días de la pandemia?

Ese es uno de los motivos a los que me agarré para titular la novela. Era lo que más eché en falta en los días críticos de esta crisis sanitaria, es decir, lo que se nos prohibió. Titular este libro Los besos era como reclamar poder volver a besar. Un beso es una manera misteriosa de presentarnos a otra persona con una intención amorosa. Esa es la expresión de vida más poderosa que tenemos los seres humanos.

¿Las experiencias que vivió en el último año y medio van a mostrarnos a un autor diferente al de Ordesa o Alegría?

Se van a encontrar con el mismo escritor, pero en un escenario diferente... Me he ido a un territorio distinto, pero en el que el amor juega un rol decisivo. Tanto en Ordesa como en Alegría abordé su presencia conectando las relaciones familiares, mientras que en Los besos trato el amor desde una visión mucho más romántica. Digamos que he logrado cerrar el círculo alrededor del gran tema universal: el amor. Si este no es nudo que dilucida la condición humana, ¿qué otro asunto de tanta magnitud nos puede ayudar a sobrellevar tantos disgustos? Moralmente estoy tranquilo por tocarlo de una manera tan natural.

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