El viceconsejero de la Presidencia del Gobierno de Canarias, Antonio Olivera, detalló esta tarde, tras el Consejo de Gobierno celebrado en la sede de Presidencia de Las Palmas de Gran Canaria, las medidas adoptadas hasta ahora por el Ejecutivo autonómico para ayudar a los afectados por la erupción del volcán de La Palma. Entre las principales novedades, Olivera resaltó la aportación, a corto plazo, de 900.000 euros más de ayudas desde la consejería de Derechos Sociales, cifra que se suma a los 320.000 euros regionales ya distribuidos entre los consistorios afectados y que se reforzará con 5 millones de euros previstos desde el Estado, que se canalizarán a través de este departamento autonómico.

Olivera también destacó que ya se encuentran en el municipio de El Paso las primeras 30 viviendas prefabricadas de las 200 que adquirirá el Gobierno para familias damnificadas por la erupción. Estos 30 primeros prefabricados se sitúan ya en esa localidad, al ser la primera que ha anunciado la cesión de suelo para su ubicación.

Además, el Gobierno escrituró esta mañana, ante notario, la compra de las 18 viviendas anunciadas, que se completarán a medio plazo con otro lote de unas 45 y con nuevas incorporaciones hasta finales de año para un total de 107 en esta fase, que es la cifra contemplada en el calendario hecho público hasta ahora.

Vista trasera de una casa similar a las adquiridas por el Gobierno de Canarias para los afectados por el volcán de La Palma. LP/DLP

Tanto los prefabricados como estas casas adquiridas forman parte de las soluciones habitacionales provisionales a la espera de ir obteniendo los terrenos necesarios para garantizar uno de los grandes objetivos a largo plazo: el arraigo de los afectados en zonas lo más cercanas posibles a sus anteriores mediante viviendas definitivas. Según indicó el viceconsejero de Presidencia, el Gobierno mantiene negociaciones con los municipios de Los Llanos de Aridane y Tazacorte para disponer de suelo para dichos prefabricados cuanto antes.

130 inscritos en el registro único

Olivera también destacó el paso dado desde ayer con la incorporación del registro único. Durante la primera jornada de vigencia, un total de 103 personas se inscribieron en este recurso de forma presencial en la Oficina Única de atención al afectado, ubicada en la Casa de Massieu, de Los Llanos de Aridane. Además, otras 27 lo hicieron de forma telemática y Olivera espera mantener este ritmo hasta incluir a entre 700 y 900 en el primer cierre que se haga del listado, previsto para el próximo martes.

El viceconsejero subraya la importancia de este registro y del sitio web creado www.infovolcanlapalma.org con el fin de agilizar al máximo las ayudas y toda la información sobre el volcán. Según recalcó, el objetivo pasa por reducir al mínimo las gestiones de las personas afectadas y que las administraciones puedan acceder a sus datos una vez den su consentimiento y a través de una única presentación de documentos.

 De hecho, y según explicó, una parte de las trabajadoras sociales que han estado atendiendo a las familias perjudicadas en la Oficina Única se trasladaron ayer y hoy a los hoteles de Fuencaliente y Los Llanos donde se encuentran albergados un total de 470 personas (393 y 67, respectivamente) para completar parte de los datos necesarios, como los números de cuenta bancaria o la firma para poder acceder al resto de la información que se precisa de cada caso en particular.

 En este sentido, Olivera resalta la apuesta que está haciendo el Gobierno para garantizar esta solución habitacional urgente y también se refirió al esfuerzo realizado en los últimos días para que se puedan retomar las clases presenciales en los centros educativos del valle de Aridane tras la suspensión por el alto nivel de cenizas en la zona. Asimismo, recordó que se han destinado 4 millones a la puesta en funcionamiento de dos desaladoras para el regadío en las fincas aisladas por las coladas. Dos mecanismos que, aunque ahora se está reparando uno por problemas en los filtros ante el alto nivel de cenizas, están permitiendo ya ofrecer agua para impedir que se pierdan plantaciones y futuras cosechas.