Con algunas comunidades dando por finalizada la sexta ola de coronavirus y eliminando sus restricciones, hay una medida que continúa vigente en muchos hospitales y causa sufrimiento a otras tantas familias: la prohibición de las visitas a los pacientes ingresados, salvo en determinados casos. Especialmente crudo cuando se trata de una persona mayor y dependiente, critican desde la Asociación El Defensor del Paciente que, asegura, recibe "muchísimas llamadas" de toda España de personas que se quejan de no poder ver a sus padres o madres ancianos. En Canarias, el secretario general del PP, Poli Suárez, ha instado al Gobierno regional a que flexibilice las normas: "No pedimos carta blanca para todo el mundo, pero sí que el centro hospitalario permita ese acompañamiento, para que esas personas no se sientan solas, porque es muy duro", asegura el popular a este diario.

La sexta ola cede y, poco a poco, comienza el inicio de una nueva andadura, de una vida más normalizada. Con la bajada de la incidencia de casos en todas las comunidades y tras el fin de la mascarilla en exteriores, varias comunidades han decidido revocar las medidas que mantenían para luchar contra la sexta ola, por lo que España vuelve a dejar atrás a partir de esta semana gran parte de las restricciones. En las últimas horas, Galicia, País Vasco y Navarra, que eran las únicas regiones, junto a Murcia, en las que todavía existían restricciones de aforo y cierre adelantado de los establecimientos, han anunciado que eliminarán cualquier limitación.

Esta semana son varias las autonomías que acabarán con las restricciones de aforo y horarios que todavía mantenían

Aún hay cuatro comunidades -Aragón, Galicia, La Rioja y Comunidad Valenciana- que, al menos hasta final del mes de febrero, seguirán exigiendo el certificado covid para pasar a determinados espacios. En Andalucía este martes desaparecerá la obligación de presentar ese pasaporte o una prueba diagnóstica negativa para el interior de establecimientos de hostelería, ocio, visitas a hospitales o residencias de mayores.

Los protocolos en los hospitales

Sin embargo, hay una medida que, todavía, sigue vigente en muchos hospitales españoles: la restricción de las visitas a los pacientes ingresados. Comprensible en aras de evitar situaciones de riesgo. Incomprensible cuando quien está ingresado es una persona mayor que está sola y aislada, asegura desde la Asociación El Defensor del Paciente, su presidenta, Carmen Flores, quien explica a El Periódico de España que son "muchísimas" las llamadas que reciben por este motivo.

Los protocolos dependen de las direcciones de los propios hospitales, incluso de los diferentes servicios médicos de cada centro

"Es un retroceso. No te puedes imaginar con qué sufrimiento llaman", indica Flores quien detalla que, en algunas regiones, la medida no se toma de forma genérica por parte de las comunidades autónomas, sino que ese tipo de protocolos dependen de las direcciones de los propios hospitales, incluso de los diferentes servicios médicos de cada centro sanitario. Así lo confirman a este diario desde comunidades como Madrid que, explican, es cada hospital el que decide si flexibiliza o no las medidas respecto a las visitas de familiares, dependiendo también de la situación epidemiológica que atraviese cada centro.

Flores insiste. Son numerosas las llamadas que se reciben en su asociación de familias que les comunican que no pueden ver a sus padres o madres ingresados y mayores, especialmente vulnerables, porque así lo dicta el protocolo. Relata un caso reciente: "El otro día llamé a un hospital porque no dejaban que unos nietos vieran a su abuela, con Alzheimer, que llevaba doce horas en Urgencias. No sabían nada de ella. Llamé y pedí que me pusieran con la gerencia. Allí, me dijeron, que, en ocasiones, dependía del jefe de Servicio. Al final tuvimos que mandar un escrito señalando que se estaba incumpliendo la ley de acompañamiento del paciente y se resolvió".

Situaciones críticas

Carmen Flores alude al derecho que tienen los pacientes a estar acompañados por otra persona durante su estancia en un hospital, cuando se trata de menores, personas con discapacidad o dependientes. "Todos entendemos la situación en la que estamos. En UCI, se entiende que no. Pero, ¿en planta o en un box de Urgencias cuando hablamos de una persona mayor?. La potestad sigue siendo de cada hospital y la excusa es que estamos en pandemia cuando, por ejemplo, en hospitales privados, sí dejan a ese familiar que acompañe a su mayor", señala Flores.

La presidenta de El Defensor del Paciente dice que a algunos allegados les han avisado cuando ya era tarde y ese paciente había fallecido

La presidenta de El Defensor del Paciente dice que a algunos allegados les han avisado cuando ya era tarde y ese paciente había fallecido. Narra el caso de otra familia que llamó para quejarse de que no podían visitar a su madre pese a que advirtieron que, si se levantaba al baño, podía caerse y la única opción era atarla a la cama. La familia no quería que la sujetaran y pedía poder ayudar a los sanitarios, incluso a la hora de dar la comida a ese familiar.

"Es un retroceso de derechos, tendrán que cambiar esa ley de acompañamiento; me temo que esto viene para quedarse", se queja Carmen Flores

En Galicia, el área sanitaria de Vigo, a la que pertenece el Hospital Álvaro Cunqueiro, defendía hace unos días su actuación ante el caso de una mujer que falleció por una enfermedad y que antes también se infectó de covid y que, según denunció su hijo, solo pudo recibir la visita de la familia cuando ya no estaba consciente. Un suceso que ha provocado que el propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, haya avanzado la flexibilización del protocolo que impide a las personas ingresadas con coronavirus en los hospitales gallegos que puedan recibir visitas de sus familiares cercanos.

"Es una situación bastante esperpéntica", resume Carmen Flores y aclara, nadie habla de visitas de grupos, pero sí cuando se trata de una necesidad para esa persona que está en una situación crítica. "Es un retroceso de derechos, tendrán que cambiar esa ley de acompañamiento, porque me temo que a lo mejor esto viene para quedarse, como las llamadas telefónicas de los médicos en lugar de la atención presencial", añade.

CUESTIÓN DE HUMANIDAD

Desde Canarias, el secretario general del PP y presidente del partido en Gran Canaria, Poli Suárez, también muestra su preocupación por este asunto. En los últimos días, señala a El Periódico de España, son varias las personas que se le han acercado en la calle tras conocer que su partido ha presentado una iniciativa en el Parlamento en ese sentido. El PP pide a la Consejería de Sanidad, la puesta en marcha de un protocolo para posibilitar el acompañamiento y el apoyo de familiares a los pacientes mayores que pase por exigir la pauta de vacunación completa, el uso permanente de mascarillas FFP2 y la realización de pruebas diagnósticas, en concreto test de antígenos 72 horas antes.

"Cuidado, que no hablamos de ir a los hospitales en excursiones. Pero es una situación muy dura para ellos", aseguran los populares canarios

"Cuidado, que no hablamos de ir a los hospitales en excursiones. Pero es una situación muy dura para ellos", asegura Suárez. Cuenta el caso de una señora de 91 años que acaba de estar 20 días ingresada (dos de ellos en Urgencias) y que, una vez que pasó a planta "quedó en la soledad más absoluta" porque no le permitían visitas. En Canarias, donde la Consejería de Sanidad ha prorrogado hasta el 24 de febrero las restricciones excepcionales sobre horarios de cierre de establecimientos, aforos y desplazamientos en el nivel 4 de alerta (Tenerife y Gran Canaria están en esa situación), las visitas a hospitales siguen suspendidas salvo para acompañar a menores, gestantes o personas en fase terminal. En este caso, se permite entrar a un allegado durante una hora.

Poli Suárez indica que esos protocolos se aplican también a enfermos que nada tienen que ver con covid para dar seguridad a ese paciente, al que pueda estar compartiendo habitación con él y, también, a los sanitarios. Pero, insiste, hay formas de solucionarlo buscando nuevas vías para garantizar que estén acompañados cuando son mayores dependientes o con patologías graves. "Esta situación es muy dura para ellos. Se desorientan cuando no están en contacto con su familia. Están solos, sin ningún acompañamiento. La gente está muy quemada con este tema", concluye.