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Así descubrieron alumnos ciegos de Canarias la estrella variable 'K'

De izquierda a derecha: Paula Hernández, Rosetta Martorell, Yamiley Marrero y Carlos Morales en el IES Politécnico. JOSÉ CARLOS GUERRA

Así descubrieron alumnos ciegos de Canarias la estrella variable 'K'. Yamiley Marrero y Paula Hernández, alumnas de segundo de Bachillerato del IES Politécnico de Las Palmas de Gran Canaria fueron dos de las cuatro estudiantes que ayudaron a los seis jóvenes invidentes que localizaron una estrella variable, denominada provisionalmente ‘K’, el pasado 17 de mayo durante el segundo taller de sonificación de gráficas realizado en el CEP Las Palmas. 

Un descubrimiento realizado por Ariana Figueroa, David Oriel, Erika Naiara Martín, Quintín Ignacio Siverio, Kilian José López y Carla Bello llegados desde Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, y que supone un auténtico hito para la ciencia y para la educación en Canarias.

«Fue bastante emocionante porque tras dos años trabajando en el proyecto de asteroides y estudiando una estrella variable, fue increíble que los alumnos con discapacidad visual descubriesen una estrella variable a través de esta técnica pionera. Fue un auténtico hito científico», explica Yamiley mientras Paula asiente. 

Ilusionados

Los protagonistas de esta historia cursan estudios en todos los niveles educativos desde secundaria, pasando por Formación Profesional o en centros de educación de adultos. Su ilusión en el momento del hallazgo, los aplausos que dieron o la implicación que demostraron es, en palabras de los responsables del taller, el mejor regalo posible. 

«Yo tenía cerca a Carla Bello. Ella es muy expresiva y empezó a aplaudir en cuanto se dio cuenta del hallazgo. Me impresionó por su capacidad de audición, oía cosas que eran imposibles de detectar. Me rompió cuando detectó una bajada cuando yo solo oía ruido, a mí eso me impresionó. Fue a la primera», relata Carlos Morales, profesor de Matemáticas en el IES José Frugoni Pérez - La Rocha y presidente de la Asociación Astronómica y Educativa de Canarias Henrietta Swan Leavitt (AAEC).

Una tarde con sorpresa

La tarde arrancó con un planteamiento complicado por la extensión de conocimientos que querían trasladarles a los alumnos. Comenzaron explicándoles qué era una estrella, cómo se ve un cielo estrellado y como se identifica sí la estrella varía o no porque pueden influir la presencia de asteroides, cometas o si son estrellas variables. Ahí les detallaron cómo podían estudiar si varían esas estrellas, una análisis que pueden desarrollar estudiando las gráficas. Ahí es donde la sonificación de estas abre un abanico de oportunidades para los alumnos ciegos. 

«Descubrir una estrella variable es observar el cielo durante una noche y sacar 500 fotografías y medir con programas especiales cuánta luz te llega en cada momento de cada estrella y con eso haces una gráfica para cada una de las estrellas. Imprimir y analizar 500 o 600 gráficas es imposible, gracias a la sonificación pueden hacerlo a través del sonido y ver esas estrellas», explica. 

Y es en ese punto del taller cuando saltaron las sorpresas marcando un logro sin precedentes en el mundo científico y en el sistema educativo público.  

Momento exacto en el que fueron conscientes de que eran los primeros estudiantes con discapacidad visual en descubrir una estrella variable LP / DLP

«Nadie se lo esperaba porque todo el mundo decía que era imposible. Ya llevar estrellas variables al aula es complicado, muy pocos países en el mundo lo hacen porque está considerado un campo muy difícil y complicado de encajar en el currículo educativo. Lo hacen en EE UU en campamentos de talentos matemáticos pero en enseñanza es muy difícil. Y menos aún con alumnos con discapacidad visual», añade Morales.

Registro del hallazgo

Una vez descubierta esta estrella variable, que se localiza en la constelación del Águila, el siguiente paso está en registrar su hallazgo en una base de datos internacional reconociendo la autoría del mismo a los seis alumnos invidentes que participaron en el taller. «Ya se envió a la base de datos de EE UU y ahora viene el proceso de caracterización, de meterlo en la base de datos y que aparezcan sus nombres como los descubridores, ese proceso tarda unas tres semanas», apunta. 

Este paso llega tras dos años de intenso trabajo por demostrar que los alumnos con discapacidad visual también pueden formar parte de la ciencia de forma activa y pueden escudriñar el espacio y aportar su granito de arena en el conocimiento científico mundial. Una labor que han capitaneado desde la Asociación Astronómica y Educativa Henrietta Swan Leavitt (AAEC), entidad que colabora con la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias en los proyectos Asteroid Hunters in the Canary Islands y Caracterización de Estrellas Variables.

Dos iniciativas que ya han permitido al alumnado canario realizar descubrimientos científicos reales desde el aula que han ayudado a la comunidad científica internacional y que ahora se apunta un hito sin parangón haciendo la ciencia más abierta, inclusiva y demostrando que cualquier cosa es posible.

«Estamos muy contentos porque al final resulta que si es posible lo que al principio se veía como imposible. Es cuestión de ir sumando y colocando las piezas, costó pero se hizo. Para mi fue como el día de reyes, esto no lo vamos a olvidar en la vida. Ya sentirte útil te da energía pero encima con ellos aún más. Fue un descanso porque había mucha presión que nosotros mismos nos metimos para que saliera adelante», subraya Morales.

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