El Wi-Fi se ha convertido en una parte imprescindible del día a día. Una conexión inalámbrica se establece en un instante, sin conocimientos técnicos especiales, pero, ¿qué hacer cuando hay poca cobertura?, ¿qué representan los diferentes estándares?. Casi todo el mundo conoce la palabra Wi-Fi, y está familiarizado con su principio básico de funcionamiento, porque son muchos los dispositivos electrónicos que funcionan online a través de estas conexiones inalámbricas, pero, ¿qué hay detrás de ellas?. Los expertos responden a las cuestiones más importantes para conocer los secretos de la tecnología que hay detrás del router.

Significado.

La abreviatura Wi-Fi significa Wireless Fidelity -fidelidad inalámbrica-. Comprende una serie de redes de radios limitadas a nivel local que, en realidad, no establecen una conexión a internet, sino al router, que es el que crea dicha conexión. Lo sorprendente es que la tecnología que hay detrás del Wi-Fi no es tan antigua, arrancó en 1997, con la primera definición de un estándar Wi-Fi por parte del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos. Más de 20 años después, el Wi-Fi se ha desarrollado de forma espectacular.

Abreviaturas.

Los estándares Wi-Fi actuales tienen nombres como IEEE 802.11b o IEEE 802.11 b/g/n. El IEEE son las siglas del Institute of Electrical and Electronics Engineers, que define los estándares Wi-Fi. El primero fue el IEEE 802.11, que permitía unas velocidades de conexión de hasta 2 Mbps. Los nombres de red acompañados de letras sueltas indican avances técnicos. El último en el que se está trabajando es el IEEE 802.11be: el nuevo estándar Wi-Fi 7, que promete velocidades de transmisión de hasta 46.000 Mbit/s. Se espera que los primeros puntos de acceso Wi-Fi 7 se lancen en 2023. En los últimos años, se han establecido nombres alternativos y más sencillos, como el Wi-Fi 5 o Wi-Fi 6.

Actualización.

En general, se presta mucha atención a la retrocompatibilidad en los estándares Wi-Fi. Si no fuera así, las antiguallas que se conservan en los hogares generarían problemas de compatibilidad que impedirían las conexiones. Aun así, vale la pena actualizarlas por seguridad.

Bandas de frecuencia.

La comunicación Wi-Fi puede producirse en tres bandas de frecuencia: 2,4 GHz, 5 GHz y 6 GHz, pero ninguna de ellas es claramente superior. La decisión depende de condiciones individuales. Por ejemplo, la banda de frecuencia 2,4 GHz tiene un alcance más amplio, pero también es más susceptible de sufrir problemas, especialmente en áreas urbanas muy pobladas. Las bandas de 5 y 6 GHz llegan a un radio menor, pero ofrecen anchos de banda ligeramente superiores y menos susceptibles de errores, por la sencilla razón de que las usan menos dispositivos. Las conexiones por banda de frecuencia de 5 o 6 GHz se recomiendan, por lo tanto, para aplicaciones que requieren un mayor caudal de datos, como el streaming o los juegos online. Por otro lado, la banda de 2,4 GHz es más adecuada para garantizar una conexión básica, por ejemplo, para navegar por internet o usar las redes sociales. Lo ideal sería utilizar en las LAN inalámbricas domésticas la tecnología llamada «banda dinámica», que es compatible con los dispositivos modernos. Este sistema verifica qué bandas de frecuencia pueden utilizarse sin interferencias y dirige de forma automática las conexiones de los receptores Wi-Fi.

Seguridad.

Los usuarios deberían, en general, desconfiar de las redes públicas de libre acceso. Nunca se pueden descartar del todo las vulnerabilidades, sobre todo en el caso de LAN inalámbricas sin encriptación. Siempre que sea posible, se recomienda no utilizar aplicaciones delicadas, como las relativas a la banda privada, en estas redes. Cada usuario de LAN es responsable del nivel de seguridad requerido en la misma, y ahí salen a colación términos como WEP, WPA, WPA2 y WPA3. Se trata de diferentes métodos de encriptación. WEP (privacidad equivalente al cable) es el método más antiguo, se considera inseguro y no está actualizado. Lo mismo ocurre con la primera versión de WPA (Acceso Protegido a Wi-Fi). WPA2 y WPA3 son los métodos de encriptación más modernos y seguros para las LAN inalámbricas domésticas. WPA3 ofrece un nivel de seguridad ligeramente mayor y hace más cómoda la configuración de la LAN. Pero como falta mucho para que todos los dispositivos terminales sean compatibles con WPA3, WPA2 sigue siendo una alternativa excelente para la seguridad de una red Wi-Fi. Eso sí, en ambas variantes, la seguridad empieza con la elección de una contraseña lo bastante segura.

Cobertura.

Las conexiones Wi-Fi en hogares tienen un gran número de enemigos naturales: paredes, techos y otros dispositivos electrónicos. Estos incluyen, por ejemplo, microondas, vigilabebés y accesorios informáticos inalámbricos. Los muebles, las plantas de interior o el agua también provocan problemas, lo que incluye tuberías, sistemas de calefacción radiante e incluso floreros. Lo que no significa que haya que vaciarlo todo para tener una buena cobertura Wi-Fi. Si se producen problemas, una colocación bien calculada del router puede suponer una gran mejora: por ejemplo, no esconderlo en un armario y situarlo lo más centrado posible. Si esto resulta difícil, o el área a cubrir es demasiado grande, existen dispositivos técnicos que ayudan a extender el alcance del Wi-Fi.

Extensión.

En un gran número de hogares, se producen demasiados errores de rendimiento del Wi-Fi porque el router alcanza su límite. La razón de esos problemas, en la mayoría de los casos, no es el propio hardware, sino el lugar desde el que la conexión a internet llega dentro del hogar, que suele ser demasiado lejos de donde se la necesita. Para mejorar la calidad del Wi-Fi están los repetidores, que reciben la señal del router y la extienden para una mejor cobertura. Los usuarios que dependen de la conexión en serie de varios repetidores deberían recurrir a las llamadas soluciones Powerline. Estas consisten en adaptadores de red que se enchufan a la corriente eléctrica, y usan el cableado para transmitir datos. Ni los muros ni los techos frenan la conexión Powerline, y es especialmente adecuada para alcanzar largas distancias.