La Provincia - Diario de Las Palmas

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Proteger la infancia y la adolescencia

Jueces y médicos trabajan juntos contra la violencia infantil a través del 'role play'

Las Palmas se presenta como ciudad pionera en el abordaje de delitos contra los menores

Simulación del proceso de atención a una víctima de violencia en el Encuentro de Jueces y Médicos sobre salud, infancia y derechos. Andrés Cruz

Jueces y médicos se reúnen hoy y mañana en Las Palmas, en el marco del Encuentro de Jueces y Médicos sobre salud, infancia y derechos, para unir esfuerzos a la hora de combatir la violencia contra la infancia y la adolescencia. En estas jornadas, que se realizan entre el Hospital Universitario Insular y la Ciudad de la Justicia, se incluyen una serie de talleres en los que se abordarán problemáticas como el maltrato físico, la sumisión química, el abuso sexual o el maltrato emocional a través de mesas redondas y del role play, también conocido como técnica de dramatización o juego de roles.

Para ello, el profesional sanitario realiza simulaciones, a partir de experiencias con casos reales, en los que se muestra el protocolo de actuación ante una agresión contra un menor, como puede ser el abuso sexual o la sumisión química. Los talleres que se realizan en el hospital se centran en tres campos: la ginecología, la pediatría y la psiquiatría infantojuvenil.

Lo que consigue el role play es que esta formación se aleje de "la típica y tradicional clase magistral", explica Tomás Martín, magistrado del proyecto piloto Juzgado de Violencia contra la Infancia y Adolescencia y codirector de este programa en el que médicos y jueces convergen. Además, permite que los diferentes profesionales recorran "el hospital por los distintos servicios, aprendiendo cómo se deriva a un niño de un recurso a otro”. Para lograr esta cercanía, "se ha involucrado todo el personal del hospital", sentencia el magistrado.

El objetivo de este curso es que los jueces salgan de la actividad judicial y comprendan que lo que hacen "tiene mucho que ver con el trabajo que previamente ha realizado otro conjunto de profesionales y viceversa, es decir, que ese conjunto de profesionales del ámbito sanitario, entienda que mucha parte de su trabajo va a ser muy relevante si estamos hablando de un proceso penal", destaca Tomás Martín. Es importante, tal y como recalca el magistrado, que se comprenda "el trabajo y la profesión del otro, la sobrecarga de trabajo del otro sector, que en ocasiones no entendemos, porque estamos centrados en el nuestro".

"De lo que se trata es de traer jueces y juezas de toda España para que puedan vivir esta labor cotidiana, ya que empezamos a notar que tenemos una optimización y un plus de calidad en la atención a las víctimas de un hecho delictivo", destaca Martín Rodríguez. "El tiempo es una vivencia muy intensa en los niños donde seis meses pueden ser una eternidad", explica el magistrado, por lo que es de especial relevancia que los protocolos que existen para estos casos se lleven a cabo de la forma más rápida y eficiente posible tanto en lo sanitario como en lo judicial.

Un espacio seguro

En un caso de violencia, el dolor, la vergüenza y la incertidumbre están muy presentes, por lo que el papel del entorno y de los profesionales que allí se encuentran a la hora de denunciar lo ocurrido es crucial. Contar un hecho traumático una y otra vez y revivir el sufrimiento, está lejos de ser el ideal para un niño, niña o adolescente que ha sufrido una agresión.

Por eso, "cuando una víctima llega al hospital, la entrevista clínica, la entrevista forense y la entrevista policial se han convertido en una sola entrevista", destaca Martín Rodríguez. "No está bien que una niña tenga que pasar por diez sitios diferentes y que tenga que decirle a diez personas distintas que la han violado", sentencia la doctora Silvia de León, que forma parte del taller de ginecología, además de hacer especial hincapié en que cada nuevo interrogatorio provoca que el menor o la menor se tengan que enfrentar a la revictimización.

En cuanto a las debilidades, la doctora destaca la falta de formación específica, la falta de apoyo psicológico posterior —que aunque se recoge en los protocolos "no es una realidad"— y la falta de análisis en lo que se refiere al contexto socioeconómico de los niños y niñas que son víctimas de una agresión. Por otro lado, De León también hace alusión a la falta de lugares adecuados para la atención: "la infraestructura no está preparada para esto, no conseguimos cuidar la intimidad de la víctima".

Por ello, el Hospital Universitario Insular está desarrollando un proyecto para crear un espacio que se aleje del ambiente hospitalario, que sea cálido, privado y tranquilo. Un lugar donde los menores sientan la libertad y la seguridad para expresarse libremente y en el que puedan estar presentes los diferentes profesionales que abordarán su caso para que así tengan que relatar los hechos el menor número de veces posible.

Silvia de León muestra el futuro espacio para la atención de las víctimas en el Encuentro de Jueces y Médicos sobre salud, infancia y derechos. Andrés Cruz

"Buscamos un espacio donde podamos disminuir la revictimización, donde tengamos cabida los sanitarios, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y el médico forense, un ambiente donde los niños puedan estar tranquilos", explica la doctora. "Es el sueño que tenemos, esperamos que sea una realidad".

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