La ULPGC desarrolla su primer satélite para vigilar la salud de los océanos

El proyecto del IUMA cuenta con la colaboración de la empresa B2Space y la financiación de la SPEGC v Estará dotado con cámara hiperespectral y electrónica 100% canaria

José Francisco López junto a miembros del equipo encargado del diseño del satélite, Ámbar Pérez, Emma Hernández y Adrián Rodríguez.

José Francisco López junto a miembros del equipo encargado del diseño del satélite, Ámbar Pérez, Emma Hernández y Adrián Rodríguez. / LP/DLP

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

Canarias se ha lanzado a la fabricación de su propio satélite espacial y lo hace de la mano del Instituto de Microelectrónica Aplicada (IUMA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), que cuenta con una larga trayectoria científico-tecnológica en el sector aeronáutico y aeroespacial, dotando de electrónica, por ejemplo, a satélites de observación de la tierra de la Agencia Espacial Europea (ESA). Ahora dan un paso más con el proyecto de crear su propio prototipo, 100% canario, que se llamará Bentayga I, y que tendrá como principal objetivo monitorizar la salud de los océanos, según ha anunciado el investigador del IUMA y responsable del proyecto, José Francisco López Feliciano.

«Llevamos casi una década desarrollando electrónica en el IUMA para ser incluida en satélites de observación de la tierra de organismos nacionales e internacionales como la ESA, pero hasta ahora no habíamos hecho ningún satélite, sólo la electrónica que llevan en el interior. Ahora ha llegado el momento de crear uno propio de la ULPGC», indicó López Feliciano. Para ello cuentan con la colaboración de la empresa B2Space y la financiación de la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria (SPEGC) del Cabildo».

Alianzas empresariales

La experiencia adquirida por este grupo de investigación del IUMA se traduce en la relación que mantienen de forma periódica con empresas nacionales e internacionales del sector aeronáutico y aeroespacial de la talla de Thales Alenia Space, Sener, Singular Aircraft o la Agencia Espacial Europea, en Holanda, para el desarrollo de algún proyecto de investigación y desarrollo. En sus laboratorios se han diseñado algunos de los chips que van embarcados en satélites de observación de la tierra o los sensores que utilizan los drones comerciales más grandes del mundo.

«También el IUMA lidera la atracción a Canarias de empresas del sector aeronáutico y aeroespacial mediante un proyecto Next Generation presentado al Gobierno de Canarias hace más de dos años y que permitirá la diversificación de nuestra economía gracias a un sector que aporta más de 20.000 millones de euros al PIB español y genera más de 200.000 puestos de trabajo», subrayó el investigador.

La primera fase del proyecto finalizará en verano con la validación del prototipo a unos 30 kilómetros de altura

El nanosatélite en el que están trabajando para la observación del medio ambiente marino, alojará en su interior una cámara multiespectral desarrollada en los laboratorios del IUMA así como los circuitos que gestionan la captura de imágenes en el rango del visible y el infrarrojo cercano, y las procesará a bordo para detectar contaminantes en el océano, proliferaciones de bancos de algas... El profesor López Feliciano lo describe como un satélite de tipo cubesat 3U, es decir tres unidades o bloques de 10x10x10 que estarán colocados uno seguido del otro, con lo cual alcanzará unas dimensiones de 30 centímetros de largo y tendrá un peso cercano a los cinco kilos.

«El desarrollo y la fabricación de satélites ha cambiado mucho, ya no se fabrican de toneladas de peso, del tamaño de una habitación. En estos años se ha avanzado en la fabricación de modelos denominados cubesat, cuya medida más pequeña es de 10x10x10 centímetros, es un cubo muy pequeño que cabe prácticamente en una mano. Como la microelectrónica ha ido haciéndose cada vez más pequeña, dentro de se volumen de 10x10x10 centímetros cabe mucha dotación de electrónica, desde cámaras, sensores, un ordenador...».

Búsqueda de financiación

Una vez validada la tecnología, se buscará financiación que permita poner al Bentayga I en órbita a más de 300 kilómetros de altitud en el plazo de dos o tres años., desde Cabo Cañaveral.

Al frente de este reto hay un equipo de nueve ingenieros y físicos, liderado por el doctor José Francisco López Feliciano, que trabajarán durante los próximos cinco meses para poner a punto el sistema completo, partiendo de resultados obtenidos en diversos proyectos de investigación desarrollados en los últimos seis años. Entre ellos, un compresor de datos espectrales que permitirá almacenar y enviar a tierra la información captada por los sensores.

José Francisco López destacó que “no sería descabellado disponer en Canarias de una plataforma marina de lanzamiento de satélites en un futuro próximo, que es un estudio que estamos desarrollando entre el IUMA y la Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan) para el Gobierno de España, y que finalizará en abril de este año. Esto permitiría disponer de tecnología 100% canaria en todas las fases de la puesta en órbita de un satélite: desarrollo, diseño de la carga de pago, lanzamiento y recepción de datos”.

La experiencia obtenida en este desarrollo abrirá las puertas a otras aplicaciones en las que el IUMA viene trabajando desde hace años, como es el caso de la agricultura de precisión (proyecto europeo ENABLE y proyecto Interreg APOGEO) o la detección de barcos desde el espacio mediante el uso de inteligencia artificial.

Suscríbete para seguir leyendo