Letras | Elizabeth López Caballero y Daniel Martín Castellano Escritores

Elizabeth López y Daniel Martín: "La protección de la infancia es un problema que siempre se ha abordado a medias"

los autores de la novela 'Un mar en calma' abordan el tema de los abusos en la infancia

Elizabeth López Caballero y Daniel Martín Castellano

Elizabeth López Caballero y Daniel Martín Castellano / LP / DLP

Elizabeth López Caballero y Daniel Martín Castellano son los autores de la novela Un mar en calma, editada por Bilenio Publicaciones, en la que abordan el tema de los abusos en la infancia. Ambos escritores presentarán dicha obra este jueves 30 de marzo a las 19.00 horas en la Biblioteca Pública del Estado de Las Palmas donde estarán acompañados por la magistrada del Juzgado de Menores nº 1 de Las Palmas y presidenta de la asociación Up2U, Reyes Martel Rodríguez, y la escritora y periodista Julieta Martín. Los protagonistas de la novela son una mujer adulta rota por su infancia y un niño a punto de vivir una experiencia parecida.

¿Cómo surgió esta colaboración?

D. M.: Ambos habíamos coincididos en diferentes eventos literarios. Luego compartimos algunos manuscritos. Un día tomándonos un café, barajamos la idea de hacer algo juntos. Fue así de sencillo.

¿Ha sido fácil elaborar una novela a cuatro manos?

E. L.: Sí, lo fue. Siempre había pensado que escribir a cuatro manos era algo muy difícil. Algo que yo sería incapaz de hacer. Sin embargo, todo fue sencillo dentro de la complejidad que conlleva escribir un libro y, sobre todo, bonito. Supongo que imperó el cariño que ambos nos tenemos.

D.M.: Abordar la temática de la novela no lo fue, pero realizar el trabajo con Elizabeth, sí resultó fácil. Respetamos nuestros tiempos y espacios creativos y cuando recibía un nuevo capítulo suyo, iba sintiendo que todo se colocaba sin esfuerzo. Ha sido una experiencia muy enriquecedora.

¿Qué cree que es lo más importante que aporta cada uno de los dos a la historia?

D. M.: Elizabeth es una escritora muy sensible y ha estado cerca de niños y jóvenes que han vivido experiencias muy duras y traumáticas. Eso le da un bagaje diferente. Su literatura es real y se puede tocar.

E. L.: Dani es capaz de ver literatura allí donde mira y con él, abordar un tema tan delicado como este fue un gran aprendizaje, a nivel literario y personal.

¿En qué consiste la trama o qué sucede en la historia, brevemente?

D. M.: Una mujer adulta comienza a escribir un diario, como un modo de entender su pasado. Lo mismo hace un joven, aunque con una motivación diferente. Ambos se encuentran. Los lectores tendrán dos puntos de vista, de dos personajes de generaciones diferentes, pero con problemas comunes.

La novela aborda la importancia de tener una infancia feliz para construir a un futuro adulto sano. ¿Cree que la protección de la infancia es un problema que aún no se ha tratado bien?

E. L.: Creo que aún hay muchas cosas por hacer en materia de protección a la infancia. En los centros educativos debería haber más proyectos transversales de prevención de abusos sexuales, de educación afectivo-sexual, de gestión emocional. Creo que es más fácil evitar que se rompa un niño que arreglar a un adulto roto.

D. L.: La protección a la infancia es un problema que siempre se ha abordado a medias, con muchas intenciones y pocos recursos. A los docentes se nos pide, por ejemplo, que manejemos una tableta para ser competentes, pero no se nos enseña a detectar situaciones de abusos o maltrato.

Ustedes son también profesores, ¿han aplicado algo de sus experiencias profesionales con sus alumnos en la vida real en la novela?

E. L.: Sí, siempre se cuela algo. Uno, en cierta manera, cuando trabaja con la infancia, termina por llevarla consigo en todo lo que hace, en especial cuando escribes, porque sientes la necesidad de escribir para ellos y por ellos.

D. M.: No puedo evitarlo. En todo lo que hago y escribo la pedagogía está presente. Soy de los que creen que la educación es la revolución que necesitamos. La escritura es un medio.

¿Cómo interactúan los dos personajes, el niño y la adulta, en la novela?

D: En Un mar en calma vamos a ir leyendo alternativamente las páginas de los diarios de los protagonistas. Ellos encuentran en la escritura un resquicio, una salida. Los lectores, al tener los dos puntos de vista a su disposición, van a ir construyendo esa relación; irán modelando la historia con los datos que nosotros les aportamos. La adulta tiene unas cuantas cicatrices. El joven, ha provocado heridas. Pero ambos son víctimas; por eso se encuentran y se entienden.

La novela también trata del amor y la resiliencia como salvavidas ante el horror en el que viven. ¿Cómo se les manifiestan estos sentimientos a los dos personajes?

E: Antes de que se dé el amor y la resiliencia estuvo presente la ira, la tristeza, el dolor y el vacío. En el caso de Jota, por nombrar a uno de los personajes, la ira dirigía sus acciones. Cuando uno no entiende –y no se entiende– intenta defenderse con lo que conoce, en este caso, con la violencia. Pero todo en la vida, con la ayuda necesaria, vuelve a la calma. Como el mar.

Elizabeth, usted también eres psicóloga, ¿qué supone este trabajo en su larga serie de libros sobre temas relacionados con los problemas de la infancia y la adolescencia?

Esta novela es un punto de inflexión en mi trayectoria literaria, pues abordamos un tema del que pensé que jamás escribiría: el abuso sexual. Como verán, con este libro exploro mis propios límites, está escrito a cuatro manos y sobre un tema tan doloroso, cruel e injusto como este tipo de abuso. Pero, tanto Dani como yo, consideramos que hablar de ello es necesario, porque por desgracia son muchos los niños que lo sufren. Y él era la persona adecuada junto a la que escribir un libro así. Además, Verónica, la editora de Bilenio, ha creído en esta historia y ha apostado por publicarla.

Y Daniel. usted también eres escritor de libros infantiles realizados con magníficos ilustradores. ¿Qué aporta esta novela a tu trabajo como narrador hasta el momento?

Hace años publiqué el álbum ilustrado El monstruo (Lóguez, 2008), en el que dos hermanos contaban como su padre maltrataba a su madre. Siento que aquel trabajo y este tienen muchas cosas en común. Preparando la novela he leído y escuchado entrevistas de mujeres que fueron violadas o maltratadas. Hubo momentos de duda, de miedo… He tenido la fortuna de sentirme acompañado en todo momento por Elizabeth López y Verónica García, la editora.

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